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Han no había comentado una sola palabra sobre el muchacho con pecas que se habían encontrado de camino al supermercado. Hyunjin se preguntaba que tan importante era en la vida del rubio, al parecer en un pasado tuvo que ser vital para su vida por la manera en la que el muchacho lo abrazaba.

Tal vez, Lee Félix era la clave para encontrar la felicidad de Han Jisung.

Esa noche Hyunjin siguió pensando en aquel chico mientras que Jisung intentaba dormir. Caían relámpagos y truenos muy fuertes que iluminaban el cielo casi como si fuera de día y la lluvia intensa traía consigo un viento fuerte y frío que se colaba por la ventana rota de la habitación.

Hwang se levantó del sofá donde se había acoplado y se acercó a la cama del rubio para mirarlo. Se llevó una gran sorpresa al ver sus ojos abiertos de par en par.

— ¡Joder qué susto! —gritó llevándose una mano al pecho, exagerando la situación como el dramático que era.

— Vaya, no sabía que los ángeles también decían palabras feas. —contestó Jisung en un intento de molestarlo.

Hyunjin negó con la cabeza mientras una sonrisa ladeada se colaba por sus labios.

Se oyó un relámpago tan fuerte que hizo que Jisung emitiera un grito y luego se pusiera a temblar. Al Hyunjin notar esto no pudo simplemente ignorarlo. Tal vez la razón por la que este despierto aún sea porque le teme a los truenos, no podía dejarlo sólo.

Así que Hwang agarró la manta con la que Han se cubría para no pasar frío y fue poco a poco acostándose justo a su lado. El rubio no mostró ninguna oposición por lo que ya una vez que se acostó a su lado se dió la vuelta y abrazó a Jisung por la cintura.

— ¿Pero qué haces pervertido? —se quejó mientras se sonrojaba violentamente.

— Deja de moverte tanto —le respondió Hyunjin, adormilado—, así no tendrás miedo, estoy a tu lado, todo estará bien.

Esas palabras hicieron que Jisung mostrara una pequeña sonrisa tonta. Todos sus miedos a la tormenta cesaron al notar los cálidos brazos de Hyunjin alrededor suyo. Se sintió protegido y feliz. En nada sintió la respiración del ángel en su nuca y pensó que ya se había dormido.

Han se durmió pensando en que por fin Hyunjin no estaba arruinando todo lo que tocaba.

La mañana llegó para dar paso a un día de nubes grises. No había parado de llover en toda la noche pero eso a Jisung no le importaba mucho debido a que había dormido tan bien que no tuvo problemas para levantarse enérgicamente para ir a la escuela.

Alimentó al pequeño perro antes de irse al colegio junto a Hyunjin quien casi nunca lo dejaba sólo. Era como tener un fantasma detrás de ti siempre, o no, era como tener a un amigo imaginario, sólo tú puedes verlo nadie más. Pero Jisung ya se había acostumbrado.

No quería hablarle a Hyunjin sobre Félix. Lo más probable fuera que se hiciera ideas equivocadas e intentara hacer algo de lo que estaba seguro, no saldría bien.

Al llegar a la gran institución, como era de costumbre, fue a buscar a su mejor amigo y lo encontró enseguida conversando con alguien más. Se acercó a ellos y perdió el habla. Nuevamente, frente a él se encontraba ese chico con pecas, ese chico que le había roto el corazón más de una vez, Lee Félix.

— Buenos días, anciano. —lo saludó Seungmin con toda la felicidad del mundo, como si no supiera todo lo que el chico que tenía a su lado le había hecho a su mejor amigo.

— Buenos días, Minnie. —le devolvió el saludo tratando de no cruzar miradas con Lee.

— ¿Qué pasa Hannie? ¿No me saludas a mi también? ¿Aún estas triste por lo que pasó? —le preguntó con una cínica sonrisa.

Jisung apretó los labios formando una línea. Se notaba la incomodidad que tenía en ese momento y sobre todo, la rabia que sentía. ¿Cómo podía siquiera dirigirle la palabra? ¿Después de romper su corazón y no importarle nada más que no fuera el mismo? Sus puños fueron cerrándose poco a poco, Hyunjin podía jurar que Jisung iba a golpear al muchacho ahí mismo de toda la rabia que acumulaba.

Para impedir que eso sucediera, reposó su cabeza en el hombro izquierdo del rubio y agarró sus manos que estaban convertidas en puños y las acarició suavemente.

— Tu eres mejor que esto. —le habló intentando relajarlo. No sabía que pasaba por la mente del rubio pero no le agradaba para nada la expresión que tenía y que sus ojos estaban comenzando a cristalizarse──. Sólo ignora a ese chico, eres fuerte, yo lo sé.

Seungmin vió como su amigo estaba quieto sin decir una palabra. Sus manos poco a poco volvieron a estar como antes y su expresión de rabia desaparecía por dar paso a unas risitas tontas. Tal vez su mejor amigo se estaba volviendo loco.

Hyunjin se separó de él y se puso delante para poder mirarlo cara a cara.

— Bien, después me contarás que tiene que ver él en tu vida.

Jisung asintió y sonrío. Se volvió a Seungmin y Félix y lo enfrentó.

— No me digas Hannie, por favor. ¿Volviste a la ciudad después de tanto tiempo? —recibió un asentimiento por parte del contrario—. Ah, que bien, pero te pediré algo: No tengas esa confianza conmigo. Que sepas que no permitiré que juegues conmigo otra vez.

Han se sorprendió de si mismo ¿Dónde había sacado esa fuerza para enfrentarlo? Se fue del lugar con un Hyunjin bastante sonriente y orgulloso. Seungmin corrió detrás de él sin entender a que venían esas palabras.

— ¡Hey, Jisung! —gritó Kim cansado de tanto correr. Han se paró esperando por su amigo y cuando Seungmin lo alcanzó le preguntó—: ¿Qué fue eso?

— Ay, Minnie. —Jisung posó sus manos en las mejillas de su mejor amigo acariciando estas con suavidad—. Félix... él me hizo cosas horribles que no te diré aquí frente a toda la escuela.

— Pensé que se llevaban bien, ahora me siento horrible por haber conversado con él y hacerlo esperarte, yo-

— Esta bien Minnie, no sabías nada. No te culpo. —le dijo en un intento de consuelo.

— Me debes una charla. —le exigió Kim apuntándolo con el dedo índice.

— Pues que sean dos. —dijo el ángel cruzando sus brazos.

STRANGER ★ HYUNSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora