Labios envenedados

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Cada vez que veo o como una gomita de dulce, pienso.
¿Así será el sabor de sus labios?
¿Serán dulces?
¿Serán ácidos?
¿Serán tan suaves?
No.
¡El sabor de sus labios no pueden tener comparación alguna!

Esos labios de dulce.
Un dulce envenenado que estoy dispuesto a comer.
Sus labios... ¡Ahh joder! El solo pensar en su sabor me vuelve loco.
Sus labios son el único dulce que deseo comer en mi maldita vida.

Aunque sea el beso de la muerte, algo que condene mi alma al tormento.
Mejor forma de morir no puede existir.
Pero, que raro.
Sus labios no han tenido la cicuta que esperaba.
Desdicha la mía, no son los labios que han de darme muerte.
No son los que me han de dar amor.

No he de buscarlos, esperaré a que rompan el silencio.
O mejor, que sean los que se articulen a la perfección de mis labios sin notarlo.

Poemas de una sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora