STRANGER ★ HYUNSUNG

09

Miles de libros sobre mitos tenía Jisung en su escritorio. Al no encontrar respuesta en internet decidió buscar en la biblioteca por si alguna casualidad estaba algo relacionado con ángeles que ayudan a los humanos a encontrar la felicidad.

Se suponía que Hyunjin tendría que ayudarle en un principio, pero terminó enamorado de él. Después de un mes, ya no quedaría rastro de esas sonrisas de bobo, ni de las lindas noches durmiendo juntos, tampoco de las graciosas caras que ponía Hyunjin al ver un aparato tecnológico. Después de un mes su vida volvería a ser deprimente, vacía y sin amor.

Entonces un sentimiento de terror seguido de un escalofrío que recorrió su espalda hizo que Jisung se diera prisa en encontrar respuestas a su interrogante. ¿No había alguna manera, por remota que fuera, que Hyunjin se quedara con él?

El de grandes mejillas ojeaba el libro y leía cuidadosamente cada palabra. Pero no encontraba más que cuentos de hadas y mitología griega que nada que ver al caso.

Soltó un resoplo algo estresado que fue escuchado por Hwang que acababa de entrar a la habitación con su mascota.

— ¿Qué te pasa? ¿Por qué bufas como una vaca? —pregunta el más alto conteniendo la risa.

— Ah, nada —se apresuró para cerrar los libros y procurar que Hyunjin no leyera el título de ellos— ¿Dónde estabas?

— Llevé a Kkami al parque, necesitaba correr —explicó encogiéndose de hombros y dejando al animal en el suelo.

El rubio asintió mirando las facciones relajadas del más alto. Mordió su labio intentando alejar los pensamientos negativos que lo ahogaban en angustia.

Hyunjin notó las muecas que Han hacía y, conteniendo su impulso de ir a abrazarlo por lo tierno que se veía, decidió preguntarle nuevamente qué estaba sucediendo.

— Hyunjin... —se atrevió a hablar— ¿Hay alguna manera de que te quedes conmigo?

Hwang se tensó por unos momentos. Pasó sus manos por su cabello para acomodarlo para atrás.

— Creo que esto ya lo habíamos hablado. Sabes bien que es imposible hacer eso.

— ¡Miyeon pudo quedarse! —exclamó en un impulso. Se había sorprendido por gritar de esa manera, pero es que no podía entender el miedo que atacaba a Hwang.

— ¡A Miyeon todo le salió mal! —su voz sonó tan fuerte que hizo que Jisung diera un paso hacia atrás y Kkami chillara débilmente para después esconderse debajo de la cama.

Hyunjin al darse cuenta de lo que había hecho, intentó relajarse más no se disculpó.

— Está bien —dijo Han forzando una sonrisa— Estaba siendo egoísta, ¿no? Es obvio que no quieres quedarte conmigo y no te obligaré.

Hyunjin apretó los labios, consternado. No era eso lo que quería decir. Jisung no podía entender.

Estaba dispuesto a dejar su vida de antes y arriesgarlo todo por Han, ¿pero y si al final no valiera la pena? La idea de terminar como Miyeon le aterraba, ni siquiera podía imaginarse su vida como un ángel caído.

Nadie podría asegurar que todo saldría de maravilla. No quería tomar el riesgo y luego afrontar las consecuencias. Nunca fue una persona lo suficientemente valiente.

Jisung salió de la habitación con un portazo que hizo que el ángel pegara un leve brinco de sorpresa. No le preguntó a dónde iba, no estaba seguro si le iba a responder. Soltó un grito para desahogarse y pateó lo primero que vio.

Tras largas horas esperando la llegada del menor, que nunca se presentó, cayó dormido en su sofá. Han llegó una hora después más calmado, ya no tenía esas inmensas ganas de llorar. Sin duda hablar con Seungmin era la mejor terapia.

Jisung miraba al ángel plácidamente dormido, se acercó un poco para contemplar su hermoso rostro hasta que sintió la tranquila y pausada respiración. Entonces quiso ir un poco más allá y sus ojos se clavaron en sus labios rellenitos y llamativos, pero ahí paró y recapacitó. ¿Estaba a punto de besar a Hyunjin? Negó varias veces e intentó alejarse, pero unas manos en sus mejillas impidieron que siguiera retrocediendo. Sus ojos se encontraron y las mejillas de Jisung se tornaron rojas.

Poco a poco el espacio entre ellos se fue reduciendo a ser completamente nulo. Entonces Han se quedó atónito y abrió los ojos en demasía. Hwang Hyunjin, el chico ángel de quien se estaba enamorando, lo había besado sin temblarle ni el pulso.