Cortos de san Valentín.

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Bueno, este día ya paso, pero no por eso no quise hacer algo  por el dia.

Advertencia; Personaje x OC

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Ox 

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¿Había dicho algo mal? Bueno, puede que ella solo quisiera algo lindo; Un detalle. Pues estarían ya casados y con un hijo. Pero el Saint de Tauro ha tenido sus inconvenientes en esta guerra. La cabeza no le servía para estas cosas, no entendía porque sus compañeros Gold Saint le envidiaban... Ha ya, era por eso.

Estada de más decir que Olethea no le quería hablar, le había hecho una ley del hielo, llevándose al "cachorro" con ella. Definitivamente no tenia cabeza para las mujeres, no las entendía y no sabía qué hacer ¿Cómo llegaran a tanto en su relación? Suspiro.

A su lado el Saint de Piscis lo mirada con indiferencia sosteniendo una rosa cerca de sus labios. Al percatarse de esto, Ox se voltea hacia él, pensando que le iba a recriminar algo, (Lo normal en el) Pero solo se quedo callado.

"¿Como esta bestia consiguió Mujer y yo no? Ni siquiera sabe cómo tratarlas" Eso era lo que pensada Piscis. Antes de irse lanzo una de sus rosas sobre el muro del cual Ox estada cerca, sacando de su ensoñación al Toro mirando a su compañero preguntándose. "¡¿A ESTE QUE LE PASA?!"

Como sea, al ver la rosa en la pared recordó un pequeño momento. Pues... A ella le encantaban los narcisos, podía empezar con eso.

En menos de media hora volvió con ella pero la encontró dormida junto a su hijo, el Taurus Gold Saint, se le quedo viendo enternecido, sonriendo de forma rápida para terminar por dejar las flores a un costado y acostarse con su familia.

Al despertar le entrego las flores, desándale los labios. Era afortunado de tener esta familia que lo quería.

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Tiago.

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La ceja del rubio y padre del Hogar se tuerce un poco viendo a su adorada hija, ilusionada con un chico de su escuela este el día de los enamorados; Llego una parte que estada odiando de la paternidad. Al verlo en un estado de inquietud, Shaina no tardo en acercarse y poner una mano en el hombre de su gigante marido.

- Ya calma. Solo es un regalo por el día de San Valentín, no pasara a mayores. - Aun inseguro la ceja del rubio se tuerce viendo por el fruto de su amor se iba como toda una adolescente ilusionada.

Sin decir nada, el Tauro solo se cruzo de brazos, había aceptado a Yoshino como su hija y razón de ser desde el momento que despertó y la encontró en sus brazos, apenas entendía lo que era una relación como para que su hija se enamore.

La mujer de cabellos verdes se quedo mirando a su marido pensante ante la situación. Claro, ella no estada diferente, Yoshino también era su hija y estada dispuesta a atacar a cualquiera que la llegue a lastimar. Pero sabía lo que era ese sentimiento que no le iba a quitar a su niña, esperaría a que algo se le saliera de las manos.

En silencio la mujer se fue devuelta a la cocina donde encuentra un pequeño regalo, dirigido a ella. Sonriendo al abrirlo.

- Siempre tan divino. - Dijo en voz baja, mirando a donde su esposo estada. Ella ya sabía cómo retribuírselo.

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Harbinger.

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- Maldita sea. - Gruño terminando por pararse, tenía que arreglar esa cama tarde o temprano, siempre se caía y era molesto.

Aunque no entendía el chiste con esta celebración del día de los enamorados, y su empatía por este día era mínima, más Rose se veía muy interesada en este. Y quería mostrar que podía ser un buen novio. (Aunque era un delincuente con más sangre en las manos que sangre en el hocico de un cazador)

En fin, no tardo en terminar. Compro (Si, lo compro con su propio dinero) Lo suficiente para pasar un rato agradable, entre ellos comida, algunas películas que siempre quiso ver y un regalo para ella. Ah, y unos condones por si acaso se presenta la oportunidad.

Aunque con esta cama necesitaría otro lugar antes de llegar tan lejos en su relación. En fin, Rose no tardo en regresar y llegar a lo que a él le gustada guarida.

- Te ves linda. - Alago, se había recogido el pelo en una coleta alta hacia un lado, y un vestido de colores claros. En cambio el solo se había puesto una camisa sin mangas de color negro y unos pantalones de mezclilla. Se notada la diferencia entre los 2. - Ven. - Le hizo una seña para acercarse y darle un beso.

- Veamos una película. - Luego de unos minutos Rose propuso, el de cabellos morados acepto. Decidieron ver una de terror. Algo un poco interesante para la fecha pero a ninguno le importo.

- No espera. - Intento avisar pero al sentarse en la cama esta se cayó, lastimando un poco a la castaña. Harbinger busco aguantar las ganas de reír, e ir a ayudar a su novia, disculpándose por el accidente. - Vamos, aquí tengo un pequeño mueble. 

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Hasgard/Teneo.

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La pitosina de cabellos rojos, mirada por las afueras del templo a los alumno de su pareja. Sabía que el peli-blanco tenía una gran relación con los jóvenes. Teniendo a 3 jóvenes de estudiantes como Saint. En su forma de zorro blanco se alejo del templo del Zodiaco para acabar cerca de ellos y mirar desde una distancia pequeña a 2 de los aspirantes ya en su forma real. Más específicamente, a los que observada era a Teneo y Celina.

La pitosina estada segura que ellos sentían algo uno por el otro. Como se trataban o se miraban, era como Hasgard la tratada a ella en sus primeros momentos juntos, o aun hoy.

- ¿Amor? - La pelirroja se volteo a donde su pareja estada, Hasgard la mirada si entender que hacía en esta área. - ¿Qué haces? Te vi desde haya y me vio curiosidad verte.

- Ahh. No es nada. Solo... ¿Conoces a esos 2 muchachos desde que son niños verdad? - Apunto a donde los aspirantes estaban. Celina estada ayudando a Teneo a levantarse luego de cierto golpe.

- Si de hecho. Los tengo mucho aprecio, y ellos a mí.

- "No me sorprende" - Dijo en su mente, sonriendo. - ¿Eres como un Padre para ellos verdad? - Eso tomo a Tauro desprevenido, quedando mudo pensando en esa posibilidad, los quería mucho, pero nunca pensé en la idea de ser era figura paterna que les faltada.

- ¿A que la pregunta, amor? Me sorprende eso.

- No es nada. Me llama la atención la relación de Teneo y Celina.

- Pues te puedo asegurar que ambos se quieren. Pero no sé si a otro punto. - Hablo ya acercándose a ella, hasta cargarla sentándola sobre su brazo, volviendo al templo de Tauro, dejando a los aprendices solos por un momento, total, estada Dohko también hay, no haría nada malo que se vaya unos 3 minutos. - ¿A que la pregunta?

- Curiosidad... - Estada segura que ellos 2 se amaban, y no tardaría en salir a la luz. Mas no sabía si decirle al de cabellos blancos sobre eso... Tal vez después. 

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