Sohee no estaba acostumbrada a cambios bruscos, era una mujer valiente sin dudas pero en su rostro se notaba la preocupación.
—Todavía te puedes arrepentir, no tengo problema en quedarme aquí. —Shuhua le daba la espalda mientras ordenaba las cajas con sus medicamentos de forma meticulosa, lo hacía habitualmente pero ahora que otra persona estaría a cargo quería que nada quedara al azar.
—Ya te dije que está todo bien, es solo que soy quisquillosa con mis cosas. —Y claro, considerando que la casa estaba llena de reliquias. Shuhua no era tonta, sabía que su jefa además de tener muchos objetos de valor espiritual también tenía joyas y recuerdos de una vida más acomodada de la cual Shuhua no se atrevía a preguntar.
—Wendy es una buena enfermera, ella podrá asistirte con todo y estoy segura de que no se llevará nada. No creo que sea tan tonta como para arriesgar su trabajo. —Al principio Sohee quería quedarse sola, pero Shuhua se negó de forma inmediata. Su jefa tenía muchas enfermedades y requería de muchos cuidados, no podía ser tan irresponsable como para dejarla sola durante su tiempo de viaje.
Casi como señal divina la puerta resonó, indicando que la enfermera de reemplazo estaba ahí.
Shuhua caminó por los pasillos de la casa hasta llegar a la puerta principal y darle bienvenida a la mujer que era algunos años mayor que ella. Gracias a sus contactos en la escuela de enfermería logró conseguir el contacto de Wendy quien tenía muy buenas recomendaciones.
—Wendy Son, mucho gusto. —La bajita estiró su mano, ofreciendo un educado saludo que fue correspondido por la taiwanesa.
—Yeh Shuhua, el gusto es mío. Por favor ven, te mostraré tu habitación y luego te voy a presentar a Sohee. —Con anterioridad Shuhua se había asegurado de entregar un informe a Wendy con todas las necesidades de Sohee, de esa forma no llegaría a ciegas a cuidarla.
La habitación ofrecida a Wendy era muy similar a la que ocupó Shuhua la primera vez que llegó a esa casa. Apenas tenía una cama, un escritorio y un pequeño closet. Había algunos cuadros antiguos pero nada que pudiera indicar que alguna persona la hubiera ocupado en los últimos años.
—No es muy linda pero tiene todas las comodidades. —Sonrió Shuhua, sintiendo que Wendy emanaba una buena vibra que en parte la tranquilizaba. Quizá estaba pasando mucho tiempo con Sohee y comenzaba a desarrollar algún tipo de sexto sentido.
—Es suficiente. —La tranquilizó, sacando algunas prendas de su maleta y llevándolas al armario.
—Ya tienes toda la información importante de Sohee, los números de emergencia están en la carpeta y también el mío, en serio en cualquier momento me puedes llamar. —Shuhua estaba agradecida de que Sohee no las estaba escuchando, si bien sabía que se preocupaba nunca lo había demostrado de esa forma.
—Tranquila, prometo que cuidaré de ella y que no voy a interrumpir tus vacaciones.
Shuhua rió, pensando en lo diferente que sería si efectivamente fuera a vacaciones. Quizá su exceso de preocupación era un mecanismo para evitar pensar en lo que iba a suceder próximamente. Quizá actuar como una empleada sobreprotectora le ayudaba a olvidar que en unos días estaría en la boda de Seo Soojin.
—Sohee, ella es Wendy y estará quedándose aquí mientras yo no esté. —La anciana levantó la mirada, las dos figuras le observaban a la entrada de su habitación. Se tomó su tiempo de identificar el rostro desconocido, notando de inmediato que no había nada de qué preocuparse.
—Mucho gusto, Wendy. Gracias por cuidar de mi, y gracias por ser lo suficientemente buena como para dejar que Shuhua te permita estar aquí. —La aludida rodó los ojos, por supuesto que Sohee haría algún comentario sobre su exceso de control. —Si nos disculpas unos minutos, me gustaría hablar a solas con Shuhua antes de que tenga que partir.

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El Presente. (SOOSHU)
FanfictionEn el que Yeh Shuhua puede decidir si enmendar sus errores del pasado o vivir en el presente.