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Sus dedos entrelazados en el cabello oscuro como la noche, a ratos tirando de sus hebras con fuerza y desespero, mientras sentía unas manos perderse entre medio de las prendas que cubrían su cuerpo.

Un leve gemido brotó de los labios del mayor en cuanto su entrepierna choco por arte magia con la zona baja de la chica, quien se mordió el labio inferior ante aquella exquisita sensación.
Sun siquiera razonaba, tenía sus ideas en otra órbita o más bien, en otro universo a millones de años luz. Sin decir más, bajó lentamente su mano por el torso del chico, pasando por su abdomen y así, llegando al miembro de este, el cual se encontraba cubierto por el pantalón de buzo. Trazó el contorno de este, generando que Yeop acercará su rostro al cuello de la castaña, y depositara suaves besos en aquel lugar tan sensible.
Volvieron a juntar sus labios en una danza parsimoniosa y erótica, generando que algunas prendas comenzarán a ser un obstáculo para las múltiples caricias que se otorgaban. La mente embriagada de Hwang junto a los leves suspiros de quien estaba bajo la posesión de su cuerpo, nublaban sus sentidos y las ganas de querer follarla, se acrecentaban.

Levantó su chaleco, quitándolo junto a la camiseta que llevaba debajo, quedando con su pecho descubierto ante las curiosas manos de Sun, quien feliz de la vida, trazaba pequeñas líneas en la zona abdominal del chico, bajando hasta la zona pélvica de esta. Acarició con suma delicadeza el miembro palpitante y erecto de Yeop, por sobre la tela de la prenda que evitaba a toda costa tocar aquel tentador trozo de carne.
Ambos estaban sumidos en una nube pasional. Una nube excitante e inquietante, en donde cada roce o cada leve gemido que brotará continuamente de los labios tanto del uno como del otro. Se sonreían cuando sus ojos conectaban en los pequeños segundos que lograban conectar. Un sentimiento que lloraba por ser considerado y emitido por ambos corazones.

- Hwang... Hwang...- hablaba entre dientes Sun, quien sentía cada una de las falsas embestidas que le entregaba el chico pelinegro de hermosos aretes colgantes- quiero más...¡Ah!

- ¿Segura?- en medio de un fogoso y erótico beso, interrogó Yeop, quien desabrochaba los pantalones de la castaña, quien asintió ante la acción que estaba por cometer su Roomie- ¿Estás muy caliente?

- ¡No sabes cuánto! Hazme tuya- esta vez, ella mordió levemente el lóbulo derecho, dando un leve langüetazo al contrario, quien llegó a cerrar sus ojos por lo exquisito que se sentía.

Hwang sin decir palabra alguna, retiró rápidamente y algo brusco, los pantalones de SunHee, junto a las hermosas braguitas blancas que la acompañaban.
Observó detalladamente la piel lechosa y suave de la chica, quien tenía sus mejillas sonrojadas. Un hermoso tono carmín acompañaba su delicado y armonioso rostro. ¡Era una obra de arte!
Sus orbes la observaban, con suma precisión, todo esto, para grabar cada pedacito de ella en su memoria.

Pero todo se esfumó, en cuando sintió los labios esponjosos y rosados de Sun, presionar a los suyos. Incluso, introduciendo su lengua con suma urgencia. Yeop rodeó sus caderas con ambas manos, y volteando ambos cuerpos, esta vez Min quedó sobre su cuerpo.
La chica, rozaba su pelvis con los pantalones del chico, los cuales se empapaban con los dulces fluidos de Sun, quien flexionaba su espalda con cada uno de los movimientos circulares.
Sus pequeñas manos descendieron hasta la bragueta del cinturón, para posteriormente, desatarlo y desabrochar el botón. Con una sola mirada, Hwang comprendió que anhelaba ella, y levantando sus caderas, Sun terminó por bajar sus pantalones junto a los boxers. Por un momento, el pelinegro pensó que quizás la chica sería más lenta en sus acciones a partir de ahora, pero perdió total noción del tiempo y de la realidad en la que se encontraba, en cuanto sintió como rodeaba con una de las manos contrarias a su miembro, para de un cerrar de ojos, ver como Sun se penetraba a si misma.
¡Era como estar en el cielo! Se sentía tan apretada y embriagadora la sensación de follar con la chica que más deseaba... ¡Dios! ¡Gracias por esto!
Los movimientos circulares junto a los pequeños saltos que la castaña ejercía, permitían que la excitación y el placer recorriera con mayor fuerza alrededor del cuerpo del chico. Sus labios se hundieron en una danza de lenguas, acompañados de sonidos obscenos provocados por los mismos roces y la saliva que había de por medio. Pero lo más delicioso, era lo mojada que estaba aquella vagina. El pene de Hwang llegaba a resbalar en su interior por la cantidad de lubricante que producía la fémina.
Apretó su cintura, para poder dar vuelta ambos organismos. Yeop tomó su pene y rodeó los labios vaginales, para volver a entrometerse en aquel ambiente fogoso. Por cada embestida que ingresara, salía un poco para volver arremeter en ella con mayor fuerza y profundidad. Sentia que sus testículos chocaban con el trasero de Sun, quien tenía sus labios entre abiertos. Era la mejor sensación del mundo el poder follar a Min Sun. Era tan única en todo su esplendor.

- ¡Hwang! ¡Más fuerte!- atento a sus órdenes, la follaba como si fuera la misión que tenía- ... siento que me voy...

- Sun... ¡mierda que rico!- Yeop hizo un movimiento circular para volver al mete y saca.

- Hwang... yo...- y ambos se fundieron en un suave beso, mientras sentían como sus cuerpos se relajaban y alcanzaban las estrellas de aquella fría noche invernal, mientras un orgasmo atacaba. Los fluidos de Sun envolvieron a Yeop, quien de igual manera, llenó el interior de la contraria con su semen.

Cayó de lleno sobre el pequeño cuerpo, reposando su cabeza en el pecho blanquecino y brillante por el sudor. La chica acaricio las oscuras hebras. Eran suaves y lisas, y algo esponjosas, aunque estaba humedecidas por el sudor. Obviamente dada la situación.
Yeop levantó su mirada hacia el rostro de Sun, quien le devolvió la mirada. Sus ojos cafés impactaron de lleno en lo de él, reflejando el cariño que se sentían. Era algo mutuo y hermoso.

Recostandose a su lado, y quedando de frente, Yeop cubrió ambos cuerpos con las frazadas, sacando más de una sonrisa en el bello rostro de la menor de los Min. Entrelazaron sus manos, acariciando suavemente los dedos de ella. Guardaban silencio, escuchando solo la  respiración del otro.
Se fundieron en un abrazo, un abrazo cálido y confortable, en donde el mayor depositaba suaves besos en la frente de la chica, pero se vio interrumpido cuando ella sugirió el que se vistieran.

- ¿Estas bien?- indagó Hwang.

- Sí ¿Por qué?- trago saliva antes de continuar hablando- ¿Sucede algo?

- Estas callada, al menos no se, podrías a lo mejor retractarte o echarme de tu cama- apoyo su cabeza en su mano, mientras observaba a Sun colocarse un par de pantalones de pijama.

- ¿Y por qué debería hacerlo?- rió bajito ante las elocuencias del chico.

- ¿Por qué soy tu Roomie? ¿O por qué a lo mejor volviste con Park Seonghwa?- ante la última pregunta, ella negó.

- No sé de qué hablas Yeop...

- Cuando llegaste a casa, yo estaba con Jeon... y te besaste con  Seonghwa en la puerta del apartamento como si sus vidas dependieran de ello- abrió sus ojos al borde salirse ante aquella información- Hwa se puso mmm... algo agresivo, puesto que no quería que yo te tocase o encargase de ti ¿Y Jeon? Lloraba peor que Magdalena- sonrió amargamente- luego de que Park se fuera junto a JungKook, quien actuó de mediador y no sabes cuánto se lo agradezco, te quedaste literalmente con la televisión apagada en el sofá.

- ¿Y tu? ¿Qué hiciste?

- ¿Yo? Pues, yo por mi parte bebí un par de cervezas que habían en el refrigerador- nuevamente ella negó.

- ¿Sabías que eran de YoonGi? Te va a matar cuando se entere.

- ¿Y cómo crees que reaccioné el gran Min YoonGi cuando sepa que folle con su hermana?- alzó una ceja ante el cambio facial en el rostro de Min SunHee- ¿Recuerdas siquiera quién empezó todo?

- Fui yo- respondió inquisitiva- y tu seguiste el juego.

- Y no podemos culpar al alcohol, porque ambos estábamos iguales de concientes ante las acciones que ejecutamos.

- No le diremos a nadie- sugirió ella.

- ¿Y a Park?

- Eso solo fue un desliz, una borrachera de amigos... Fin de la historia- le dio la espalda mientras se observaba en el espejo.

Yeop se levantó de la cama, para caminar en su dirección. Colocando sus manos detrás de la espalda de la chica, y dando pequeños besos en sus hombros, le sonrió a través del espejo.

- No me arrepiento de nada- habló seriamente Yeop.

- Yo tampoco Hwang- respondió besando su mejilla.

Y la noche era su mayor testigo.

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Actualizaciones de The Roomer
♡ Días martes y sábados a las 17.00 horas (por temas de estudios, se atrasa una hora pero se mantienen los días).

También, los/as invito a leer mi otra novela llamada Destino de Park Seonghwa, con actualizaciones los días miércoles y domingos a las 17.00 horas.

Daniela❤

The Roomer - Hwang In YeopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora