serie de relatos, headcanon, fanart y uno que otro detalle donde los Tauro Gold Saint son los protagonistas, como parte de la campaña creada por mi #TauroNeedLove, si amas tanto estos personajes como yo y te molesta lo infravalorados que están, pues...
Gracias a mi amiga DannaL1342 por sugerirme la canción de TWICE - Fell Special para hacer este fic.
Este Shot tiene muchas libertades creativas, en cuanto a los Dioses y los Santos, ósea, esos fanfic que parecen semi-au donde parece que las peleas no pasaron y todos siguen vivos.
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Cada momento al despertar, y encontrarse en sus responsabilidades del Santuario, la mirada del toro, se paseada sonriente en la santo de plata de ofiuco, una mujer que siempre le llamo mucho la atención, y siempre buscada ser amable con ella, a pesar de ser bastante seria y agresivo con muchos, aunque cuando el toro la mirada de cerca podía ver de cierta forma un rostro más... Decaído, no encontrada del todo la expresión, pero al ver que ella ya había renunciado a la mascara siendo permitido esto por Athena le hacia mas fácil relacionarse uno con el otro. Siempre le dedicada un momento antes de subir a vigilar su templo entre sus compañeros Mu de Aries y Saga de Géminis.
- Hola.
- ¿Milo? No esperada verte. - Expreso la santo de plata, ignorando al santo y quedándose sentada sobre un pilar dándole la espalda al dorado evitando verlo.
- Y me veras, desde que te quitaste la mascara he querido hablarte. Eres linda.
- No me interesas; Gracias. - Espeto, mirando por el rabillo del ojo al Santo de forma nada agradable queriendo ignorarlo. - Me quite la mascara para no amar a nadie, no para que estés tras de mí.
- Oye, oye. No tengo ese tipo de intenciones. Calma... - Mintió de forma sutil, ósea, si tenia ese tipo de intenciones, pero no era un total descarado. No quería volver a su persona de 14 años donde si llego a ese tipo de comportamientos algo infantiles.
- No me importa mucho... - Susurro, levantando la vista y notando al toro frente suyo. - ¿Tenemos una mision, verdad? - El toro asintió, provocando una ligera sonrisa en el rostro de la Santo de Plata, volteándose a Milo para despedirse y volver con Alde. Pero notando que se puso feliz al ver al toro frente de ella. - Adiós Milo.
- Ummmm. ¡¿Por qué te vas con ese toro feo y conmigo ni me hablas?!
- Milo... Por favor, no tengo intereses en estar contigo. - Le expreso, el santo de Scorpion solo gruño tratando de calmarse antes de darse media vuelta e irse al campo de entrenamientos. Suspirando en frustración contenida.
*-*-*-
- Lamento que pasara eso. - Susurro el toro unos momentos despues, ambos estaban en ropa mas casual. Siempre que salían el toro buscada verse lo suficientemente bien para estar los 2, en eso Aioria lo solía ayudar.
- Descuida. Pudo ser peor en parte... - Musito, mirando al Santo de Tauro antes de recostar su hombro de forma suave sobre su fornido acompañante. - Por eso le dije lo de las mision, quiero alejarme de las relaciones.
- Entiendo... Pero... Eso me tiene pensando. ¿Por qué aceptes salir conmigo en esta ocasión?
- Porque eres mi amigo, no veo esto como una cita como tal... - Simplemente respondió, mirando a los lados en su caminata. - Me siento feliz contigo, creo que de verdad buscarte hablar conmigo solo por curiosidad, y me viste mi tiempo.
- ¿Enserio piensas eso?
- ¿Por qué estoy aquí si no? - Le sonrió, pasando su mano por su brazos. - Como te dije, la razón por la que deje la mascara es por Cassios y Seiya, el primer nunca le preste atención por la mascara y se sacrifico por mí. El Segundo, nunca le importe como algo mas que una compañero.
- Si, lo recuerdo...
- Por eso te agradezco ser mi amigo.
- Pero... - Las expresiones del toro se torcieron al verse enamorado de la Santo de Plata, pero entender lo que esta sentía. - Yo... No solo te quiero como amiga.
- ¿Ah? Bueno... - El rostro de la chica paso de blanco a rojo por la vergüenza que le ofreció esta declaración. - Gracias. En un tiempo te vare una oportunidad.
- Como digas. Entiendo lo que quieres decirme. - Aun con esto, la mujer de cabellos verdes le sonrió, poniéndose de puntillas para levantarse y besando su mejilla de forma sutil, sonrojando sutilmente el rostro moreno del toro.
- Gracias. Por eso agradezco el tiempo que estamos juntos.
