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— Seguro me matan.

— No lo harán, cállate. —le susurró.

En esa clase, todos se lamentaban en silencio y otros hacían bailes raros con su manos mientras todavía estaban sentados en sus asientos. Nadie hacía el mínimo de ruido porque podrían ser castigados por el profesor quién aún se paseaba por el salón repartiendo calificaciones y con una sonrisa un tanto socarrona.

— Me van a matar. —repitió asustado mirando el gran cincuenta y nueve que tenía en su hoja resaltado por un amenazante color rojo.

— Te lo repito, cállate Seungmin. —le volvió a susurrar.

— Claro, como tú tienes la calificación más alta, no tienes problema alguno, ¿no? —dijo alzando la voz, lo que provocó que el profesor se volviera a donde se encontraba para llamarle la atención.

— Kim, por favor, haz silencio.

Todos los del aula pasaron a mirar fijamente al muchacho y este se puso aún más pálido de lo que era y bajó la cabeza avergonzado.

El chico rubio de la nota más alta se acercó a él y le susurró—: Te lo dije.

— Cállate Jisung.

El parcial de esa materia era importante, tanto que influía en la calificación final cuando terminen el año. Han Jisung, el chico rubio, amargado y asocial de su clase había obtenido la nota más alta y con eso el odio de medio instituto.

No presentaba ningún problema para él. Le daba igual lo que los demás pensaran sobre él, sólo se preocupaba por lo que pensaba su mejor amigo y el único que tenía, Kim Seungmin.

Al pasar ese tedioso día, Jisung ya estaba en la puerta de su enorme hogar con un paraguas roto en su mano derecha y su uniforme y cabello mojado. Por su expresión estaba bastante fastidiado y molesto. Sacudió su cabeza en un intento en vano de secar su cabello.

Entró por fin a su casa y dejó sus cosas en la entrada. Intentó buscar a sus padres pero no se encontraban allí.

Y como ya es rutina, se cambia de ropa y va directo a la cocina a preparar la cena, sin ninguna emoción o pronunciar ninguna palabra.

Es interrumpido por una llamada de su celular.

¡Hey Jisung! —habló del chico por la otra línea. Estaba claro quien era, su molesto mejor amigo para contarle que había sucedido al llegar a casa.

— ¿Qué pasa, no te mataron? —le respondió sarcástico.

No, no lo hicieron.

— Pues que mal. —contestó desinteresado.

¡Por lo menos finge que te preocupas por mi! —se quejó con un chillido Kim.

— Vale, vale. ¡Qué mal, Seungminnie! ¿Entonces qué te sucedió? ¿Por qué llamas a esta hora? —dijo en modo de queja. No es que no lo quisiera, es que no le agradaba para nada hablar por teléfono.

Nunca dejarás de ser un anciano aburrido. En fin, ¡me castigaron un mes sin salir! —exclamó Seungmin como si fuera el final de su mundo.

Jisung rodó los ojos. ¿Eso que le importaba? Ellos no hacían nada para divertirse como para estar llorando por un castigo, debería haber estudiado.

— ¿Y a mi qué? ¿Debería llorar?

Ay Jisung, ¿sabes qué? Cuando dejes de ser así me llamas.

STRANGER ★ HYUNSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora