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Ya era viernes y el cuerpo lo sabe.

Changbin y Félix estaban haciendo cola en la cantina para ver si alcanzaban a comprar unos pastelitos aunque sea, estas mini-bestias de camisa azul cada día llegaban más agresivos y como con más hambre, provocaba patearlos.

El pelinegro había llevado un pan con queso amarillo y mortadela que ni se comió porque el lambucio de Jisung se lo había sacado del bolso cuando estaba en su estado de aguevoniamiento masivo y no se dio cuenta hasta que salió al receso. Por eso es que los matan.

Y les da diarrea.

"Mira, hay empanada de pollo y pastelito de queso, ¿qué vas a querer?"

Changbin le preguntó a Félix, aprovechando que sin querer había sacado a unos carajitos de la supuesta columna.

Félix lo pensó un momento antes de responder "Dos pastelitos de queso, por favor"

"Me da dos pastelitos, dos empanadas y dos jugos de naranja, por favor"

Porque es educadito el muchacho, no se crean.

Una chama con cara de culo le entregó lo que pidió casi que tirándoselo encima y de vaina le mete un coñazo para que se saliera de ahí.

Suspiró antes de salir de ese bululú de gente y se tragó las veinte maldiciones que le iba a soltar a la cantinera.

El pecoso estaba jugando a "Mi jardín" o "El jardín de fulanita..." en realidad no sabe cómo se llama pero Félix había estado obsesionado con ese juego los últimos días, aunque para él fuera una ladilla, siempre escuchaba lo que el otro le explicaba del juego Y aunque no lo dijera, le gustaba mucho la forma en que sonreía emocionado cada vez que pasaba algún nivel... o alguna webonada de esas.

"Hey, toma"

Changbin le pasó uno de los vasos a Félix junto con una empanada y un pastelito.

"Yo no pedí esto." Dijo refiriéndose al jugo que Changbin le había entregado.

"Pero yo sí, y es para ti"

Había sido algo inconsciente, simplemente sabía que eran dos. Y no es que fuera la primera vez que le compraba algo a Félix, sobre todo comida, cada vez que compraba algo para él mismo terminaba pidiendo uno más.

Félix sonrió ante el gesto de Changbin, al que poco a poco se iba acostumbrando.

"Gracias..."

"De nada. Eh... mañana es la fiesta, ¿le dijiste algo a tus padres?"

"Aún no, me temo que mi papá no me deje ir..."

Félix puso cara de perrito regañado.

"Te dije que yo podía hablar con él.., claro, si quieres"

Había dicho eso de forma casual, pero en sólo pensar que ese titán de casi dos metros era el papá de Félix y tenía que sacarle permiso para que dejara ir a su inocente y diligente hijo que no tiene ni una pizca de malicia en el cuerpo, a un lugar donde probablemente haya mucho alcohol y drogas...- no, drogas no, borrachos siempre, drogos nunca; no vaya a ser que se deje llevar por la sonrisa de mosca muerta de Jeongin y termine borracho y todo vomitado, todo eso lo cagaba de una manera bRUTAL.

Tendrá que estar pegado al pecoso como una garrapata.

"Bueno, está bien, ¿puedes hablar con él cuando me venga a buscar?"

MARICO, NO.

Tampoco le iba a decir que su papá le daba miedo en alta, ¡tenía que ser un hombre!

Distrito Nueve [Sᴛʀᴀʏ Kɪᴅꜱ Vᴇɴᴇᴢᴜᴇʟᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora