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PRESENTE

Al presentir que no iba a recibir otra respuesta de parte de la Taiwanesa, Soyeon decidió dejar de lado su teléfono y ver como su esposa se preparaba para la cama. Pese a todos los años juntas, Soyeon sentía que cada vez que veía a Yuqi era exactamente como la primera vez. La China siempre tuvo algo cautivador en la mirada, sus ojos brillaban siempre, incluso en los momentos difíciles o si sus ánimos no eran los mejores. Era una bola de energía, siempre fue así.

—¿Qué me ves tanto? —preguntó la menor de las dos mientras se sacaba los aros frente a su tocador, comenzando luego a cepillar su cabello. Soyeon disfrutó de la vista.

—¿No puedo mirar a mi esposa? —preguntó Soyeon viendo el reflejo de Yuqi desde el espejo del tocador, le encantaba que su posición en la cama tuviera una vista tan privilegiada.

—Babosa. —Replicó Yuqi haciendo que ambas rieran. Desde que eran adolescentes siempre llevaron una dinámica en que se buscaban como Tom y Jerry para molestarse pero luego terminaban abrazadas y dándose mucho amor, con los años todo continuó igual. Aunque el amor seguía floreciendo.

—Creo que hice algo malo. —Habló la Coreana, cambiando su mirada desde el espejo al rostro directo de su esposa quien se había volteado para poder ver a su mujer igualmente. No era típico de la mayor reconocer errores.

—¿Qué pasó? —La voz profunda de Yuqi resonó en la habitación temiendo que su esposa se hubiera metido en algún problema serio.

—Del uno al diez ¿Qué tanto crees que se moleste Miyeon si se entera que me metí en las invitaciones de la boda de Soojin?—El tono agudo que ocupaba su novia al hablar sin respirar significaban que no solo era una pregunta, sino que también admitía haber hecho algo.

—Uhm ¿cien? —Yuqi parecía divertida ahora, sabía que a su esposa le encantaba entrometerse en las cosas de Miyeon, desde hace años que era uno de sus pasatiempos favoritos. Sabía que la mayor del grupo jamás se iba a molestar pero un poco de drama falso seguramente haría. —¿Qué hiciste, Soyeon? —.

—Puede que una tal Choi Sunha jamás reciba su invitación. —Yuqi frunció el ceño, el nombre no lo había escuchado jamás. Y por esa reacción supuso que no era importante.

—Ni idea de quién puede ser Choi Sunha. —Se encogió de hombros, esperando que Soyeon le explicara más. La confirmación de que la mencionada no era alguien conocida le hizo relajarse un poco más.

—Que bueno, porque me robé su invitación. —Los ojos de Yuqi se agrandaron ante la información, no entendía nada. —Bueno, técnicamente no la robé. Simplemente cambié el destinatario.—Agregó, quitándole un poco de importancia.

—¿Y quién es el destinatario ahora? —La menor parecía intrigada y ya se encontraba sentada al borde de la cama, como si el recorte de distancia hiciera que Soyeon hablara más rápido. Pero la mayor no sentía presión alguna.

—Shuhua. —Las palabras salieron de forma tan veloz que Yuqi no pudo evitar gritar. Por primera vez desde que habían comenzado la conversación, Soyeon parecía nerviosa.

—¡¿Yeh Shuhua?! — Yuqi golpeó el colchón del impacto luego de escuchar el nombre que había dicho su esposa quien asentía entre risas. —¿Quieres morir, Jeon Soyeon? ¿Me estás diciendo que Shuhua irá al matrimonio de Soojin?—. La idea de ver a Shuhua después de todos esos años se hizo presente.

—Bueno, no estoy segura de eso. Pero te puedo asegurar de que recibió la invitación. —Soyeon tenía su teléfono frente a ella, Yuqi se arrastró en la cama para quedar cerca de la pantalla y leer el intercambio de mensajes entre su esposa y la Taiwanesa.

El Presente. (SOOSHU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora