Seguridad.

90 4 0
                                    

Protagonista; Alde/Tiago.

Spoiler; Ship Yaoi, romance. 

Shipping; Alde x Seiya.

Esto se me ocurrió debido a las cítricas del fandom hacia ambos personajes, originalmente quería que Seiya se enterara que a Alde lo menosprecian y molestándose, pero me vi cuenta que entre dorados eso no tiene mucho sentido, y que de un Plata o un bronce es sentencia de muerte. Aunque no descarto la idea. 


PD; me estoy quedando sin ideas para los títulos ;-;

-------------------

----------------------------------------

Estada totalmente herido, golpeado al borde que hasta pensar le dolía, los entrenamiento para ser un Saint de Athena de verdad eran bestiales, al borde de inhumanos. Aunque claro, era para servir a una diosa, tenía que ganar algo sobrehumano.

Los ojos del castaño estaban casi sin vida al borde de caer desmayado, luego de una enorme paliza producto de los entrenamientos. Cuando estada al borde de caer inconsciente una enorme figura se pose frente a él, débilmente pudo distinguir a un hombre como de 2 metros frente, portando lo que pudo distinguir como un Cloth de Oro, ofreciéndole su mano.

- Estas muy herido. Déjame ayudarte o correrás riesgo de muerte. - Ofreció, hablando con una voz amable y suave, que parecía no coincidir con su físico, pero sin más Seiya acepto, antes de caer inconsciente en sus brazos.

Al abrir los ojos solo pudo ver un cuarto bastante acogedor, y su cuerpo lleno de vendajes, parándose buscando al hombre que lo había ayudado. Al recordar el brillo dorado del ropaje que portada, reconoció rápido en lugar donde estada parado como una de las 12 casas zodiacales.

- Despertaste. - Al escuchar esa voz a sus espaldas se volteo, encontrándose con el guardián del segundo templo del zodiaco, distiendo su traje de entrenamientos. - Ven, debes tener hambre. - Le indico con la cabeza, al llegar le ofreció varios panes, algo de carne y ensalada de fruta. - Me llamo Aldebarán. ¿Tu nombre? - Pregunto, parado a un lado mientras Seiya comía a gusto.

- Seiya. ¿Por qué me ayudaste?

- No tuve corazón para dejarte ver morir en el suelo. Asumo que eres un aprendiz.

- Claro. Pero... La verdad no he tenido suerte en ningún entrenamiento, me han dado paliza tras paliza.

- Comprendo, quédate a descansar lo que quieras, aun estas muy herido. - De no llegar se pudo haber muerto. - Estuviste dormido 3 días.

- ¿¡3 días!? - Seiya estada escandalizado por escuchar eso. Totalmente abrumado por el tipo de heridas que tenía, dejando de comer preocupando al toro.

- Come, si no estarás peor. - Le indico, parándose a su lado, acariciando un momento su cabello, sonrojando a Seiya.

- Esta bien.

Pasado el rato, el toro siguió sus tareas de vigilar el templo, o revisar entre las tareas que Athena y el patriarca le asignada, pero cada tanto revisada a su invitado.

Muchas veces lo encontrada dormido, revisando sus heridas por un momento, preguntándose por el tipo de cosas que paso, estada consiente que ese tipo de heridas eran lo normal para un Saint, pero Seiya se veía muy niño, sus heridas fueron hechas sin cuarten y el mismo dijo que solo residía paliza tras paliza, haciendo preocuparse por el joven aspirante. Pensando en un tipo de alternativa para él, se sentía mal de verlo en esas condiciones, casi indefenso, aunque primero tenía que hablar mejor con él, apena llevaban un día de conocerse.

♉Tauromaquia♉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora