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— Pero.... ¿quién eres, no entiendo... ¿qué pasara conmigo? — preguntó el menor de edad.
— Eres muy curioso, ¿no te han dicho "la curiosidad mató al gato"? te aseguro que este es el caso. — le dice el castaño buscando la mirada de Sanha seguido llevaba un cigarro a su boca dejando un suave olor cítrico a frutos rojos.
Sanha sin habla alguna inundaba sus fosas nasales en aquella escencia proveniente del cigarro que llevaba el hombre que tenía enfrente.
Lo que él había dicho ¿Era una especie de juego o una amenaza...? Probablemente estaba paranoico, sentía la adrenalina entre sus venas, ese mal presentimientos acompañado de miedo; esos nervios que lo consumían pero lo incitaban a sentir más, quería escapar pero también quedarse.
Maldita curiosidad.
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Moonbin caminaba velozmente lamentando haber dejado a Eunwoo solo; Pues si bien podría tener a quién quisiera, hace mucho no se sentía tan atraído a alguien como en esta oportunidad, pero el trabajo estaba primero.
A medida que iba acercándose al lugar del llamado pudo notar al amigo del chico en el que había fijado su atención.
— ¿Fuiste tú quién le permitió la entrada a este chico? — interrogó el castaño a Moonbin.
— Sí jefe, al parecer no le faltaba mucho para cumplir la mayoría de edad y... creí que le podría gustar, es como el tipo de chicos que le atraen. — miraba directamente, afrontando las posibles consecuencias de sus acciones.
— Eso fué muy precipitado de tu parte, es verdad que dije que esta noche nos íbamos a relajar, pero no tenías que abusar. Me dijeron que llevaste a un chico a una habitación y lo dejaste esperando. ¿Es por eso que te urge tanto irte? ¿No puedes controlar tus emociones e impulsos Moon? No intentes engañarme diciendo que fue sólo por conveniencia mía. Sabés que no toleró que me mientan y menos tú. — regañaba a Bin, mientras inclinaba una ceja, dejando atónito a Sanha.
¿Yo le iba a gustar...?, pensó el pequeño.
— Perdón jefe, afrontaré mis debilidades y no volveré a desafiar los códigos. — se disculpaba mientras inclinaba su espalda.
— Esta bien, vé a resolver tus "asuntos pendientes." y no abuses de las drogas, te necesitó lúcido para mañana y no quiero problemas debido a tu compañía.— le advertía a Moonbin disimulando una sonrisa.
— Gracias. — dijo Bin acercándose a Sanha, pero éste fue alejado por el jefe, que lo jalaba de su estilizada muñeca. — Dije tus asuntos, de él no te preocupes, yo me encargo. —
— Oh... entiendo, me retiró entonces. — intentaba esconder su risa agachando su cabeza mientras se alejaba y Sanha era arrastrado por el castaño.
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