Juego De Inmortales

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Después de aquel encuentro en el bosque, el resto de la semana había pasado muy incomoda.

Ninguno de los merodeadores se le volvió a acerca mas allá de lo necesario en la escuela, y eso se limitaba a pasar a su lado o sentarse cerca. Había días donde sus inmortales amigos no podían ir, buscando el rastro de aquellos cazadores para tener tranquilos a los pulgosos, pero no dejaban rastro, o si quiera ninguno que ellos pudieran seguir. Aveces faltaban los pulgosos, aveces ellos, ambos bandos desesperados por sacar de su territorio a los vampiros intrusos.

Después del show en la cafetería el otro día, los demás se mantenían fuera de su camino, otros intentaban hablarle, respondía amablemente pero la verdad no le interesaba socializar con otros. Escuchaba los indiscreto murmullos cada vez que él pasaba, unos creían que venía también de una familia adinerada desconocida, otros decían que Malfoy lo había tomado cómo aprendiz y otros simplemente que era algo así cómo la mascota entre tanto millonario, cómo le irritaba tanta estupidez junta e indiscreta. Sus calificaciones eran ejemplares, se distraía de todo con sus deberes escolares de manera que en poco tiempo se había ganado una buena reputación entre los maestros. Cuando los chicos se iban y venían los merodeadores, estos tenían la maña de vigilarlo como si el fuera responsable de los homicidios recientes, a eso sumada la pesads mirada de Black, esa maldita mirada cómo lo jodia. Lo seguía a donde fuera que iba sin darle descanso, tan intensa que era imposible ignorarla, podía sentirla en su nuca. Ni siquiera podía entenderla o interpretarla, no se sentía cómo si estuviese enojado, pero si no estaba molesto ¿entonces qué? Era innecesariamente intenso. La peor parte era que pasaba CADA día SIN falta. Lo único bueno era que no estaban en Hogwarts, de manera que sólo tenía que soportarlo unas horas antes de ir a casa, una casa a la cual no podían seguirlo ni escabullirse dentro.

Suspiro dejándose caer en el sillón de la sala, cansado de su misma existencia.

-Arriba compañero- habló Lucius desde atrás bajando las escaleras- hoy es un hermoso día para jugar.

Severus volteo a verlo, se le veía con ropa deportiva que delineaba a la perfección su silueta mientras se amarraba el cabello en una coleta, paseo la mirada entre el y las tormentosas nubes afuera que advertían de una no muy agradable tarde lluviosa con riesgos de truenos. Miró a su amigo cómo si hubiese perdido la razón, iba a objetar pero Regulus y Barty llegaron al lugar con ropas similares a las de Lucius, los tres con ropa deportiva.

-¿Quieren salir a jugar....con este clima?- preguntó algo sacado de si.

-Ya veras porque.

A sabiendas de que si no iba por voluntad propia lo secuestrarian cargandolo cual costal de papas sin oportunidad de negarse.

-¿Al menos puedo saber por qué la necesidad de jugar? -preguntó una vez en el carro.

Lucius sonríe levemente con burla.

-Juego de paz- respondió.

-Eso me dice nada- se estaba irritando de tanto misterio.

-Veras, desde que estamos a la espera de unos cazadores con deseos asesinos la tensión entre ambos grupos crece- explica Lucius echando a andar el motor y tomando camino- y puede explotar en cualquier segundo de manera que esto lo tomamos como una pausa, un momento donde sólo nos centramos en jugar, lo llamos juego de paz. Jugamos para liberar nuestra frustración con quienes pueden soportar nuestra fuerza y formamos "confianza"...o lo más que se puede formar lanzando pelota y golpeandolas con un bate.

-Una vez Reg golpeo a Potter en la cabeza con la pelota.

-Se fue chueco mi tiro- se excuso débilmente pero era obvio que no tenía arrepentimientos al respecto.

Bloody SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora