♉Tauromaquia♉

No eres como antes

Protagonista; Hasgard/Aldebarán. 

Shippeo: Hasgard x Aspros.

Regalo para VadaSilva4 Ya que a ella le gusta mucho este ship y no encuentra material, me he comprometido a hacer este shot, veré si hago más, ya que tengo otra idea. Tengo otros 2 a pedido, si tienen uno ustedes, no sientan pena y pídanlo, que este libro se empezó para darles a los toros lo que se merecen. 

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- Aspros... ¿Qué te pasa? No estoy de acuerdo con tus comentarios hacia Sísifo, sabes que ese tema un le afecta. - El Santo e Cabellos blancos correspondiente al Signo Tauro le recrimino a su pareja, ante lo que acaba de pasar hace unos momentos entre ellos y su amigo Sísifo de Sagitario. No lo entendía, no entendía nada sobre el cambio de actitud de su amigo y posterior pareja con el cambio del tiempo.

- No es nada, lo lamento. - Falsamente hablo, sonriendo a su pareja pasando sus manos por el cuello de la armadura buscando que no levante sospechas. - Solo es algo que pensé, mas no quería molestarlo. Sé que Regulus e Ilias aun son un tema delicado en nuestro amigo.

- Aspros, ni yo termino de perdonarme por dejar que Regulus que se escapara, él debe estar solo mientras Sísifo va por él.

- Lo lamento, creo que no medí mis palabras pero solo quería alentar a Sísifo, estamos en medio de una guerra de 2 mundos. ¿No?

- Aspros... - Estada seguro que estada siendo despectivo, lo conocía desde hace años, lo amaba desde hace años, pero a veces no comprendía en lo más mínimo su actitud tan cambiante, entre su persona que era amable y protector a su persona que era totalmente lo apuestos todo bajo una fachada elegante y condescendiente. - Ilias era un guerrero y sabes lo que paso Sísifo por ser él hijo del llamado Héroe. Por lo menos está feliz de ahora cuidar al hijo de su hermano.

- Entiendo eso. Aunque llegue a conversar con Ilias como tu si tuviste la oportunidad, se que era un hombre de un cosmos fuerte y atractivo, su hijo debe ser igual. Cuando Regulus llegue en manos de su tío, le varemos una cálida bienvenida ¿No? Debe ser un niño solo asustado. - Hay estada otra vez, primero parecía compresivo pero luego cambiada de forma drástica.

- Creo... Aunque eso es en parte mi culpa... - Aunque debía admitir que Ilias si era atractivo.

- No te mortifiques mi amor. Te espero en mi templo en unas horas. Mi toro.

Solo le decía de ese modo cuando algo de verdad quería, al no tenerlo cerca Hasgard no hizo más que suspirar, sintiendo a que ese hombre lo conocía cada día menos.

- Sé que has cambiando, pero estoy seguro que aun tienes bondad. - Se dijo a sí mismo mirando en dirección por donde el Santo de Géminis se iba perdiendo la vista en los mechones de sus cabellos entre las sombras del pasillo.

Solo Sísifo de verdad lo conocía, por lo tanto callar sus preocupaciones con otra persona no era muy diableé, aun con eso tenía su fuerte amistad con Dohko, donde al menos algo sabia pero tampoco es como si le hubiera confesado todo.

Suspiro, perdido entre sus mil pensamientos, regresaría a su templo y esperaría para ir con Aspros.

Cuando lo conoció él y Sísifo acabadan de entrar al Santuario, paso el tiempo donde los 3 se hicieron cercanos, grandes compañeros, pero ahora era muy diferente. Recordada ese guerrero que pensada en la gente, que los ayudada y que siempre fue leal, ahora era muy diferente.

Justo unos meses antes del momento que los 3 consiguieron sus armaduras de oro, justo el momento que se declararon.

Ambos estaban nerviosos esperando sus prácticas, esos enfrentamientos que los ascenderían al cargo por el cual han estado peleando desde hace largos años.

- Falta poco mi gran amigo. - Le dijo Aspros a él, sonriendo con confianza y deseos de empezar, algo que le sobrada.

- Es verdad. Nuestro esfuerzo ha valido, ha pasado mucho... Oye... Siempre he querido preguntarte, si tienes alguien importante entre nosotros. Aparte de tu hermano.

- Pues... No lo sé. Creo que solo tú y Sísifo. Ustedes han sido muy grande amigo siempre.

- ¿Solo eso?

- ¿A qué viene? ¿Te enamoraste de mí?

- Si. Si me enamore de ti. - Sin ningún tipo de penas soltó, poniendo su mano en su hombro suavemente, sonriendo amable ante el futuro santo de Géminis y futuro traidor del Santuario. - De verdad me importas y no solo como un amigo, siendo tú un caballero honorable, hemos estado mucho tiempo junto. Quiero estarlo de una forma más cercano, en especial contigo.

- Vaya, pues es interesante. Ummm. - El santo a su lado le sonrió, tan diferente a como era en ese momento, poniendo su mano sobre la suya antes de volver a hablar. - Pues como nuestros cargos serán Tauro y Géminis; gana, cuando obtengamos las armaduras, ven a mi templo, y ahí te vare respuesta. ¿Hecho toro?

- Hecho.

Y pasó, a los pocos días ambos se volvieron santos dorados de Athena, cumpliendo con lo prometido y teniendo sexo por primera vez, besando por primera vez también, eran hombres inexpertos pero las ganas no les faltaban a ninguno.

Nunca creyó escuchar a Aspros gritar como lo hizo esa noche, nunca creyó que el sexo fuera tan placentero, estada más duro que como toda vez que solo se complació a sí mismo, paseándose descara por dentro el cuerpo del Santo de Géminis.

- Hasgard... Athena mía, sigue. - Le dijo esa noche, sus piernas estaban en su cabera, sus labios se buscaban en ese acto que se prolongo tanto que ya estaban totalmente sudados, moviéndose los 2 para seguir de forma más cómoda, con Géminis apoyado de manos y piernas siendo penetrado por ese gran cuerno que su amigo tenia entre las piernas.

Fue un gran cambio a como era ahora, en ese pasado podía distinguir como de verdad Aspros era más alegre, más amable, su cosmos y su persona brillada más, aunque tenía sus dificultades siempre brillada. Aunque suene arbitrario, cuando se acostaron por primera vez lo noto.

Volviendo a su realidad, en ese momento al llegar al templo de su pareja, solo lo comprodo, no estada como antes, en su mirada solo veía deseo, no veía al Aspros de antes, pero aun con eso se entrego y lo amo como siempre ha hecho.

Las rutinas de los 2 no cambiaron mucho, Hasgard siempre tuvo la idea de que aun había bondad en su pareja, pero la realidad no lo dejo comprobarlo. 

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Tengo que aprender a alargar los capítulos. Verdaderamente.