Capitulo_1

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Capitulo_1.

La noche había caído, pero esta era especialmente más oscura de lo normal. No había luna y si hubiera estaría oculta por las gruesas nubes que ocultaban las estrellas.

En el tejado de una casa se encontraba, agazapada, una felina de ojos carmín. Unos ojos de color idéntico a la sangre que tanta veces había derramado sea por placer, necesidad o una orden.

Traía puesto lo mismo que en todas las misiones, unos pantalones y camisetas ajustados al cuerpo que le permitían mayor movimiento en batalla y una mascara que le cubría la mitad del rostro, todo de color negro. En su espalda tenia bien sujeta la espada que la había acompañado desde niña, una Odachi con su nombre grabado en el mango y en su cintura tenia atada una bolsita de tela con unos cuantos shuriken y kunais que seguramente utilizaría luego.

Mientras esperaba a que su "querido" compañero le de la señal, se quito la mascara dejando que la suave brisa chocara con su rostro y se sentó a meditar en posición del loto recordando, una vez mas, su vida.

No siempre había sido así, pero era ella y era su naturaleza, todavía se acordaba como había sido el orfanato, como la habían insultado, temido y apartado, ellos las convirtieron en lo que era. Su vida pasaba por su cabeza asta aquel día donde ni siquiera ella supo por que lo hizo...

Flash back

En el orfanato de bao gu una pequeña tigresa se encontraba sentada en la cima de un árbol, escapando de las burlas de sus compañeros, observando como se ocultaba el sol en el horizonte dando por finalizado un día mas de su infernal estadía en el orfanato.

-hey, monstruo... ¿Cómo te subiste ahí?- escucho preguntar una voz a sus espaldas pero no le hizo caso.

Sus ojitos se llenaban de lágrimas al recordar todo lo que le decían en ese lugar. Los niños no querían jugar con ella y la apartaban, pero ¿Qué podía hacer ella? Tenia su fuerza pero si la utilizaba en contra de alguno, solo se convertiría en lo que no quería, un monstruo.

Un golpe en su cabeza la saco de sus pensamientos. Rápidamente se llevo una de sus patas y se toco el lugar donde sintió ese golpe. No lo podía creer, tenía sangre. Los niños, al ver que ella no contestaba a sus burlas, le golpeado con una piedra.

Todo rastro de tristeza la abandono, dejando solo enojo, un enojo muy peligroso y extraño para una simple niña de cinco años.

Se paro en la rama salto de espaldas cayendo agazapada frente al pequeño jabalí que le había tirado la piedra, sorprendiendo al pequeño.

-que pasa... ¿te comieron la lengua?- pregunto burlona enderezándose frente al sorprendido niño.

-yo... yo...- el niño tartamudeaba, ella nunca respondía a las agresiones verbales y no pensó que seccionara.

Tigresa sonrió mostrando sus pequeños, pero afilados colmillos. Aquel niño temía doce años y ella cinco, pero le temía. Temía su reacción y temía ser golpeado o lastimado. ¿Qué? ¿acaso esperaba que dejara que me lastimen? Pensó tigresa retrocediendo un paso.

-eso pensé- dijo con burla y se dio vuelta para volver a su lugar, pero no se espero lo que escucho.

-ya veo por que ni su madre la quería- murmuro para si mismo el niño sin contar que el desarrollado oído de la pequeña felina lo escuchara.

Esa fue la gota que derramo al vaso. Le podían decir lo que quiera menos meterse con su madre. Sus ojos carmín brillaron de forma extraña y antes de que se diera cuenta ya estaba a centímetros del niño.

Matar, Morir O ¿Amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora