La llegada de la cobra

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*Narrador omnisciente*

     Era un día normal en el valle, todos hacían su vida normal, en estos momentos todos los alumnos de un dojo llamado Cobra Kai se encontraban entrenando, era verano así que entrenaban por más horas y más duro que de costumbre. Todo era normal a excepción de una cosa, a una de las casas que parecían haber sido abandonadas hace mucho tiempo había llegado un camión de mudanzas que parecía estar sacando y acomodando muebles nuevos. Esa casa había estado recibiendo visitas constantes en los últimos meses de maestros constructores y de un chico joven.

     A la distancia, aún sin entrar al valle, se encontraban de camino dos jóvenes. Un chico pelirrubio de veinticinco años en el asiento del conductor y una chica castaña de dieciséis años, con audífonos puestos y música a todo volumen, sentada en el asiento del copiloto. A simple vista no lo parecían, pero eran hermano y hermana. Los dos habían decidido mudarse juntos, lejos de sus padres, ¿razón?, vivían en un barrio demasiado peligroso, y la muchacha, (T/N), era descuidada constantemente por parte de sus padres, y su hermano, Dylan, se había hartado de eso y decidió llevarse a su hermana de aquel infierno presente en la tierra. 

     En todo el camino ninguno de los dos había hablado, si los veías en ese momento, vestidos casi en su totalidad de negro, con cadenas al cuello, pulseras y muñequeras de cuero,  podías creer que eran un par de problemáticos, pero no es así... solo uno de ellos lo es y ese no es Dylan... no ahora.


-... ¿No vas a hablar? - Le preguntó Dylan a su hermana quien solo se dedicaba a escuchar música y mirar por la ventana. - Hey - Le chasqueo los dedos frente a ella para que se quitara por lo menos un audífono y lo logró. - por favor, te pido que digas algo, no has hablado desde que partimos. 

-...

-Sé que no te gusta que nos hayamos ido pero-

-Me alejaste de mi vida. - Dijo haciendo énfasis en "mi vida".

-Corrección, te salve de una vida de mierda constante. 

-Me alejaste de mis amigos. 

-Amigos que no eran más que una mala influencia y por los cuales te expulsaron tres veces de tu anterior escuela, y de otras escuelas, debo agregar.

-A, eso es otra cosa genio, ¿ya me encontraste una escuela a la cual ir? 

-Buscaré en cuanto lleguemos a la casa. 

-¿Siquiera crees que en ese pueblito de mierda haya alguna escuela? 

-A lo menos una debe haber, y cuida tu lenguaje.

-Lo dice el que maldice más que el diablo. 

-Has lo que digo y no lo que hago, recuerda eso. 

-No prometo nada. - Volvieron a mantener silencio por un largo periodo de tiempo hasta que Dylan se dio cuenta de que estaban llegando. 

-Tal vez si miras en frente podrías ver más de tu nuevo hogar. - (T/N) miró hacia el frente como le dijo su hermano. 

-Wow... no me esperaba esto.

-Yo tampoco... ja, creo que nos acostumbraremos.


     Ambos hermanos miraban el lugar mientras llegaban a su nuevo hogar, en el recorrido (T/N) pudo ver que en una especie de centro comercial había un dojo, se decidió a que en cuanto estuvieran instalados iría a ver que tal allí, pero a su hermano no le gustaría nada. 

     Luego del último tramo de trayecto silencioso llegaron a su nuevo hogar y se bajaron juntos con un par de maletas cada uno. 


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