Capítulo 10

241 22 6
                                    

Y- Pues sí a la princesa no le molesta que los acompañe, yo pudiese tomar el té en mi despacho.

L- No, para nada me molesta primer ministra ya que está aquí siéntese con nosotros.

Sash se levantó y retiró una silla para que se sentara Yulia y la acomodó.
Una sirvienta se apresuró a servirles el té a ella y Nastya.

S- Dígame primer ministra, ¿es usted casada?

Lena seguía indiferente a ella, daba un sorbo a su taza cuando Yulia contestó a la pregunta.

Y- No estoy casada en este momento, pero si estoy enamorada de alguien.

Nastya la miró con los ojos muy abiertos, Lena casi se ahoga un poco con el té, pero supo disimularlo.

S- Ya veo, es muy bonito estar enamorado y mejor si se es correspondido.

Y- Ya lo creo que sí -su mirada se clavó en la de Lena- tengo la suerte de que mi amor sea correspondido, pero a la vez la desdicha de que estamos en una situación difícil.

S- Pues que lamentable tener que oír eso señorita Volkova… Pecando de imprudente, ¿esa persona está relacionada al imperio?

Y- A decir verdad esa persona está…

L- Eh, príncipe ¿me acompañaría a dar una caminata por el jardín? De repente me apetece recoger algunas flores de manzanilla… -Miró a Yulia- ¡si nos disculpan, con permiso!

S- Eh sí, si claro princesa…

Ambos caminaron en dirección a los arbustos dejando a Nastya y Yulia solas, Lena había interrumpido conscientemente a Yulia temiendo que dijera algo que las comprometiera a ambas.

N- ¡Juro que por un instante pensé que le dirías todo al principucho ese! -suspiró de alivio-

Y- Sí, la verdad no se que estaba pensando. -miraba en dirección a Lena-

N- Seguro no lo hacías, no pierdas la cabeza así. Ahorita Lena está enojada contigo, ella siente que no harás más que ayudar a empujarla al altar para que se case.

Y- Yo quisiera hacer algo para evitar su destino, pero eso solo podría significar grandes problemas para las dos, es lo que me gustaría que ella entendiera…

Un guardia del palacio entraba a la sala del trono acompañado de un mensajero extranjero que venía visiblemente agitado, seguramente por el largo camino recorrido hasta llegar allí.

Mensajero: traigo un mensaje importante del emperador de Estonia para la emperatriz.

A- ¿Qué es lo que vienes a decir?

Mensajero: mi emperador solicita ayuda a su majestad para combatir en batalla contra Polonia. Nos han invadido, han saqueado varios de nuestros pueblos, matado gente inocente y nuestras fuerzas armadas no se dan a basto.

A- ¿Qué es lo que tu emperador ofrece a cambio de nuestra ayuda?

Mensajero: El emperador jura lealtad al imperio de su majestad Inessa y ofrece tributo en oro y piedras preciosas si la emperatriz recurre en su ayuda.

Andrey se inclinó para hablarle al oído a la emperatriz, entonces ella tomó la palabra.

I- Dile a tu emperador que estaré encantada en ayudarle. Enviaré un gran número de soldados de mi ejército, capitanes y generales para ayudarles. En los próximos días se estarán reuniendo con él, puedes irte.

Mensajero: muchas gracias majestad -reverencia-

El mensajero salió de la sala del trono e Inessa sin perder el tiempo ordenó a Andrey que reuniera a los nobles, los generales, al duque Iván, el príncipe Sash y la primer ministra a la sala de reuniones…

La Emperatriz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora