Fotografías

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Y aquí sigue Taichi intentando conseguir la amistad del rubio aunque a éste no paran de darle sustos. :*

Constancia: Del lat. constantia. Firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y en los propósitos.

Tai cumplió su amenaza del día anterior y allí se encontraba, en el salón del rubio esperando a que este terminara de arreglarse. Matt lucía unas profundas ojeras porque realmente no había podido dormir pensando en que tenía que ir al día siguiente a la universidad. No se sentía realmente preparado pero debía continuar con su vida. No se iba dejar tumbar tan fácilmente.

Escrutó con la mirada al moreno que hablaba tranquilamente con su madre. Tan sonriente, tan seguro y tan feliz. Matt sintió algo de celos. Seguro que Tai era un chico querido por todos y tenía una familia estupenda.

-¿Vamos?- comentó pasando a su lado y dirigiéndose hasta la puerta.

Se despidió de su madre con la mano y salieron de allí. Tuvieron que coger el metro, su madre vivía lejos de la universidad y Tai había hecho todo ese camino para tener que deshacerlo ahora. No hablaron y parecía que no les molestaba el silencio. Cuanto más cerca estaban de la universidad más se estaba poniendo nervioso el rubio. Notó una mano en su hombro, era la mano morena de Tai.

-Tranquilo.- le dijo.- Tu pon tu mejor cara de asesino en serie y nadie te dirá nada.- le guiñó un ojo para después agarrarle del brazo y tirar de él hacia el campus.

Se tuvieron que separar ya que cada facultad estaba en sitios distintos y Tai tuvo razón, nadie se acercó a Matt. Se sintió un poco perdido al retomar las clases. Tenía mucho que ponerse al día ya que llevaba más de una semana sin pisar las aulas. Intentó concentrarse y aquello le ayudó.

Estaba terminando de poner en claros algunas ideas en su libreta cuando la clase terminó y se le acercó un chico.- Ishida ¿no?- preguntó.

El rubio elevó su rostro, era un joven de pelo moreno y ojos marrones, como la mayoría de los japoneses.- Sí.- volvió la vista a su cuaderno.

-Me han dado esto para ti.- le entregó una carta.

El rubio la tomó con el ceño fruncido y algo extrañado. El chico desapareció después. En el sobre no había nada escrito pero estaba sellado. La abrió dentro había unas fotos de él, desnudo. Casi se le cae de las manos que empezaron a temblar un poco. Recogió sus cosas y salió de allí corriendo en busca de Tai. Tenía miedo. Llamó al moreno mientras se acercaba a su edificio.

-¿Qué pasa?

-Sabe que estoy aquí...- miraba a todos lados intentando ver si veía a Tai o a Takeo.

-¿Dónde estás?- preguntó.

-Voy para tu facultad.

-No me cuelgues ¿vale? Sigue hablándome. ¿Qué ha pasado?

-Cuando ha terminado la clase un chico me ha entregado un sobre con fotos- casi le faltaba el aire. Estaba corriendo por mitad del campus ignorando la vista de los demás. Le dolía mucho el costado pero su cerebro le estaba impidiendo que parase.

Se sintió aliviado cuando divisó a Tai y se permitió bajar el ritmo. Se llevó una mano a las costillas. Tai le sujetó de los hombros para impedir que cayera.- Ya está, estás conmigo no se atreverá acercarse. Respira. Puede que le hubiera dado eso al chico hace unos días, no significa que esté aquí ¿vale?- Dejó que el rubio se recuperara.- ¿Qué tipo de fotos son?- preguntó.

-Mías, desnudo.- Tai se sorprendió.- De una noche en su despacho en algunas salgo con él...- se mordió el labio- Aunque no se le ve el rostro...

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