~El templo se revolucion a causa de Inugami~

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Llegamos al templo cuando caía la noche, Pegui nos esperaba nervioso con la cena echa para todos. Inugami obligo a Ghinro a enseñarle todo y cuando digo todo es todooo el templo. Yo por mi parte me fui a poner mi kimono, pues a pesar de llevar poco tiempo usándolo me era más cómodo para andar por aquí.

A la hora de cenar aquellos dos demonios aun seguían hablando cosas de tiempos antiguos que solo ellos sabían y bueno... yo me sentía un poco sola, triste y apartada...

-Te acuerdas el susto que le pegamos al padre de Zero-san jajajaja *dicia Inugami*

-Si lo recuerdo, nos escondimos en esas vasijas gigantes jajaja *le respondía Ghinro riendo*

-Oh y la vez esa en la que le pintamos la cara con tinta de calamar a Zero-san *reía mas fuerte el pelimorado*

-Pobre Zero-sama nos pasamos con la broma jajaja *se limpiaba las lágrimas de alegría el rubio*

-Y la otra vez en que use un sello e intercambiamos cuerpos? Jajaja los dos kamis estaban desesperados! *grito Inugami*

-Si jajaja! Aun que prefiero que no se repita *respondió Ghinro*

Me gustaba ver a Ghinro tan alegre, pero que yo no me pudiera involucrar en la conversación me hacia sentir mal. Termine de comer y junto a Pegui nos fuimos cada uno a nuestra habitación. Estaba, la verdad, un poco malhumorada, pero pude percatarme que ellos realmente si me estaban poniendo atención.

-Me parece que tu albina se enfado *oí débilmente a Inugami*

-Estuvo preocupada por mi estos dod días y... ahora la e dejado de lado... *oí con tristeza a Ghinro*

-Cuentame, por que ella? No te gustaría otra mas dotada? *pregunto con malicia Inugami*

-Oye que tanto la has estado mirando!! *grito nervioso mi ojiazul*

-Tranquilo, tranquilo jajajaja! *río con fuerza*

Salí de mi habitación y me dirigi al salón, pero no entré, sino que me escuchando atentamente en la puerta.

-Y bien? Dime.. *le interrogo Inugami*

-Fue amor por que llevo muchos años con ella y ya esta *dijo enfadado Ghinro*

-Es linda? Cariñosa? *le bombardeo a preguntas*

-Por supuesto... y tierna... *dijo entre suspiros*

-Y?

-Necesita protección, pero ella es muy fuerte sola... Siempre quiere ayudar a los demás antes que a ella... Es mi chica perfecta y la amo con todo mi corazón *sentencio Ghinro*

Que fue esa confesión, mis mejillas se sonrojaron a mas no poder, mi corazón latía a mil por hora, me iba a ir a mi habitación, pero alguien abrió la puerta y caí de espaldas dentro del salón.

-Sabia que aquí olía a deidad espía *dijo Inugami apoyado en el marco de la puerta*

-Yuu-chan?! *se levanto Ghinto sonrojándose al verme*

-N-no era.. mi intención... yo... *no tenia ninguna escusa en mente*

-Tranquila, realmente yo quería que sucediera esto, bueno los dejos pareja *dijo el pelimorado saliendo del salón* que tengan una feliz charla.

-Inugami! Tramposo *le grito el rubio*

-Ghinro... *quería llamar su atención*

Se levanto y me beso la mejilla salio corriendo tras Inugami, dejandome sola en el salón. Me tumbe a leer o mejor dicho a esconder mis lágrimas bajo las paginas de aquel libro, pues Ghinro había preferido perseguir a aquel demonio perro, que quedarse a arreglar las cosas conmigo...

Tardo como media hora en volver al salón, sentí que se sentaba al lado de mi cabeza y acariciaba con suavidad mi pelo... me diría algo sobre sus sentimientos hacia mi o no?

(Y hasta aquí llegamos, me disculpo por que sea tan corto, pero la señora inspiración no aparece y no quería dejar retrasada la historia, así que ahí se lo dejo en cap abierto para el siguiente. Espeto que les haya gustado, voten, comenten y compartan n.n)

La vida de una Kamisama (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora