No soy mujer.

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Protagonista; Francisca. 

Shippeo: Francisca x Oc.

¿Cuánto me tuve que tardar para esto? 100 partes. Sorry. Tratare de arreglarlo. 

El joven Tauro mirada por las lejanías de su templo en dirección a lo que apuntan las calles de Rodorio en ese día  tranquilo, siendo él, el nuevo guardián de dicho templo

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El joven Tauro mirada por las lejanías de su templo en dirección a lo que apuntan las calles de Rodorio en ese día tranquilo, siendo él, el nuevo guardián de dicho templo. Ahora un Gold Saint luego de años de entrenamiento para ese puesto.

Cuando se vio cuanta el Saint de Scorpio y Sagitario llegaron cerca suyo.

- ¿Así que tu eres el nuevo Saint de Tauro? - Cuestiono Scorpio.

-Sí, mi nombre es Francisca.

- ¿Ese no es nombre de Niña?

- Te ves muy niño ahora que lo pienso, los anteriores Saint de Tauro eran hombres con mucho cuerpo y musculo. ¿Seguro que puedes ocupar ese puesto?

- ¿Qué estas queriendo decir? - Recrimino en modo de defensa estando dispuesto a pelear, pues, esto no era algo que no le pasara más de lo que uno esperaría, no culpada a sus padres por ese nombre, sabía que era de mujer pero nada podía hacer, solo defenderse y mostrar su hombría.

- Nada, discúlpalos. - De entre ellos surgió Gaterguard de Aries, deteniendo a Scorpio y Sagitario, luego junto al patriarca hablaría con ellos. - Nuestro gran patriarca le permitió portar la armadura, solo debemos confiar en él. - Sentencio antes de que ellos 2 se apartaran. - Discúlpalos joven Francisca. - Y se retiro.

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Francisca no le tenía ningún tipo de rencores a sus compañeros por ese tipo de cosas, pues para bien o para mal le pasada totalmente seguido. En ese momento luego de meses de combate habia mostrado lo que valía y ganado su respeto entre los habitantes del Santuario. Curiosamente a sus ojos a veces llegada una figura llegada, una chica más específicamente. Sabía que había mujeres en el Santuario, pocas pero había, y eran poderosas.

Luego de esa misión se encontró con una, la había visto pelear de una manera algo sanguinaria, reconoció su armadura como la de Zorro, siendo una protección que dejada mucho a ver en el abdomen, pero protegiendo su pecho y piernas, las protecciones en los brazos no eran tan grandes, eran más bien de diferentes tamaños.

- Ten cuidado, no tardaran en despertar. Señorita. - Le expreso a su nueva compañera, como era de costumbre no podía verle el rostro debido a la ley a la que las mujeres Saint aceptaban.

- Entiendo, Señor Francisca.

- No es necesario que me digas de ese modo. Con Francisca está bien. ¿Señorita...?

- Zinerva de Zorro. - Expreso, en ese momento y cada que se encontrada con ella, al santo de Tauro le daba curiosidad de saber que pensada o como estaría reaccionando, pero era mejor quedarse con la duba. - Nos quedáramos aquí cerca un tiempo, con tu permiso.

- Claro. - Y ella se fue, la próxima vez que se vieron fue algo complicado.

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El agua de una cascada se oía a algunos metros, encontrándose otra vez con la Saint Femenino. Notando su cuerpo envuelto en una tela en medio del agua en ese mar, limpiando las manchas de Sangre tras su pelea, notando que el santo de Tauro estada a su lado.

- ¿Qué quieres? - Expreso, a un lado de la orilla estada su armadura y su máscara, segura que el castaño claro los vería.

- No es nada, solo vine a lo mismo que tú. - Susurro, su armadura estada a la orilla también, notando a su lado las pertenencias de la chica. - No te estorbare, tampoco te veré. Me quedare esperando.

- Gracias... - Susurro ella aunque sin estar totalmente seguro, esperando unos momentos antes de voltearse y notar que de verdad Francisca estada sentado a un lado de ella de espaldas. Curioso verlo ahora tan tranquilo y amable cuando hace un rato estada lleno de confianza peleando al borde de ser arrogante.

- Ya puedes voltearte. - Le expreso, volviéndose a poner la macara, pegada a sus cabellos mojados mientras se volvió a poner la armadura. - Debo agradecerte, siempre he pensado que por lo general otro intentaría verme.

- Entiendo. Creo que es normal, sé cómo funciona la ley. Pero no tengo mucho interés en matarnos el uno al otro, si quieres mostrarme tu rostro, no tienes que molestarle con matarme o amarme.

- Eso no creo que pase. A pesar de todo te tengo mucho respeto, aunque mis ideas originales sobre ti no eran correctas, te lo has ganado.

- ¿Pensadas que era una chica verdad? - Apenas ella insinuó que tenía ciertas ideas sobre él, a la mente del toro llego de forma rápida.

- De hecho... Si lo pensé... - No negada que admitirlo frente a él era incomodo, hasta vergonzoso. Pero que este lo supiera le decía lo obvio.

- No tienes que sentirte mal. Como dije, eres de las pocas Saint mujeres que he visto, y que se ha ganado no solo mi respeto, si no el de muchos. Si quieres, podemos hablarnos en otro momento, donde no estemos buscando sobrevivir.

- Entiendo. Lo considerare. - Le expreso, sujetando por un momento la máscara aun de espaldas al santo de Tauro que en todo se quedo de espaldas. 

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Voy a ser lo mas sincero en decir que la primera parte lleva como un años en borrador, fue de mis primeros bocetos para francisca, pero como no puede hacerlo una trama, pensé en   incorporarlo aquí. Ya que, estamos hablando del siglo 16,  lo mas lógico es que Francisca debió haber sufrido  cositas por su nombre... 

Dejen su opinion. ¿Qué les parecen las chicas? ¿Bien? ¿Son otras Merys Sues?

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