📚T R E I N T A Y D O S📚

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Para la mañana siguiente, George  decidió iniciar el día con un buen desayuno ¿y qué mejor que el de su hermosa madre? Habló con la rubia y le explicó que harían un viaje express por medio de polvos flu, y después de que le explicara con más claridad Heather aceptó.

Los dos entrarón a la chimenea y George tomó a Heather de la cintura para asegurarse de que ella llegara bien y no se perdiera en el camino —aunque a decir verdad solo era una suposición ya que la rubia no puede usar por sí sola los polvos flu—.

—A la madriguera —Dijo en voz alta George y en menos de lo pensado se aparecieron en la chimenea de los Weasley.

Molly quien se encontraba tejiendo en el sofá más pequeño abrió los ojos enormemente y pegó un chillido al ver a ls rubia aferrada al torso de su hijo.

—¡Hola, dulzura! Le dije a George que todo saldría de maravilla —Le da un gran abrazo a la menor haciendola reír.

—En serio me hace muy feliz que usted me acepte en su familia —Dice esta de regreso.

—Escuché la voz de Heather ¿ella está aquí? —La voz de Ginny resuena por las escaleras.

—En vivo y en directo, viene a presentarse como la futura señora Weasley —Asegura George abrazándola por la espalda y ella sólo apoya su cabeza en el hombro de George.

Ginny suelta un chillido de emoción y corre para arrebatar a Heather de los brazos de su hermano y apretarla entre los suyos.

La familia se sentó en la mesa de la cocina a desayunar huevos fritos con zumo de naranja mientras dejaban a George en ridículo con historias de su juventud.

George tomó a Heather de la cintura acercándola a él y luego se inclinó para susurrarle; —Es hora de ir por tu regalo.

La rubia asiente y tomados de la mano caminan colina abajo hasta llegar a un campo repleto de arboles de durazno tierno. George extendió la manta que llevaba en la canasta bajo un árbol con buena sombra y obligó a Heather a sentarse, hablaron un poco más mientras se compartían caricias hasta que llegó el momento en que nuevamente rozaron sus labios, eso le hizo recordar a George lo que tenía que hacer.

Se alejó un poco de Heather solo para tomar la canasta y revisarla.

—Sí, ya despertó —Del canasto saco un esponjoso gatito bebé del color de la nieve y ojos verdes provocándole a la rubia un jadeo de ternura. —Es uno de las crías del gato de Hermione, nacieron en diciembre pero tenía que esperar a que terminen de amamantarlo —Le explica. —Ahora es tuyo —La rubia lo toma delicadamente y lo aferra a su pecho haciéndole piojitos en el cuello haciendo al gato ronronear.

—Ahora te llamarás Misifú, como el gato de ese cuento que leí en algún lado —Ríe.

Mientras seguía acariciando al gato se dio cuenta que en su cuello colgaba un lazo igual de blanco, por eso no lo había notado, al palpar un poco más se dio cuenta de que no sólo era un lazo, de él colgaba un anillo, un lindo anillo plateado. Se lo sacó del cuello al gato y luego lo acentó sobre sus piernas donde el minino no tardó en acomodarse. Miro con detenimiento el anillo y luego George lo tomó entre sus mano para luego tomar la mano de Heather.

—Heather Smith —Le llama él mirándola a los ojos. —Te encontré cuando mi mundo se caía a pedazos, cuando la ultima luz de esperanza se apagaba, cuando las voces comenzaron a apagarse, y llegaste a darle sentido a mi vida, llegaste a darle animo a mi existencia y a robarte mi corazón, mi alma... —Ella sintió su pecho apretujarse en su caja torácica y sus ojos picar. —Ahora que conoces gran parte de lo que fui, de lo que soy, dime por favor ¿quieres ser parte de lo que seré y convertirlo en un lo que seremos juntos? —Sin duda Heather no podía sonreír más, no podía ser tan paciente. —¿Quieres ser mi novia y luego ser mi esposa y futura madre de mis hijos?

Ella hubiera respondido de no ser porque en lugar de eso prefirió jalar a George por el cuello de la camisa y chocar sus labios con los suyos en un profundo beso que denotaba todas las eufóricas emociones en su cuerpo, se encargó de dejar claro el mensaje con ese beso, de transmitirle todo lo que sentía mientras probaba los finos y suaves labios de su —ahora— novio, hasta que decidió que ya era hora de tomar aire.

—Dime que eso fue un sí —Jadeo George aún con la frente unida a ma de ella.

—Eso fue un jodido sí en todos los idiomas posibles —Confirmó de igual manera.

Ninguno supo quien sonreía más, pero sí sabían que querían probarse un poco más el uno al otro, es así como compartieron una larga sesión de besos hasta que el sol comenzó a ocultarse junto a Misifú que dormía cómodamente  en la manta donde George lo había llevado dentro de la canasta.







Disculpen la demora, pero tuve contratiempos, en fin, aquí un capítulos más para las que quisieron enterrarme viva en el capítulo anterior De

XOXOXOXOXO

—Ella♥

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍| 𝚐𝚎𝚘𝚛𝚐𝚎 𝚠.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora