4. Un grato reencuentro

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Narra Ekatherina:

Había salido del colegio, en el camino me compré un helado y brincaba feliz por las notas destacadas del semestre.

-Oye tu sonsa sabelotodo-

Era Simón y su grupo de siempre .Ignore sus comentarios, hasta que uno pasó corriendo con el propósito de fastidiar .La fuerza aplicada fue suficiente para hacer caer el helados en mi uniforme.

-Upss gordis, pero deberías dejar de tragar en la vía pública-

No pensaba aguantar más sus estúpidas groserías.

-No se llama tragar cerebrito, se llama comer -

A lo que respondió en forma despectiva

-A poco los Dudley comen, como escuche que los Dursley rechonchos entonces ... -

-Mira retrasado a mi me puedes decir lo que quieras, yo no hago caso a las palabras de idiotas como ustedes, pero vuelve a meterte con mi papito y mi Papa y veras a que te atienes-

Le importó poco mi amenaza y volvió a lanzarse con toda la artillería de matón.

- Huy si claro .Familia de cerditos, familia de cerditos, fa ..-

No pude contener mi ira y me lance con mi mochila encima de él, sus amigos me empezaron a jalar el cabello .Por la vereda pasaban unas señoras, al vernos ni se inmutaron y siguieron su camino .Pero no imaginaron que al empezar a llorar todos los canes con los que paseaban se soltaran de sus correas y vinieran en mi ayuda. Con ladridos y todo persiguieron a los revoltosos .Me sequé las lágrimas y con una sonrisa de triunfo me levanté del piso para gritar.

-Se los dije, con los Dursley nadie se mete-

Ardían en cólera, llamándome fenómeno y toda una lista de cosas estúpidas. Salieron exclamando de cólera y diciéndome bruja y cosas raras. El incidente me dejó cansada, por más perros que vinieran en mi ayuda y los gritos de miedo y desesperación de la banda de cabezas de chorlitos no podía evitar sentirme triste, me preguntaba cómo era posible tanto desprecio hacia mí y mi familia. Sabía que mis abuelos tenían un carácter poco agradable con las personas, pero se la agarraban conmigo ya ellos no les decían nada. No entendía que había hecho mal para que mis compañeros y la escuela entera me acosara por cada cosa que hacía. mi peso? .Mildred Spice era más gordita que yo, pero no recibía tantos insultos, intente hacerme su amiga pensando en que podíamos hacer fuerza para dar su merecido a Nataly y su pandilla, pero me evitaba cada vez que podía. Supuse que era por intentar caerle bien a su ídola Nataly "la princesa sin cerebro" .Estaba sola y con la respuesta de las señoras ante mis súplicas indirectas no solo estaba sola sino desamparada. Intentaba relajarme, no quería que mis padres me vean así. En especial mi papá, siempre creía que era su culpa, y nunca me explicaba el porqué .Cuando pensé que había logrado mi objetivo, volví a sentirme mal, era de nuevo esas ganas de acabar con todo, ya no soportaba seguir así .Las lagrimas volvieron a inundar mis mejillas.

-¿Te puedo ayudar pequeña? -

Era la voz que tanto esperaba, voltee a ver de quien provenía .Era un señor alto, eso creía, digamos que a mi edad todos los adultos se ven más grande de lo que parecen .Llevaba unas gafas que acentuaban sus ojos verde esmeralda, se parecían a los míos .Sacó un pañuelo y me lo entregó diciendo.

-No valen ni una de tus lágrimas .Si quieres te puedo comprar otro de esos helados de vainilla-

-Gracias-

-No tienes porque .¿Te sientes mejor? -

-Si, los perros hicieron el trabajo por mi -

Se echó a reír y después se presentó educadamente, era un señor amable. El primero que conocí.

TERCERA GENERACION (Ekatherina Dursley, Albus Potter y Scorpius Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora