[pd: recomiendo poner la canción sugerida en su reproductor de música ya sea youtube o el que utilicen mientras leen, para disfrutar la la lectura. no olviden votar.]
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- La casa invita... sólo si me dejas robarte un momento. -dice él, mientras acerca su mano a los dedos del chico en el que había puesto su mirada.
- No tenías por qué pedirlo. -sonríe.
- Un gusto entonces, mi nombre es Moonbin. - responde mordiendo su labio, para luego dejar sólo a Sanha y llevarse al mejor amigo de éste, sin objeción alguna.
pov Eunwoo﹆
Moonbin...eh... tal como la luna, entre toda la gente se ve que tú eres el que brilla y por ende el centro de atención.
El hombre me llevaba hacía un lugar tomándome de mi mano... no sabía a dónde me llevaba pero la música subía cada vez más, las miradas se fijaban en él y sobretodo en mí.
Podía escuchar los susurros desde algunas esquinas, él debe tener una gran influencia en este lugar... pero este bar no es como los demás, el ambiente es diferente. Es un lugar en el que las personas no están preocupadas... es como si estuviera fuera de la realidad, todo pareciera tan superficial; cómo si el tiempo tambíen lo fuera y dentro de este lugar no lo existiera... pero debería existir, al fin y al cabo sólo es un bar el cuál tiene que cerrar en una hora indicada.
- Te dije que si venías conmigo te invitaba todos los tragos que quisieras tú y tu amigo... pero te puedo dar más que unos tragos. - me decía en una media sonrisa que pude visualizar fácilmente a través de todas esas luces violetas reflejadas en su camisa negra... la cual estaba muy entallada en su cuerpo...
- ¿A qué te refieres con más que unos tragos? - pregunté inclinando una ceja, sin dejar de mirar sus tatuajes.
- Eres mayor de edad ¿no?- asentí con mi cabeza a su pregunta. - Entonces déjate llevar y deja de hacerte el desconfiado cuando no haz apartado tus ojos de mí. - me dice entre risas llevando algo a su boca para luego mirarme fijamente a los ojos.
Sus pies avanzaban hacía los míos, sentía su mano meterse bajo mi chaqueta de cuero...tocando mi espalda, apegandome a su duro y marcado abdomen.
- Quizá vamos muy rápido...- me callé al sentir la presión desde su pantalón contra mí.
Sus manos se sentían muy cálidas, comenzaba a hacer calor, nuestras respiraciones se iban mezclando por la cercanía. No sabía si mi corazón latía con fuerza por el ritmo de la música o por la presencia de Moon... pero estos se detuvieron por un segundo, no era suficiente con sentir su cuerpo tan apegado al mío; en menos tiempo del que me pude imaginar yo estaba correspondiendo los movimientos de sus labios sobre los míos, iniciando una guerra entre nuestras lenguas.
Nunca me habían besado ni hecho sentir de esta manera... la música comenzaba a neutralizarse, las personas a desaparecer y lo único que podía persivir era a este chico con el que cruzamos miradas y de un momento a otro me tiene en sus brazos. ¿Era esto lo que quería?
Quizá salió todo fuera de lo planeado, ¿pero me arrepiento?
No.
Su lengua estaba en guerra con la mía, pero se conectaban de una manera increíble... era apasionado... sí. Pero no era solamente físico, él tiene algo que simplemente me marea.
Sentía como mi cuerpo comenzaba a sudar, como me estaba mareando...pero no quería irme, no me sentía mal. Al contrario, me encantaba; sólo que era demasiado fantástico para ser tan "natural".
Creo que ya entiendo por qué todos me miraban así cuando me llevaba de la mano, de haber imaginado que besaba como todo un profesional...
- Al parecer tienes calor, estás sudando; deberías quitar tu chaqueta. ¿No quieres ir conmigo a dejarla? - me propuso con su voz penetrando en mis oídos, provocando que mi piel se erizara, pero algo nos interrumpió.
Por primera vez desde ese momento apartó su vista de la mía y se llevó el celular a su oreja, jalandome de la muñeca hacia un pasillo más apartado del ruido.
- Necesito ir a un lugar ahora mismo, es importante... nose cuánto tarde ¿pero podrías esperarme en una habitación? si pasan más de 3 horas y no vuelvo te vas... pero asegúrate no salir antes de ello, créeme que no querrás hacerlo.-
-Ahí hay de todo, puedes tomar todo lo que quieras y pedir los aperitivos o comidas que desees...pero no salgas. - me explicaba mientras caminábamos por el pasillo el cuál parecía un verdadero laberinto. Subimos un piso y me dejó en la habitación 332.
- Pulsas este timbre del velador y vendrá inmediatamente alguien, puedes mirar por el agujero en la puerta. Los meseros siempre llevan un corbatín rojo, de lo contrario no abras la puerta. Pide lo que quieras, pero no salgas antes de esas 3 horas. - me ordenó.
- ¡Espera! ¿Por qué insistes tanto en que no salga y por qué debería confiar en tí? - le preguntó sin entender y algo asustado.
- Te estoy cuidando, tienes un rostro de ángel, no es que me importes. Sólo que me provocaste demasiado para irte con alguien más y dejarme así. - responde dándome la espalda, cerrando la puerta.
¿qué?
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