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Yoongi cargó el cuerpo de Jimin, aún estaba vivo pero su pulso era débil y si no lo atendían podía morir.
Rápido lo sacó del calabozo y afuera ya los esperaba Hoseok ayudándolo a llevarlo a la cabaña fuera del palacio para no ser vistos.
—No te preocupes Yoongi, lo salvaremos.
Dijo Hoseok para después entrar a la habitación dejando fuera a Yoongi llorando. En otras habitaciones habían llevado a Taehyung y Seokjin para curarlos pues también los habían golpeado.
Dentro de la habitación, Hobi sostenía un pañuelo en la gran herida del menor para que no sangrara más mientras el doctor que había llegado, cerraba otra herida en su cabeza que hicieron al golpearlo con un palo.
—¿Estará bien?
—Probablemente, no lo sé.
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La chica mataba a la mayoría de los magos ahí ya teniendo heridas en su piel, pues era la aprendiz de las brujas más poderosas las cuales le ayudaron mucho y ahora podía matar a todos ellos.
O así era hasta que una espada del rey Min Yoonseok atravesó su cuello cortando su cabeza mientras estaba sobre el caballo.
El rey era el guerrero más poderoso de todos y juntos con el padre de Jimin, su majestad Park, comenzaron una batalla a dúo.
—Tu hijo está muerto.
Habló teniendo su espada haciendo presión a la contraria.
—¡Eso no es cierto!
Lo empujó dándole una fuerte patada en su armadura.
—La guerra que aún no comenzaba la acabas de empezar.
—Y tú terminarás perdiendo...
—Eso crees Park, pero lo que aún no te ha quedado claro...
Cortó su pierna haciéndolo caer a la tierra, puso su pie en el cuello del contrario y levantó su espada.
—Es que yo siempre gano.
Y enterró el objeto filoso en su pecho haciéndolo morir a los segundos.
