A la mañana siguiente, me despierto por la irritable alarma del móvil. Me fijo en la hora, y noto que son las ocho de la mañana.
Joder, volver a mi asquerosa oficina de todos los días, cuando podría seguir durmiendo como una mor...
Un momento.
Me revuelvo en la cama y tomo con rapidez revisando la fecha del día de hoy.
¡Jueves! ¡Hoy entro más tarde! Podría seguir durmiendo tranquilamente hasta las... no sé ¡cuatro de la tarde!
Tiro el móvil por algún lugar de la habitación, no me importa mucho si se ha roto, solo necesito volver a dormir.
Pero no... No puedo. No creo poder volver a dormir hasta tarde por más que tenga otros horarios el día de hoy, y es por un motivo que tiene dos palabras: Noah, escuela.
Gruño de frustración y salgo de mi cama, me voy directo hacia el baño de la habitación y me desnudo completamente.
Me siento sucia. Una buena ducha no me hará mal.
(...)
Luego de un buen rato de relajación en el baño, me pongo de vuelta el pijama y voy a prepararme el desayuno. No, aún es temprano para cambiarme, y mi pijama de conejitos es mi único compañero en las mañanas.
Antes que otra cosa, paso por la habitación de Noah para verificar si sigue dormido. Mi ángel duerme plácidamente, y al lado se encuentra Pika acompañándolo, sonrío por la ternura que me causa esa escena. Cierro la puerta con mi mayor silencio y me voy directo hacia la cocina.
Me preparo un café y me siento sobre la mesada a hacer lo que hago todas las mañanas desde hace nueve años: mi rutina del día.
-Desayunar.
-Despertar a Noah.
-Su desayuno.
-Escuela.
-Casa.
-Ir a buscarlo a la escuela.
-Llevarlo a fútbol.
-Ir al trabajo.
-Volver a casa.
-Dormir.
La misma rutina de siempre, a excepción de que Natalia viene a las dos de la tarde para enseñarme la información sobre este chaval que todavía no sé quien coño es.
Un tío cualquiera obviamente, que no hace nada todo el día y gana pasta fácil.
Miro el reloj de la cocina.
9:32.
¿Tanto tiempo llevo pensando?
Bebo el último sorbo de mi café y siento que está frío, soy muy lerda para todo.
Mientras lavo la taza escucho un ruido, como algo pesado cayéndose al suelo. Seco la taza y me dirijo a la habitación del proveniente ruido, la de Noah. Me asusto al verlo tirado en el suelo, aún dormido.
Ni se percató que se cayó de su cama en sueños y sigue durmiendo.
¿Cómo hace para tener el sueño tan pesado?
Me agacho a su lado para despertarlo.
-Noah... Despierta - susurro mientras ko levanto y lo dejo en su cama.
-Mmmm - se queja.
-Arriba Noah. Voy a traerte el desayuno y cuando vuelva, quiero que estés despierto.
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Un año para recordar. (Rubius)
FanfictionLeeAnna nunca creyó que ser madre soltera iba a ser tan complicado, sobretodo si tienes un hijo como Noah. ¿Podrá Lee superar el pasado y seguir con el futuro? Tal vez el destino le tiene una sorpresa muy diferente.