El guardia me metió en la celda cuando llegue, intente abrirla pero eso me cansaba más. Necesitaba más energía, y con la mierda de comida que me daban no era suficiente.
Me incline en una esquina y me hice bolita, puse mi cara sobre las rodillas y comencé a llorar. De verdad ya no sabía que hacer, toda la impotencia dentro de mi me tragaba viva.
La puerta se abrió, alcé la vista y vi a Negan parado frente a mi con una sonrisa estúpida.
— ¿Cómo saliste? — no respondí — ¡Maldita sea! — su bate golpeó la cama de fierro — ¡Dime!.
— ¡Atranque la puerta cuando uno de tus hombres vino a darme esa mierda! — grite.
A quedó callado por algunos segundos hasta que caminé hacia mi y me saco jalando mi brazo con fuerza. Saque un pequeño gemido de dolor pero pareció no importarle, entramos a su oficina y me sentó en la silla.
— ¡Quiero matarte! — grito — Tantas ganas de tener tu poderosa sangre en Lucille, pero... No puedo hacerte daño.
— ¡Daryl no está! — grito un hombre entrando a la oficina.
— ¡Maldita mierda! — grito Negan — ¡Vayan y busquenlo con Rick, debe estar ahí.
— ¡Yo iré!...
— ¡No!.
Comencé a gritar fuertemente haciendo que las ventanas se partieran en pedazos al igual que el lindo jarrón que había en el centro de mesa. Negan y aquel hombre me miraron un poco intimidados.
Quite la sangre de mi nariz, quería mantenerme de pie.
— Llévatela, creo que la necesitaran — Negan me tomo del brazo y me empujó.
...
Al llegar a Alexandria todos nos miraron como si estuvieran consternados, al mirar a Carl quise acercarme pero uno de los salvadores me apunto con su arma.
Lo mire fijamente y entrecerre los ojos concentrándome para que el arma –lentamente– apuntará a su cabeza, puse su dedo en el gatillo. Este estaba temblando. Así que son una sonrisa deje de hacer fuerza y corrí hacia Carl, me miro con una sonrisa y me abrazo fuertemente.
— ¿Estás bien? — pregunto.
— Si, gracias ¿Cómo estás tu? — asintió; afirmando que estaba bien.
Bese su labios, extrañaba eso, la sensación de mariposas en mi estómago y sus labios delgados tan cálidos como siempre.
— Cuando vino tu hijo,desapareció Daryl ¿No serán dos hechos conectados?.
— No — respondió Rick secamente — Acabamos de enterarnos de todo estoy.
— Entonces será fácil, buscaremos y si está aquí todos van a tener que verlo morir.
Los salvadores comenzaron a buscar por todo Alexandria, mire a Carl quien aún me sostenía de la cintura en manera de protección.
— ¿Daryl está aquí? — pregunté.
— No, aquí no. Esta con Maggie.
Sonreí — Me alegra que haya podido salir — bufé.
— Eres tan fuerte, amor.
Me quedé un poco paralizada con el apodo que me había puesto, jamás alguien me había dicho de esa manera. Sonreí y le bese nuevamente, al separarnos Rick se acercó a mi y me abrazo.
— Rick, me quedaré aquí... — antes de que hablara lo interrumpí — No voy a volver con Negan, no quiero.
Rick no menciono nada, solo asintió con una pequeña sonrisa de aprobación. Seguimos al líder y entramos al almacén de comida.
— Wow, esto si que está vacío — menciono el hombre — ¿Hicieron una parrillada y no nos invitaron? — pregunto — Vaya, que triste... Y no intenten escondernos nada, por qué eso jamás termine bien.
— Tenemos mucha gente, y es mucho más difícil, ahí solo nos concentramos en encontrar cosas para dárselas a ustedes. Seguimos adaptándonos al sistema...
Rick interrumpió a su compañero — Iremos a buscar más cosas, encontraremos más.
— ¡Ah! — exclamó — Relájate, no venimos a buscar nada más que Daryl. Menos mal, pero ese día llegará y mas les vale que hagan lo que tengan que hacer.
Salimos del almacén y después de algunos minutos nos dirigimos hacia afuera, los salvadores estaban a punto de irse en cuanto el líder de ellos volteo a buscarme.
— Vamos...
— No.
El silencio invadió nuestra atmósfera.
— ¿Que?.
Reitere — No.
— No estoy para tus juegos — se acercó rápidamente.
Tome una gran bocanada de aire y lo lance por los aires haciendo que su cuerpo golpeara contra el auto, no ya fuerte para que siguiera consiente.
— Largo.
Mi nariz chorreaban, todos me apuntaron con sus armas y sonreí antes de levantar mis manos y aventar las armas hacia afuera. Todos quedaron sin ellas, solo se miraron entre sí y subieron al auto.
— ¡Te arrepentirás! — grito el líder de ellos.
Quite la sangre de mi nariz y caí en el suelo después de que cerraron la puerta de Alexandria. Todos se acercaron a mi y Carl me tomo entre sus manos.
Sonrió — Estás en casa.
Me sentí aliviada y sonreí con suavidad antes de caer desmayada.
¡Rayita ya regreso a casa! Osi✨
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