- Buenas tardes, soy el doctor Lee. ¿Algún problema con tu celo?
- Nah, doc. - el chino rio escondiendo su dentadura con la palma de su mano - No tengo ningun problema grave, me da un poco de vergüenza decírselo.
El atractivo doctor negó - Dime, no...
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Seokmin miraba su armario pensando que ropa debería ponerse. ¿Debería llegar con la cena? ¿A Jun le gustaba la pizza de pepperoni? Cuando el alfa se ponía nervioso no solía hablar, solo se quedaba callado. Esperaba que Jun tenga un smart TV así el podía acceder a su cuenta de Netflix y ver películas. A Seokmin le encanta La Cenicienta ¿Jun se burlaría si decía para ver toda la saga de las princesas? ¡Claro! Jun es chino, ¡Pueden ver Mulán juntos!
Al final, Lee se decidió por un pantalón negro y un polo manga larga negro también, aunque para no lucir aburrido lo combinó con un chaleco color perla. Finalmente, se puso sus amadas y viejas converse y listo, ya lucía todo un papucho.
A diferencia de él, que vivía en un lujoso apartamento, Junhui vivía en un suburbio humilde y sin casas ni carros tan ostentosos, al contrario, las casas parecían ser de personas mayores o de familias con niños pequeños. La casa de Wen era muy verde. Tenía bastantes plantas y flores, de hecho, la coquetería del jardín eran los gnomos, enanitos y conejitos hechos de cerámica que daban un aire bonito, encantado y exótico al lugar. Nervioso toco la puerta de la casa, lo hizo tres veces, no quería lucir desesperado tampoco. Esperó unos segundos y cuando menos lo espero Junhui sonreía feliz de verlo.
— Doctor Lee — Jun habló esperanzado — gracias por venir, pensé que no lo haría.
— Hola Jun... — Seokmin no podía evitar sentir un zoológico en el estómago — Soy un hombre de palabra, aquí estoy. — El doctor Lee es tan dulce pensó Wen — Traje pizza de pepperoni para pasar el rato.
— ¡Oh! — Al omega le brillaron los ojos tal cual niño — ¡Me encanta la pizza! Pase hace un poco de frio...
Cuando el médico entró al hogar este olía a gardenias, su alfa suspiró tranquilo, aquí se sentía bien, se sentía correcto y en paz. El aroma de Junhui le daba la bienvenida dulcemente.
Por su parte, Jun no podía evitar ver las caderas del doctor. Estas eran grandes, sus piernas lucían fuertes y tonificadas a pesar que la tela del pantalón era holgada. Seokmin era muy guapo... hubiera deseado conocer a alguien como él.
— Doctor... ¿Desea algo de tomar? — Seokmin fijó la vista en su omega, Jun estaba sonrojado con sus manos atrás. Su pareja destinada podría ser universitario y haber perdido la "pureza", pero la dulzura que emanaba no podía ser extinta de ningún modo. Cada vez se enamoraba un poquito más — ¿Café, té?
— Una taza de café está bien. Gracias.
Seokmin esperó en la sala. En el centro de mesa había un cuadro de Jun, un niño de 10 a 13 años y, lo que el supone, sus padres. Su omega se parecía mucho a su madre. A los segundos, el joven universitario llegó con una taza caliente, sonrió hacia él como modo de agradecimiento.