Abrió las puertas de la casa de una manera un poco brusca.
- ¡A-Ning! Te estaba buscando. Explícame apropiadamente- Pero se calló al ver la escena que tenía delante.
Dos hombres. Uno acostado sobre una cama de madera, el otro a su lado en posición defensiva. No podía ver claramente sus rostros, pero de lo que, si estaba segura, era de que esos dos, no deberían estar allí. Miró al otro costado de la habitación, en dirección a otra figura algo borrosa y sin rostro; al igual que los otros dos personajes. Solo que esta vez, si pudo identificarlo, como el dueño del nombre A-Ning.
Escuchó voces desde el exterior.
-Líder de Oficina de Supervisión, ¿Ocurre algo malo? -
-No ocurre nada malo. Mi hermano está de regreso, y se siente mal otra vez. No lo despierten. Vamos, hablaremos en el camino. - Respondió con indiferencia.
- ¡Si, Señora! - respondieron esas voces.
Pero apenas unos minutos después de haber abandonado esa habitación, escucho unos gritos y risas histéricas. Inventó cualquier excusa para con esos hombres que la acompañaban, y se apresuró hacia el lugar de donde provenía tal escándalo.
Abrió las puertas velozmente, sacando las agujas que siempre llevaba consigo en sus mangas, y de un movimiento rápido y exacto, clavó una de ellas en la cabeza del muchacho que no paraba de reír frenéticamente como un lunático; haciendo que volviera a caer inconsciente en la cama.
-Wen Ning, ¿Qué tan tonto puedes ser? Dejar que se ría y grite tan fuertemente, ¿Acaso quieres que lo descubran? - Regañó severamente, mientras cerraba las puertas.
- ¡Hermana! -
- ¿Llamándome "Hermana" ahora? Ni si quiera te lo he pedido. Pude evadir algunas preguntas anteriormente, pero, ¿Acaso crees que, si Wen Chao se enterara de esto, no te destrozaría? Si él se propone matar a alguien, ¿Tú crees que yo podría detenerlo? -
-Pero Hermana, el Joven Maestro Wei...- dijo insistente la voz.
-No diré nada, ya que estás actuando por gratitud y eso es entendible. Sin embargo, estos dos no pueden quedarse por mucho tiempo. ¿Acaso piensas que Wen Chao es idiota? Buscaran aquí, tarde o temprano. Esta Oficina de Supervisión, está bajo mis ordenes, además es tu casa. ¿Qué acusaciones crees que harán si se enteran que los estás escondiendo aquí? ¡Piensa con más cuidado! -
-Pero... la gente de la Secta Wen- pero lo interrumpió.
-Lo que la Secta Wen haga, no representa lo que nosotros hacemos. No necesitamos hacernos responsables por los daños causados por la Secta Wen. - miró al hombre que estaba al lado del que había sido anestesiado hace unos momentos. -No hay necesidad de mirarme así. Hay un inicio para todas las deudas. Seré la Líder de la Oficina de Supervisión de Yiling, pero me ordenaron tomar el cargo. Soy una médica, una apotecaria, jamás he matado a nadie. - le aseguró. Miró al hombre inconsciente. No pudo evitar sentir culpa, y un poco de... ¿Tristeza? ¿O impotencia?
-No le quiten la aguja. Si se despierta, volverá a armar escándalo. Su voz podía escucharse desde afuera. Quítensela cuando haya sanado todas sus heridas. - suspiró, pero retomó su tono enojado. -No quiero lidiar más con Wen Chao, y con esa mujer que siempre lo persigue. ¡Me da asco! - dijo molesta, saliendo de la habitación.
El escenario cambió. Suponiendo por la oscuridad del exterior, parecía de ser de noche. Lo que no sabia era si se trataba del mismo día, u otro día distinto a la discusión anterior; pues todo se sentía tan ajeno y extraño.
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Algún Día (Jiang Cheng x Wen Qing)
RomantizmHan pasado varios años desde que la paz ha regresado al mundo de la cultivación. Pero para Jiang Cheng, nada esto tiene de pacífico... Cada vez los asuntos de su Clan se acumulan en más y más trabajo, el descanso es casi nulo, y por si no fuera poco...