— ¡Rick! — se escuchaban unos gritos desesperados, pero bajaron el volumen.
— ¡Calla! — le menciono uno de ellos.
— Lo siento... Encontramos a esta chica.
— ¿Quién es ella?¿Y que hace aquí? Seguro es una aliada de ese tal Negan.
— Ella nos salvó.
Comenzó a reír — ¿A si? Seguro.
— Rick, por favor, ella nos salvó la vida. Esta débil, necesita refugio.
— Y que tal si...
— Nosotros nos encargaremos.
Se quedó callado por unos segundos — De acuerdo, mantenla vigilada.
El asiático me miro y sonrió, me traía en brazos, yo débilmente le devolví la sonrisa.
Me dejó en el suelo, saco un poco de agua de su mochila y me la dio, yo gustosa accedí sin reproche. Tenía tanta sed, el chico solo me miro y rió. Me dio su mochila donde traía comida, yo la tomé u comence a comer como si no hubiera un mañana.
— Tienes un poco de sangre... — me la iba a quitar pero me hice a un lado y me limpie la sangre de mi nariz en mi chaqueta.
— ¡Escuchen! — Exclamó uno de ellos, al parecer era Rick — Debemos avanzar y evitar que se dispersen. ¿Esta bien?. Cómo dije, bien ordenados... Glenn — apunto al asiático — Tu ve a atrás, tienes la otra arma.
Glenn asintió — Si.
— Si esto se pone feo, disparamos y los volvemos al camino.
Uno de ellos le hablo — Iré al frente.
— Bien...
Me levanté — Yo puedo ayudar.
Todos me miraron, Rick se acercó a mi, me examinó detenidamente.
— No, eres una niña, no nos cargaremos de más responsabilidad.
— Pero quiero ayudar.
— Querer ayudar no te quitará tu muerte segura.
Sonreí — ¿Muerte segura? He estado en muchos lugares por quinientos cincuenta y tres días, sola. Puedo con esto.
Hablo el asiático — Créeme Rick, cuando te digo que ella puede sola.
Me miro confundido — ¿A cuantos caminantes has matado?.
— Más de los que tú y tu equipo han matado.
Rió — ¿Escucharon eso? — pregunto a su equipo — Eres una niña.
Mi sangre hervía de enojo, ya me encontraba con más energía así que no se me hizo nada complicado levantar una rama seca y acercarla al rostro de Rick para detenerla a centímetros de su rostro.
Todos sacaron sus armas, menos el asiático, el los detuvo.
— ¡Oye! — exclamó una chica tez morena que traía una espada — ¿Cómo es que... Cómo es que hace eso?.
— Bajen sus armas — pidió Glenn — Ella nos salvó.
Rick me miro sorprendido — ¿Cómo haces eso? — me preguntó casi en susurro.
— Aún que te lo explicará tu pequeño cerebro no lo entendería — deje que la rama cayera al suelo — ¿Puedo ayudar?.
Se quedó anonadado, al igual que todos, no los culpo, no es nada fácil ver a una chica con poderes de telequinesis.
