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Las bolsas que tenía debajo de sus ojos eran muy notorias. Tenía hasta un tic en el ojo izquierdo y no paraba de bostezar.

Todo lo que había pasado en la noche anterior era sumamente surrealista, de película, hasta parecía ridículo. Pero era real. Tan real que sólo al abrir los ojos observó la cara del intruso, que había aterrizado en su habitación esa noche, mirándole atentamente y con curiosidad.

— ¿Ya te has despertado? —preguntó como si no fuera obvio—. Esa cosa que tenías en tu escritorio comenzó a sonar a las seis de la mañana y me asusté así que lo puse en aquel vaso con agua y dejó de sonar.

Extendió el brazo y señaló lo que para Jisung fue su primer problema del día. Su celular estaba dentro de un vaso lleno de agua.

— ¿Pero que has hecho, animal? ¡Me has roto el móvil! —se levantó rápidamente de su cama dirigiéndose al lugar. Intentó encenderlo varias veces, pero era imposible ya.

Hyunjin se había cargado su celular.

— ¿No pudiste despertarme? —cuestionó pasando sus manos por su cabello para intentar calmarse, aunque no funcionaba.

Hwang no entendía porque ese 'móvil' era tan importante para Han, pero no pudo evitar sentirse un poco culpable al ver lo enojado y estresado que estaba el rubio. Apenas eran las ocho de la mañana y ya estaba molesto.

Un momento...

— Hyunjin, ¿Cuántas horas han pasado desde que sonó mi celular? —esta vez parecía que a Jisung le iba a dar un ataque.

— Oh, han pasado tres horas. —respondió con serenidad.

— ¡Mierda, llego tarde a clase! —gritó para enseguida correr a su armario, sacar su uniforme y encerrarse en el cuarto de baño.

Hyunjin se quedó esperándolo. Parecía como que comprendía un poco más la situación que atravesaba Jisung. Por eso es que los padres del rubio antes de irse a trabajar le gritaron que se levantara ya si no quería tener problemas con el profesor Lee.

Por otro lado también se encontraba emocionado, nunca antes había estado en una escuela por lo que se la imaginaba un lugar agradable, repleto de bellas personas y amigos nuevos. Sabía que los profesores eran los que enseñaban, así que también tenía grandes expectativas sobre ellos.

Toda su imaginación se vino abajo cuando entró junto a Jisung a ese instituto. Al ver la realidad lo hizo estar agradecido por no ser un estudiante y no tener que pasar por un lugar tan horrible como ese. Si había alguna persona bella allí, pues estaba muy bien oculta, algunos tenían aspecto de querer matarte con la mirada y esos ridículos uniformes que usaban no se parecían en nada a los que los demás traían. Hyunjin vio por primera un equipo de baloncesto.

— ¿Quiénes son ellos? —le preguntó a Jisung señalando a esas bestias robustas.

— Son deportistas. Unos payasos que se creen la gran cosa. —le explicó en un susurro.

Siguieron adentrándose en ese infierno que los demás llaman escuela y Hwang pudo ver como chicos altos y fuertes golpeaban o amenazaban a otros chicos más bajos e indefensos que ellos para que les hicieran los deberes. Hyunjin por instinto quiso ir a ayudar, pero no podía intimidarlos porque no podían verle. También observó a un grupo quejarse porque no soportaban a tal profesor o que no querían ir ese día al instituto. ¿Acaso no habían buenas personas que venían con su mejor ánimo y una radiante sonrisa a aprender?

Por lo menos quedaba la idea de que los profesores fueran buenos. Justamente uno se acercaba a donde estaba Jisung, Hyunjin se imaginaba que le daría los buenos días amablemente.

STRANGER ★ HYUNSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora