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En la vida era muy importante decir noticias fuertes con delicadeza, pero eso no era lo que clasificaba a Hwang Hyunjin.

— Chris me dio la oportunidad de convertir a Jisung en un ángel. Y creo que la vamos a tomar.

Miyeon se despegó de sus brazos bruscamente, como si le hubiera dicho que tenía una enfermedad contagiosa. El día no estaba mejorando para ella. El rastro seco de lágrimas en sus mejillas volvió a mojarse y ella sintió el nudo en su garganta más profundo que nunca.

Por eso era que no quería acostumbrarse a la compañía de nadie, siempre la terminaban abandonando. Pero no era justo que su amigo la viera llorar. ¡Él había conseguido todo lo que quería! Lo mínimo que podría hacer era mostrar la sonrisa más radiante para él, aunque fuera falsa.

Entonces sonrió, sintiendo su mundo romperse en mil pedazos, sintiendo como la soledad volvía a invadir su ser. Y esta vez, sería eterna.

— ¡Eso es genial, Hyunjin! Asegúrate de enseñar muy bien a Jisung como volar para que no se estrelle contra los árboles. Espero que sean muy felices el niño y tú.

Hyunjin apretó los labios. El dejé de melancolía en la voz de la chica lo preocupada. La abrazó fuertemente contra su pecho y ella rompió a llorar allí. Estaban consientes de que esa era la despedida.

Entonces Hwang pensó en lo afortunado que era. Tendrá consigo al chico de sus sueños y seguirá haciendo lo que más ama hacer, aunque sin su mejor amiga para alegrar más sus días.

Miyeon no había corrido con su suerte. En la vida no todos tienen un final feliz.

— Siempre te vi como una persona fuerte. ¿Lo sabías? —le dijo mientras acariciaba su largo cabello castaño con delicadeza. Ella asintió.

— Pero no soy nada fuerte.

— ¿Sabías que los ángeles tienen más de una vida?

— Si. Pero Jinnie, ya no soy un ángel.

— Puede que ya no tengas alas, pero siempre vas a ser un ángel. Y estoy seguro de que en tu siguiente vida, nos encontraremos y volveremos a ser los mejores amigos.

De alguna manera, esas palabras reconfortaron a Miyeon. Se separó de Hyunjin para mirarlo a los ojos. Ella alzó el dedo meñique con un pequeño puchero.

— ¿Lo prometes? —preguntó. Hyunjin soltó una risa y alzó igualmente su dedo.

— Lo prometo.

— En mi próxima vida tendré mi final feliz.

— ¡No digas eso! Me hace sentir triste. Vamos a pasar este día juntos.

Miyeon sonrió y ambos se levantaron del suelo, dispuestos a hacer carreras por la playa y disfrutar de su último día, hasta la puesta de sol.






Han Jisung. ¿Se llamaría Han Jisung si se convirtiera en un ángel? Porque hasta donde sabía, ellos hablaban otro idioma. Quizás ese no fuera el punto más preocupante de la situación, pero igual le daba curiosidad. Estaba acostado mirando al techo y con las piernas contra la pared, esa era la posición ideal para pensar en que hacer con su vida.

Pensó en sus padres y en cómo se sentirían al respecto. La verdad era que los extrañaría, demasiado, pero estaba seguro de su decisión y ellos la entenderían. Sus padres siempre le decían que luchara por lo que amaba y que buscara su felicidad. Esta vez la había encontrado y no la dejaría ir. Seungmin, vaya, tal vez Kim iba a odiarlo. Soltó una risa ante el pensamiento. Él lo entendería. No era fácil despedirse de todos sus recuerdos en su mundo. No era fácil despedirse de su antigua vida, a pesar de que no estuviera conforme con ella.

STRANGER ★ HYUNSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora