Capítulo 6: Hermanos.

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-Ya son más de las nueve, ¿No se supone que deberías estar durmiendo? - dijo mientras aceptaba la taza con Sonrisa del Emperador, que le ofrecía el hombre al frente suyo.

-Tú sabes bien que ese nunca fue mi estilo. - contestó Wei Wuxian, mientras jugaba con la copa en su mano, para luego beber de ella.

-Y, aun así, llevas años viviendo en el Receso de las Nubes; ¿Quién te entiende? - respondió mientras se llevaba el pequeño recipiente a los labios.

-El matrimonio puede cambiar a las personas, ¿Sabes? - le dijo con tono de broma, y medio sonriendo. El Jiang sólo arrugó la nariz, y es que aún le era un poco extraño aceptar el hecho de que dos hombres podían tener ese tipo relación. Y no cualquier hombre, si no Wei Wuxian; quien toda la vida, bueno por lo menos en su anterior vida, siempre se había mostrado con mucho interés por las mujeres hermosas; y hasta tenía fama de coqueto entre ellas. Pero, con los años fue aceptando esto; ya no le producía el mismo desprecio o repulsión que al inicio cuando se enteró de su relación con Lan Wangji, y si bien no lo entendía completamente, terminó por acostumbrarse; y simplemente a ignorarlo y pasar de ello. Después de todo, era la vida de ellos, y él no se sentía en autoridad para juzgar; y mucho menos para con el ex Patriarca, quien ya no mantenía ningún lazo con los Jiang.

-Cargando alcohol, sin respetar los horarios de sueño; la verdad no sé cómo Lan Wangji te soporta. -

-Soy adorable. - contestó con una sonrisa de lado y con toque picaresco; y el líder solo giró los ojos y volvió a negar con la cabeza. Para luego mirarse entre ellos, y sonreír con nostalgia, sumiéndose en un cómodo silencio.

              Para Jiang Cheng, este tipo de momentos le solían parecer tan increíbles, y hasta imposibles. Y es que, durante todos esos años, en los que vivió sin sus hermanos, se había resignado a que estas conversaciones solo quedarían en su memoria; y que nunca más sería capaz de revivirlas, o tal vez sólo en sueños, ¿Pero en persona? Pues no. Habían pasado tantas cosas entre ellos, que él estaba seguro que el daño era irreparable, y que sus caminos nunca más se cruzarían desde que Wei Wuxian había tomado aquella decisión de abandonar todo por salvar a los Wen; y ese había sido el inicio de la ruptura. La muerte de Jin Zixuan a manos de su marioneta Wen Ning, seguido del sacrificio de su amada Jiejie; el peso en ambos era demasiado, y aunque en un inicio el odio lo encegueció, y deseó con todas sus fuerzas la destrucción del causante de todo ello; no podía negar que una vez que ese deseo se cumplió, en el fondo y aunque quisiera aparentar que no, la muerte de su ex shixiong le había pesado y mucho; tanto que no pudo evitar en esos 13 años hacerle un duelo en silencio, recordando lo que alguna vez fue. Pero, así como le dolió su muerte, también se sentía feliz porque su venganza estaba completa, y odiaba sentirse así; porque él conocía a Wei Ying y sabía que él nunca actuaba a favor de lo injusto; y que incluso compartió en algún momento su desprecio por los Wen, ya que juntos se habían vengado de ese maldito de Wen Chao y su despreciable amante. Y, aun así, él inició lo que sería el fin para el Patriarca y lo que quedaba de ese clan que tanto daño causó. Hasta el día de hoy, todos sus sentimientos eran tan contradictorios para él, no sabía si era más fuerte el rencor, los celos, el arrepentimiento o el amor hacia quien fue su hermano mayor en el pasado.

             Todo esto se ahondó más cuando Wei Wuxian volvió a la vida; Jiang Cheng no sabía cómo reaccionar ante esto, pero el sentimiento que afloró más rápido fue deseo de venganza, de verlo sufrir como él había sufrido todos esos años, sin padres, sin su hermana, y por Jin Ling, que siendo aún un pequeño recién nacido; no tenía nada, le habían arrebatado todo. Pero al final, su ex hermano mayor le terminó demostrando una vez más que estaba equivocado, que, tantos años viviendo del rencor, de perseguir y asesinar inocentes sólo por la leve sospecha de ser un Wen o estar relacionado con el Patriarca de Yiling; todo esto había sido en vano; pues Wei Wuxian no había sido el causante principal de todas esas desgracias. No le quitaba la culpa completamente, pero el Jiang había llegado a la conclusión de que simplemente en ese momento, tanto él como Wuxian, habían tomado el camino que cada uno creía era el correcto. Cada uno defendiendo sus creencias, uno con los sobrevivientes de Qishan; y el otro con la restauración de su Secta. La vida decidió separarlos, y así fue.

Algún Día (Jiang Cheng x Wen Qing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora