Capítulo 6.

2.3K 176 93
                                    

Tranquila Lee.

Respira y concéntrate...

...concéntrate en delinear bien tu ojo.

Es solo esta noche que saldrás de fiesta con tu amiga... la amiga más loca y desquiciada que tienes.

Tal vez conozcas a alguien nuevo, a alguien que sea capaz de volver a moverte el suelo con solo mirarte.

¿Por qué estoy tan nerviosa?

¿Por qué sigo hablando conmigo misma en vez de arreglar mi maquillaje?

Retoco un poco más mis pestañas, haciendo que resalte más mi color azul de ojos. Al final, he decidido por dejar a mi pequeño Noah con la vecina de enfrente, la señora Marquines... o como todo el edificio le suele llamar: Sra M.

Tengo miedo. Casi nunca salgo de casa sin Noah, adonde quiera que vaya él tiene debe acompañarme. Pero esta vez se quedará con alguien que no soy yo, y no es que no confíe en la Sra M, pues ya ha quedado un par de veces a su cuidado con ella cuando Lucas no podía cuidar de él y yo llegaba muy tarde del trabajo. Además a Noah parece caerle muy bien.

Solange no me ha querido decir a donde coño vamos. Solo dice que es una de las discotecas más conocidas de Madrid o algo así. Espero que estemos solamente un par de horas y no toda la noche, aunque conociendo a mi amiga, se pondrá a ligar con alguno de por ahí y me dejará sola.

Y por esta y por más razones no tengo ganas de pisar la calle.

Está bien Lee, tranquila. No pasará nada malo.

Me animo mentalmente y recojo mi castaño cabello en una coleta. Espero no ir mal vestida: llevo puesto unos vaqueros azules ajustados, una camiseta negra corta, tacones negros y un chocker negro cortesía de Solange para "verme más sexy".

Hace tanto tiempo que no voy a una puta fiesta.

Cuando me embarace, en ese entonces tenia dieciséis años, tuve que dejar un montón de cosas de lado para hacerme cargo de una gran responsabilidad: Noah.

He tenido que dejar todo tipo fiestas, la mayoría de mis estudios, a mis amigos, etcétera. Pero he tenido mucha ayuda y logré salir adelante gracias d mi familia y a Sol, quienes adoran a Noah.

Mirándome al espejo, sonrío inconscientemente al verme.

Maquillada parezco mucho más joven. Aunque no soy tan vieja, los veinticinco no me sientan tan mal.

-Mamá.

Dirijo mi mirada hacia Noah quien me está mirando desde el umbral de la puerta de mi habitación.

-Hey - me agacho a su altura y le acaricio el pelo -En un rato me iré, ¿me prometes que te comportarás bien con la vecina?

Asiente.

-No tienes que preocuparte, yo me comporto bien con todo el mundo - sonríe.

-Claro que sí... - digo, sarcástica.

-¡Que no miento! - se ríe y entierra su cara en mi tripa -Estás guapa, ma - dice - No pareces mi madre, sino una hermana mayor - se separa de mi y me observa de pies a cabeza.

-Me halagas hijo.

Le doy un beso en la cabeza y escucho el timbre del departamento.

-Anda, ve a abrirle a la tía Sol - lo empujo hacia la salida y Noah sale corriendo.

Me echo un último vistazo en el espejo, y después de contar hasta diez para hacer desaparecer los nervios, cojo mi chaqueta y salgo de la habitación

Un año para recordar. (Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora