- Buenas tardes, soy el doctor Lee. ¿Algún problema con tu celo?
- Nah, doc. - el chino rio escondiendo su dentadura con la palma de su mano - No tengo ningun problema grave, me da un poco de vergüenza decírselo.
El atractivo doctor negó - Dime, no...
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— ¿¡Porqué hiciste eso?!
A penas cortó la llamada, Jun le reclamó a Henry. El coreano - americano solo volteó los ojos.
— Vamos Jun... Si yo no lo hacía tú no te atreverías. — el delgado omega vio hacia otro lado, sabía que tenía razón. — Pero, ¡mirale el lado bueno! Podremos intimar con ropa.
— Uh... Henry, no podría tener sexo sabiendo que mi doctor sabe como lo voy a hacer. Además — Jun trató de poner una excusa — no dejaste que termine de hablar y quizás tenía al-algo import-tante que decir.
— Vamos, omega — Henry habló cerca de su cuello mientras desabrochaba su camisa de seda. — no vine hasta aquí para solo hablar de la universidad.
— N-no en serio, Henry. No quiero hacerlo hoy. Te-tengo mucha vergüenza.
Henry escabullo sus manos hasta llegar a los pezones de Jun y apretarlos. El menor automáticamente soltó un jadeo.
— Tu cuerpo no dice lo mismo Jun. ¿No crees deberías hacerle caso? — Henry amaso su trasero, para después apretarlo con sus dos manos.
— No, no quiero. Ya déjame — trató de empujarlo.
— Jun — el alfa se separó de él molesto — no vine hasta aquí por las puras, no tendremos sexo. Ya entendí.
— Ya, entonces — camino hacia la puerta de su apartamento, abriendola hacia Henry — vete.
— Vamos, Jun. Solo será con ropa.
— No, he dicho que no. — fue firme — retirate porfavor
— No me iré — Henry no se movió de su lugar.
— Te he dicho que te vayas.
— Te he dicho que no lo haré. — confrontó
— Pues entonces tendré que llamar a la poli—
— Omega, cierra la puerta. — Henry había utilizado la voz de mando. Sin reclamar cerró la puerta, se acercó a él y sumisamente mostró su cuello — hoy tendremos sexo ¿Escuchaste omega?
Sin saber porqué, sus ojos empezaron a cristalizarse. Un miedo recorrió su espalda
— Hen-henry no — hipo — yo no quiero estar conti-tigo hoy, porfavor
El alfa solo lo miro molesto para acercarse a él y de un tirón, romper los botones de su camisa. Jun trató de protegerse en el acto.
— Por-porfa-favor, detente tengo miedo.
El alfa no lo escuchó y lo abrazó con fuerza para empezar a crear chupetones en la piel del delicado omega. Jun, por su parte, lloraba desesperado pues su cuerpo solo hacía caso a lo que del mayor rango decía. Lloró más fuerte cuando vio desde la lejanía el timbre de su celular y como este avisaba la llamada entrante.
Doctor Lee Seokmin
Henry no escuchó, ya que estaba ocupado en tocar el cuerpo ajeno. Sin embargo, un lloroso y roto omega llamó a la única persona en su mente.
— Seokmin... Ayuda
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