-Wei Wuxian... Tú sabes... ¿Por qué lo llaman Destructor de Núcleos? - El hombre mencionado a su lado, sólo lo miró sin contestar nada; y él mismo, tampoco podía mirarlo, no se atrevía a mirar otra cosa, que no fuera la nada, al frente suyo... En esa habitación, en la que había despertado y que no conocía. Simplemente continuó -Porque sus manos pueden... destruir tu núcleo dorado. - Se sumieron otra vez en el silencio. Sólo el ruido de la naturaleza a su alrededor podía escucharse. – Eso disipa tu poder espiritual, e impide formar otro núcleo dorado; dejándote como una persona ordinaria para siempre. -
Podía sentir perfectamente como el joven muchacho a su lado, empezaba a respirar de manera agitada. Él mismo también, estaba encontrando bastante difícil respirar sin romperse en ese aquel instante. Todo esto le parecía tan estúpido e irreal, ¿Por qué mierda le estaba sucediendo esto a él? ¿Por qué solo a él? ¿No era suficiente ya con haber perdido a sus padres? ¿Su hogar? ¿Aquellos discípulos que él consideraba sus hermanos y amigos? Pero ya nada podía hacerse.
-Destructor de núcleos...- pronunciaba ausentemente su hermano. -Destructor de núcleos...- volvió a repetir con la voz aún más baja.
Levantó sus manos agitado y asqueado, la desesperación ya estaba invadiéndolo. Podía sentir como la angustia le nacía desde el estómago, impacientando su pecho, la punta de sus dedos, e incluso llegando hasta sus pies; ¿Qué debía hacer? ¿Qué haría ahora? Su respiración aumentaba en frecuencia.
-Nunca volveré a formar un núcleo dorado...- sus manos empezaron a temblar incesantemente, ya no tenía control de su cuerpo; ni de nada, sólo podía escupir las palabras que brotaban en su mente. - ¡NUNCA MÁS! - gritó, haciendo que su hermano se girara a verlo. La impotencia y el asco estaban haciendo que sus músculos se contrajeran, y el temblor en sus dedos se hizo más latente. - ¡Seré una persona ordinaria por el resto de mi vida! ¡Nunca podré ser el mejor cultivador! - al gritar esto, comenzó a golpear sus muslos sin apartar la mirada de sus manos, tal vez así, golpeándose se despertaría de esta horrible realidad.
La persona a su lado sujetó sus brazos para tranquilizarlo, y evitar que se siga haciendo más daño; ya que aún no se había recuperado de sus heridas.
- ¡Jiang Cheng! - lo llamó, intentando tranquilizarlo.
El chico desesperado se giró y lo miró. Ambos estaban al borde de las lágrimas.
- ¿Sabes? - Respiró fuertemente, intentando calmar el ardor de su pecho y las lágrimas que empezaban a picarle el borde de los ojos, que ya estaban bastante hinchados. -Los núcleos de mis padres... ¡Fueron destruidos por él! ¡Perdieron el poder de resistir, y fueron asesinados por él! - su cuerpo entero temblaba. Con lo poco de energía que le quedaba, empujó a su shixiong, tirándolo de la cama. - ¡¿LO SABÍAS?!-
Las lágrimas en ambos rostros empezaron a caer.
-Wen Zhuliu... ¡Wen Zhuliu! - gritó. -Me vengaré- murmuró apretando su mandíbula, mientras se levantaba desesperadamente de la cama en la que había estado inconsciente desde que había sido rescatado de las manos de esos genocidas. -Me vengaré... ¡Me vengaré! - caminaba casi a rastras.
-Jiang Cheng...- su hermano mayor lo sujetó de los brazos. Si los gritos continuaban en aumento, seguramente los encontrarían.
- Pero... ¿cómo podría vengarme? Perdí mi núcleo dorado. - negó para sí mismo, y el llanto volvió a atraparse en su garganta. -No puedo formarlo de nuevo... ¡¿Cómo podría vengarme?!- pegó un manotazo para soltarse de quien lo sujetaba.
Tal vez se estaba desquitando con la persona equivocada, tal vez y sólo tal vez. Pero eso a él, realmente no le importaba. Ya lo había perdido todo, hasta su propia dignidad como cultivador.
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Algún Día (Jiang Cheng x Wen Qing)
RomansaHan pasado varios años desde que la paz ha regresado al mundo de la cultivación. Pero para Jiang Cheng, nada esto tiene de pacífico... Cada vez los asuntos de su Clan se acumulan en más y más trabajo, el descanso es casi nulo, y por si no fuera poco...