NARRA RUBÉN.
—Mamá, hoy tengo partido - la voz de Noah nos interrumpe —¿Irás?
—Claro, cariño - responde Lee, tratando de no sonar agitada. Minutos antes de que Noah aparezca, estábamos teniendo una sesión de besos en su sofá.
Rodeo con mi brazo la cintura de LeeAnna y apoyo mi cabeza en su hombro. Sé que se pone nerviosa con cada tacto que le hago, amaba hacerla sentir así cuando eramos adolescentes.
-¿Rubén irá?
La pregunta me descolocó un poco, no sé por qué he sentido un calambre de incomodidad en el estómago al escuchar que me haya llamado por mi nombre. Puede que yo no le agrade (su mirada me lo dice), es decir, apenas nos conocemos. Y yo no he mostrado mucho interés en querer hacerlo tampoco, solo me las apaño en estar en compañía con Lee, como si él no existiera.
Es que aún no puedo creer que tenga un hijo. Y ni siquiera hace falta una prueba de ADN para saber si el chico de mio. Es una copia exacta de mi físico, a excepción de los ojos azules. Tiene los hermosos ojos color mar de Lee. Esos ojos que me volvían loco... y que me vuelven loco.
-¿Rubén? - Lee me llama -Noah quiere saber si quieres ir a verle jugar.
Vaya, eso no me lo esperaba. Ver a mi hijo, en sus prácticas de fútbol, acompañándolo y tratando de dar mi apoyo en su juego... porque eso es lo que hacen los padres, ¿verdad? Aunque yo no sepa mucho de ese deporte, y tampoco tengo nada que hacer en el día, acepto ir.
Tal vez no lo parezca, pero me está costando enormemente aceptar toda esta realidad, hablando de la sorpresa de Noah y de volver a encontrarme con LeeAnna. Fue como volver a ver la luz en mucho tiempo. Incluso llegué a creer que mi amor por ella era un capricho adolescente, pero no fue así. Realmente la llegué a amar como nadie.
Y ésta vez no la volveré a dejar ir.
(...)
Estábamos sentados en las gradas viendo como Noah jugaba su partido. Lee me ha comentado un par cosas para saber más acerca de él. Me ha dicho que es igual a mi en casi todo, en los gustos por el anime, por los videojuegos y por los gatos, incluso en la personalidad. Pero me recomendó que sería mejor conocernos entre nosotros, y creo que eso es una idea mejor. Así que se me ocurrió llevarlo a algún evento de anime que hacían por la zona, solos él y yo. Padre e hijo. Buena idea, Rubén. El único temor que me recorría por la cabeza es: ¿cómo se lo diré a mis amigos y familiares?. También si mis fans se enteran, mi canal sería muy diferente. Todo se volvería muy diferente. Últimamente mi fama está desbordando el vaso y esto solo es una carga más que tengo que ocultar.
¡Dios! ¡Mi madre se pondrá furiosa! Seguramente me dará la hostia de mi vida ya que ella adoraba, tal vez más que yo, a LeeA. ¡Y Mangel! ¿Cómo coño le diré? Nunca le he contado sobre mi relación con Lee, apenas le he comentado que tuve una novia en Noruega.
Esto está más complicado de lo que creí.
-¿Lee?
Ella voltea ante mi voz, y me observa con esos hermosos ojos suyos. Su cabello castaño brilla contra el sol y sus hoyuelos son simplemente adorables y perfectos. Luego de casi diez años, sigue estando tan hermosa como la primera vez que la vi.
-Dime - dice, con tanta suavidad que hace que los pelos se me pongan de punta.
-¿Crees que un día de estos pueda llevar a Noah de paseo conmigo?- joder, eso ha sonado como si fuera un perro. Pero al parecer ella entendió lo que quise decir, y sonrió maternalmente.
-Me encantaría.
-Necesitamos conocernos más, ¿no crees?
-Por supuesto, aunque... - la noto dudar.
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Un año para recordar. (Rubius)
FanfictionLeeAnna nunca creyó que ser madre soltera iba a ser tan complicado, sobretodo si tienes un hijo como Noah. ¿Podrá Lee superar el pasado y seguir con el futuro? Tal vez el destino le tiene una sorpresa muy diferente.