Juego iniciado

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Alicia Sanders

El día había comenzado, había despertado en mi normalidad rodeada de lujos, pero sola, sin mis padres, con una casa tan inmensa donde solo estaban los trabajadores y yo, esto era lo normal que honestamente ya no me importaba.

Fui a tomar una ducha, quedaba poco tiempo para entrar a clases, pero al ser la chica más popular y la más rica, no importa llegar tarde, porque pagaba y nadie podía decirme nada.

Salí del baño con una bata de baño envolviendo mi cuerpo, me seque, me vestí con un pantalón de mezclilla, un suéter azul y mi mochila de color negro, mis tenis color blanco, me deje mi cabello chino suelto, me vi al espejo y me veía increíble, con mis ojos color miel, mis pecas, mi rostro que no me gustaba por completo, mis labios gruesos que lucían bien con el labial que había decidido ponerme.

Salí de mi habitación y me dirigí a la salida de mi gran casa.

-No piensas irte sin desayunar mi niña, si tú madre estuviera aquí estaría molesta por eso, pero como no esta llévate aunque sea una manzana, no quiero que te sientas mal.

-Gracias nana, te prometo que la comeré, no me esperes hoy, quizás salga con las chicas después de la escuela, nos vemos.-dije dándole un beso en la mejilla.-Y no nos engañemos, si mi madre estuviera aquí, solo me criticaría por lo subida que estoy de peso, por mi actitud y porque me visto como lo hago, así que es excelente que esté viajando y en cuanto a mi padre, debe estarse divirtiendo con su amante.

-No seas tan dura con ellos, te aman, los padres son difíciles, son humanos y no son perfectos.

-Lo intentaré, pero es difícil, lo único bueno es que te tengo a ti, gracias por ser tan amable conmigo.

-No tienes que agradecer, te conozco desde que eres niña, eres como mi hija y te cuidaré.

-Ya debo irme, también te quiero, dile a Billy que le tengo un regalo cuando venga próximamente, que es algo con control y que le ganaré.

-No puedo creer que le hayas comprado a mi hijo Billy algo, que no sea uno de esos jueguitos donde se queda ahí embobado todo el día, ahora no se va a querer separar de esa cosa.

-Tranquila.-dije riendo.-Ya esta comprada, ahora no puedo regresarla, ya me voy, nos vemos.

Subí a mi carro azul con asientos de cuero color cafe, puse mi mochila en el asiento del copiloto, puse una canción he iba cantando durante el camino a la escuela, ya iba con 5 min de retraso y la verdad es que no importaba, no lo hacía nunca.

Cuando baje del coche mis amigas ya estaban esperando por mi, también eran como yo, les encantaba llegar tarde, éramos la sensación de la escuela, las miradas se posaban en nosotras,en nuestro gran cuerpo y en nuestros rostros.

La vida de nosotras las populares era muy increíble, podríamos obtener a quien quisieras con un mínimo de esfuerzo.

Entramos dejando nuestras cosas en el casillero, después entramos a la clase de Historia donde nos sentábamos las cuatro para platicar mientras la maestra estaba distraída, estábamos hablando de lo que haríamos hoy y ellas decidieron ponerme el mayor reto de mi vida, enamorar a un chico, romper su corazón y jugar con él.

-Chicas necesitamos ponerle a alguien que sea difícil, no podemos elegir uno de los de siempre, tiene que ser alguien que no caiga tan rápido.-mencionó Anna.

-No necesitas ponerme uno difícil o fácil, como sea lo conseguiré, me conocen, no hay chico que se me resista.

-Creo que Thomas el chico de la esquina, el listo sería buena opción, me dio clases de Cálculo el año pasado, es un tonto y obvio caerá, se puso nervioso conmigo cuando me enseñó tutorías.-dijo Layla.

-También pienso que el sería excelente, es inteligente, iluso y sería divertido ver cómo reacciona, como se enamora de ti.-rio Andrea.

-Lo haré, déjenme ir a presentarme.-dije segura como siempre.-El caerá, ténganlo por seguro y si es así, ustedes tienen que deberme algo, lo que yo quiera.

-Trató.-contestaron todas al unísono.

Me levante de mi butaca y me dirigí con él, no era feo, no podía negar que no estaba mal, pero tampoco era sorprendente su belleza, era un chico más, uno que tenia el privilegio de tenerme aunque sea por un breve momento.

Me acerqué y pude ver su rostro, con sus pómulos marcados, sus ojos oscuros, sus labios gruesos y rosados, con esa nariz tan fina, no estaba mal, pero honestamente parecía que tenía encima la ropa de un abuelo, era horrible la ropa que se ponía y esos lentes también lo eran.

-Hola Thomas.-mencione riendo descaradamente.

-A-A-Alicia.-mencionó tartamudeando.

-Esa soy yo, vine hasta acá para decirte que necesito unas clases de Cálculo, sé de buena fuente que eres excelente en esa materia, necesito algo de ayuda y he pensado en ti para esa agradable tarea.-dije mintiendo.

-Lo- lo siento, no creo ayudarte, tengo cosas que hacer, pero puedes pedírsela a cualquiera, hay muchos que como yo saben, estoy seguro que cualquiera estaría encantado de hacerlo.

-¿Y por qué tu no?.-mencione mordiéndome el labio inferior.

-Trabajo por las tardes ayudando a niños con sus materias.

-Pues considérame una alumna más, yo aprendo rápido, cualquiera quisiera pasar tiempo conmigo, por el dinero no te preocupes, no es problema, podrías hacerme un espacio en tu apretada agenda. -dije sonriendo.

-Esta bien, cuando quieras te ayudaré.

-Genial, te veo mañana en mi casa.-dije sonriendo.-Te mandaré mi ubicación.

-No tienes mi número.-dijo serio.

-Lo conseguiré, soy muy buena con eso, Tim.

-Me llamó Thomas.

-Lo siento, soy tan despistada.-dije sería.-Ya honestamente tu nombre nunca se me olvidaría, eres muy lindo.

Él se ruborizó, el pobre chico no tenía ni idea de lo que esperaba, lo mucho que me divertiría con él.

Me aleje y volví con las chicas, donde nos reímos e imaginamos las cosas que le haría pasar al pobre chico.

Espero que les haya gustado el capítulo, pronto subiré el capítulo de Thomas para que sepan que es lo que él siente y quiere.

Los títeres del amor (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora