***Aclaraciones de la autora: Esta historia tratará sobre reencarnación, y será un romance slowburn, quiere decir; que se desarrollará de manera un poco más lenta.
Capitulo 1: Otro día más.
El aire era espeso, y el paisaje oscuro. El viento no dejaba de soplar fríamente.
-Si estás aquí para persuadirme, ni si quiera lo intentes. – Dijo él, mirando a un costado. El enojo y frustración que cargaba de la discusión anterior, y ella ahí, frente a él. ¿Qué quería? No pretendía defender a ese tipo, ¿verdad? Estaba tan confundido, todo lo confundía y lo enojaba, por eso mismo, no quería... No, en verdad no podía mirarla a la cara.
Ella bajó la mirada hasta su cintura, de entre sus ropas sacó un pañuelo y lo desdobló, revelando esa peineta.
-Joven Maestro Jiang... - Ella comenzó a hablar, y el por fin la miró frunciendo el ceño, ya había dicho que sería inútil convencerlo, ya no quería hablar de esto; hasta que bajó la mirada y vio lo que ella traía en sus manos. Todo era un caos en su cabeza, pensaba que ella le pediría que le perdone la vida a su hermano y a ese tipo, pero de todas las peticiones que imaginó, no estaba listo para precisamente esta. Definitivamente no era su día.
Ella extendió su mano, devolviéndole la peineta; y él ya sentía como su corazón empezaba a doler aún más que antes.
-Me temo que no puedo tenerlo después de todo. – Y aquí fue donde él por fin se atrevió a mirarla. Sabía que ella no lo elegiría era demasiado bueno para alguna vez si quiera pensarlo, pero ya era muy distinto escuchar el rechazo directamente de sus labios. El dolor se hizo más fuerte, y frunció más el ceño. Se miraron un rato largo, hasta que, apretando los dientes, tomó el adorno con su mano y lo apretó contra él.
-En ese momento... ¿Por qué no lo tomaste, y lo llevaste a Lanling para buscarme? – No quitaba los ojos de ese regalo, que no era más que una promesa rechazada.
-En ese momento, si yo te hubiese encontrado primero en Lanling, ¿Me habrías ayudado a rescatar a A-Ning, a pesar de todo? – Él no la miró, ni mucho menos habló, sólo podía mirar su mano. La respuesta era clara, ella y él lo sabían. El Clan, el honor, el status, el respeto, la familia... todo eso era muy difícil de construir, y tan fácil de romper, y él no correría ese riesgo por nada ni por nadie. Ella sin mirar atrás, pasó a su lado dejándolo solo en ese camino.
Él tampoco miró hacia atrás, sólo podía mirar esa maldita peineta. Su dolor era cada vez más profundo, pero, ya estaba acostumbrado a eso; seguiría viviendo. Un dolor más o un dolor menos, así era el mundo en el que vivían, y jamás se arrepentiría de sus decisiones. El clan siempre sería primero, pero ¿Por qué sentía calor en sus ojos?...
- ¡¿Ah?! – Abrió los ojos de golpe con una bocanada de aire al escuchar unos golpecillos en la puerta, vio su escritorio, rodeado de papeles y el Sol entrando por la ventana. Otra vez se había dormido en su estudio. Aún tenía esa sensación de calor en sus ojos, así que se llevó una mano para refregarlos y se mojaron sus dedos. ¿Lágrimas? Pero que rayos te sucede... No sólo no tenía ese sueño en años, si no que ahora también, lloraba. ¿Es que acaso ahora te volviste un viejo sentimental o te crees un puberto? Crece de una vez.
-Líder Jiang... ¿Líder Jiang?... ¿Está ahí? – Insistió la voz en el pasillo, tal vez divagó demasiado en todo esto, y se olvidó responder. Aclaró la voz, se acomodó la ropa y se limpió una vez más el rostro, lo que menos quería ahora era que lo pillasen llorando como doncella perdida.
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Algún Día (Jiang Cheng x Wen Qing)
RomanceHan pasado varios años desde que la paz ha regresado al mundo de la cultivación. Pero para Jiang Cheng, nada esto tiene de pacífico... Cada vez los asuntos de su Clan se acumulan en más y más trabajo, el descanso es casi nulo, y por si no fuera poco...