Abriendo paso

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Bueno, bueno, los lazos se van apretando :* 


Confianza: De Confiar. Esperanza firme que se tiene de alguien o algo.

A pesar de todo lo vivido en la noche anterior, ambos chicos durmieron estupendamente. Seguían abrazados cuando la claridad del día los sorprendió. Tai fue abriendo los ojos poco a poco y se encontró con una cabellera rubia delante de sus ojos. Un aroma a tabaco y coco le llegó. Enterró su nariz en ese pelo, absorbiendo su olor.

-Espero oler bien.- El rubio se giró sobre si mismo para quedar mirando al moreno.

-Creo que te hace falta una ducha.- le sonrió con burla.

Entonces Yamato hizo algo que el moreno no se esperaba. Se acercó y le dio un beso y le mordió el labio suavemente, haciendo que se quejara por la herida.- Eso por meterte conmigo.- se levantó de la cama. Dejando al moreno en la cama aún sorprendido.- ¿Estarán vivos los demás?- preguntó el rubio.

-Eso espero sería complicado de explicar a sus padres.- Tai también se levantó de la cama.

Ambos bajaron hasta la cocina pero allí no había ninguna señal de ninguno de sus amigos, en cambio, estaba la asistenta. Que es cierto que se encontró el salón hecho un desastre y que los chicos tenían claros signos de lucha pero no comentó nada. Había visto muchas cosas y conocía muy bien al señorito. Le gustó ver la sonrisa que traía.- ¿Queréis qué prepare el desayuno?- preguntó la mujer.

-Sí ¿Alguien más se ha despertado?- preguntó.

-No, sois los primeros.

-Tienen que tener una resaca del quince.- comentó Tai sentándose en la mesa de la cocina.

-Cuando nos fuimos a dormir no habían llegado.- comentó Matt sentándose al lado de Tai. Miró de reojo al moreno que tenía el labio un poco hinchado y una pequeña postilla.- Oye, gracias por haber aparecido ayer.

-Suerte supongo.- se encogió de hombros quitándole importancia al tema. Miró la mejilla derecha del rubio que tenía un color violáceo oscuro.- ¿Te duele mucho?

-Bueno no puedo gesticular mucho pero es pasable.

-¿Vamos después a la playa?- preguntó el moreno.

-Hmmm no.- Le sonrió con misterio.- Te voy a llevar a otro sitio.- le guiñó el ojo.- Prepáranos algo para llevarnos y almorzar- le pidió a la mujer cuando ésta se acercó a ponerles el desayuno delante.

Tras desayunar y ducharse, Matt preparó una mochila con una manta y la comida que le habían preparado. Cuando salieron a la calle fueron en la dirección contraria al mar. Cada vez iban más alto. Ninguno de los dos había hablado, se encontraban en un cómodo silencio. Aunque Tai tenía algo de curiosidad pero dejó que el misterio se hiciera protagonista, sentía que dónde iban a ir era un lugar importante para el rubio.

Cada vez se alejaban más de la civilización hasta que llegaron al bosque que rodeaba parte de la ciudad. El rubio le guio hasta una parte alta del monte donde se podía ver toda la bahía, lo miró maravillado. Para llegar se tuvieron que salir del sendero principal por lo que había pocas señales de los humanos allí. Matt sacó una gran manta y la puso en el suelo. Se quitó los zapatos y se sentó.- Ven- le ordenó al moreno mientras daba unas palmadas al lado suya.

Tai se sentó.- Son espectaculares- tenía los ojos muy abiertos y miraba asombrado.

-Es mejor cuando atardece- el rubio no le había quitado los ojos de encima desde que habían llegado. Le gustaba ver esa expresión en su rostro. Le había sorprendido y eso le gustaba.

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