XXIII

124 26 13
                                    

Dinastía Joseon

Año 1592

En ese preciso momento se encontraban peleando con la que sabían, era la última tropa japonesa, después de acabar con ellos la guerra terminaría de una vez por todas. Kihyun estaba feliz de haber logrado lo que se había propuesto, mantener a Hyunwoo a salvo. Por supuesto que habían tenido bajas de su lado, pero no sobrepasaban las bajas que tuvieron los japoneses y eso era algo bueno.

Estuvieron alrededor de 2 horas peleando con los últimos hombres del lado enemigo, cuando Kihyun terminó con el último japonés que trató de derrotarlo se volteó enseguida hacia sus compañeros combatientes, unos ya habían acabado con los enemigos que les hicieron frente, sin embargo, otros como Kyungsoo y Hyunwoo seguían luchando contra ellos. El pelinegro iba a acercarse al castaño para ayudarlo a derrotar al hombre con el que peleaba, sin embargo Hyunwoo pudo hacerse cargo solo, así que Kihyun se quedó parado a medio camino. Kyungsoo había terminado con el guerrero japonés apenas unos segundos después que Hyunwoo.

El mayor se había quedado parado en donde estaba, descansando un momento para poder recuperar el aire y enviar lejos el notorio cansancio. A unos cuantos metros de él estaba Kihyun, mirándolo con admiración y cariño. Los ojos de Hyunwoo miraban todo el suelo a su alrededor, infestado de cuerpos y sangre, tanto de la parte japonesa como de la suya, pero siendo aún más notoria la parte enemiga. Si Hyunwoo fuera el mismo de hace unos años, el primer pensamiento que vendría a su mente seria: "¿Mi padre estará por fin orgulloso de mí?". Pero ahora no era así. En ese preciso instante no pudo pensar en su padre y en hacerlo sentir orgulloso, porque ya no quería hacerlo, estaba harto de que controlara su vida, pero sabía que a pesar de intentarlo nunca sería diferente. Lo único que le preocupo fue que Kihyun estuviera bien, cuando levantó la cabeza y lo vio solo le sonrió, feliz de que el chico no hubiera salido lastimado en todo esto, porque a pesar de que Kihyun dijo y seguía diciendo que él lo protegería, la verdad era que él siempre terminaba protegiéndolo también, no porque el menor no pudiera cuidarse solo, Hyunwoo estaba consciente de que podía hacerlo desde esa vez que lo derrumbo, sino más bien porque lo amaba. Lo amaba demasiado y a pesar de que el chico podía cuidarse solo, él quería cuidarlo en cada momento. Y ahora que estaba a salvo, sabía que podría estar en paz consigo mismo. Al fin había hecho algo bien. Por fin había tomado él sus propias decisiones y quería quedarse con ese buen sabor de boca para siempre.

Hyunwoo comenzó a acercarse a Kihyun, caminando entre los cuerpos yacientes en el suelo sin mirarlos, sus ojos estaban fijos en los del pelinegro, sonriendo hacia él con una felicidad enorme por haber ganado la guerra. Cuando estuvo frente a él Kihyun seguía viéndolo con una sonrisa, sin embargo, la de Hyunwoo desapareció mientras su mirada se fijaba en algo detrás del pelinegro. Kihyun no entendía que pasaba, el castaño lo rodeó con sus brazos, volteándolo como si quisiera ser su escudo. Fue entonces cuando el menor lo entendió. Justo cuando sintió el impacto de la flecha en el cuerpo del mayor, en ese momento vio al arquero japonés parado a unos metros de ellos, cayó muerto más rápido que Hyunwoo. Todo pasó en cámara lenta para él. De pronto el cuerpo inerte del castaño cayó al suelo, un charco de sangre se estaba formando debajo de él y Kihyun seguía sin poder asimilarlo, sus ojos se empañaron por las lágrimas mientras se dejaba caer al lado del príncipe heredero.

—Hyun-Hyunwoo... —murmuró, zarandeando el cuerpo yaciente a su lado—. Hyunwoo despierta —habló más fuerte, tomando la cara del chico entre sus manos, sus ojos estaban cerrados y se veía tranquilo, como si estuviera dormido—. No es gracioso... por favor levántate —suplicó—. Hyunwoo, dijiste que me amabas, tienes que levantarte ¿de acuerdo? Por favor hazlo... ibas a ser una de esas pinturas ¿lo recuerdas? Pero tienes que estar bien para poder serlo. Por favor despierta —sus manos volvieron a zarandearlo, manchándose de sangre—. Hyunwoo, no soy nada sin ti, no tengo a nadie... por favor... solo tienes que despertar. Puedes volver a encerrarme en ese maldito calabozo o lo que quieras u ordene tu padre, pero por favor despierta —dijo entre hipidos, volteando hacia los últimos guerreros que quedaban— ¡¿Qué están haciendo ahí parados?! ¡Hagan algo! —Les gritó, antes de apoyarse en el pecho del príncipe, no podía dejar de llorar y de ninguna manera se separaría de él.

—Kihyun... ya déjalo —Kyungsoo trató de moverlo, pero el pelinegro se zafó de su agarre—. Tienes que irte antes de que el rey se entere y llegue aquí, te acusaran de asesinato a ti, así que vete.

— ¡¿Te estás escuchando?! —respondió el menor, volteándose hacia él bruscamente—. ¡¿Cómo puedes pedirme que haga eso?! ¡Cómo te sentirías tú si Jongin estuviera...—hizo una pausa, quedándose procesando la palabra antes de decirlo—...! Muerto.

—Te entiendo, Kihyun. Sé que no te quieres ir de su lado pero tienes que hacerlo, ¿viste lo que hizo Hyunwoo?, te salvo la vida, así que no dejes que su muerte sea en vano y vete de aquí antes de que llegue el rey y te mate o te vuelva a encerrar.

—No puedo creer que este muerto —susurró, las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas sin poder contenerlas—, ¿por qué lo hizo?

—Porque te amaba —susurró Kyungsoo, mientras le extendía una carta—. Me pidió que te la diera si pasaba algo malo... —suspiró, él también lloraba pero Kihyun no se había percatado de eso hasta ese preciso momento—. Ahora vete, Kihyun —le pidió, tomándolo del antebrazo para que se pusiera de pie, el pelinegro no puso mayor resistencia, no se sentía con la fuerza para hacerlo.

Kihyun abrazó la carta contra su pecho, dándole una última mirada a Hyunwoo antes de comenzar a caminar, sus pies se sentían pesados y sus piernas estaban temblando, no quería mirar atrás porque sabía que querría quedarse.

(***)

Las lágrimas seguían bajando y no tenía intención de detenerlas, estaba en un trance que no le permitía hacer nada más que pensar y caminar sin un rumbo fijo. Pensaba en Hyunwoo, en él conociéndolo por primera vez, en él sacándolo del calabozo, él sonriéndole con sus hermosos ojos menguantes, él observándolo con todo el cariño y admiración reflejados en sus ojos, él estando tan cerca de su cara, él confesándole sus sentimientos con la noche estrellada como testigo, él estando enojado, él besándolo... él muerto. Se dejó caer en el suelo, llorando más fuerte ante sus pensamientos. ¿Por qué la vida tenía que ser tan injusta? ¿Por qué le quitaban a las personas que amaba?

En ese momento recordó la carta, viéndola por unos segundos antes de abrirla y leerla. Las lágrimas se hicieron aún más constantes cuando lo hizo.

Y entonces lo decidió, haría su vida como lo había planeado para honrar la memoria del príncipe, quien se convertiría en una bonita pintura, tal como lo había prometido.

[🌺]
¿Qué tal?:) ¿qué les pareció el capítulo? Yo la verdad lloré escribiéndolo. ¿Lloraron? Si no lo hicieron entonces no soy buena escritora aún JAJAJA, ¿se esperaban esto? ¿O qué pensaban que iba a pasar? Me gustaría saber uwu
En la noche les publico el último capítulo, para que puedan hacer la lloracion por el momento, también voy a publicar el epílogo, el cual es la carta que Hyunwoo le dejo a Kihyun, hasta al rato <3

𝑬𝒗𝒆𝒏 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒍𝒊𝒇𝒆 ✧ s.ʜ.ᴡ ﹢ ʏ.ᴋ.ʜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora