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DOS DÍAS PARA LA BODA.

Soojin pensaba que los días anteriores a su boda estaría ansiosa, nerviosa y que su corazón iba a latir de forma irregular por todo lo que estaba a punto de suceder. Efectivamente se sentía así, pero en sus pensamientos no estaba su prometida sino la taiwanesa con la que había salido hace tantos años atrás.

Soojin sabía que en algún momento se iba a reencontrar con Shuhua pero nunca esperó que sería a días de su boda y que peor aún, todavía sentiría cosas especiales por ella.

Eunbi era una buena mujer. Quizá no era completamente su tipo pero la trataba bien, la quería y sabía que su futuro estaba asegurado con alguien como ella a su lado. Se sentía respetada y sabía que tendría la libertad suficiente de ser quien quisiera ser. Pero las dos sabían que había algo de compromiso en ese matrimonio, Eunbi quería que sus padres la dejaran tranquila y a Soojin realmente no le importaba. Su relación con Eunbi no tendría que ser diferente ahora que había un contrato firmado y un anillo en su dedo.

Pero la llegada de Shuhua le hacía poner todas sus decisiones en perspectiva. Cuestionarse la moralidad de lo que estaba haciendo y de pronto ya no se sentía tan segura.

Su batalla moral fue interrumpida por el sonido de unos nudillos chocando contra la puerta de su habitación. Abrió la puerta desganada, su cuerpo estaba cansado y su mente alterada.

—Te ves terrible. —Minnie entró antes de que Soojin pudiera defenderse o emitir algún comentario. Cerró la puerta y esperó a que su amiga tomara asiento en el borde de la cama.

—Es tarde. —Soojin no quería sonar mal educada, simplemente quería intentar envíar el mensaje de que no tenía ganas de hablar con nadie.

—Es el único momento en el que estamos realmente solas, Soojin. No has hablado con nadie y honestamente estoy preocupada. —Soojin arrastró sus pies por la habitación hasta sentarse en uno de los sofás en la esquina de la habitación.

—Estoy bien. —Intentó decirlo con la mayor convicción, intentando convencerse a sí misma. —Estoy...sorprendida. —Agregó, todavía haciéndose la idea de que su ex novia estaba a un par de habitaciones de la suya. Compartiendo la cama con otra mujer y siendo una de las invitadas a su boda.

—¿Crees que pueden volver? —La pregunta de Minnie le tomó por sorpresa, y seguramente por la expresión que puso era obvio que no tenía respuesta.

—-Nicha, me voy a casar. —Soojin esperaba que la forma en que la nombró le hiciera notar su molestia. Era una falta de respeto que su mejor amiga estuviera insinuando algo de ese tipo a días de que su boda se diera a cabo. Incluso aunque pudiera pasar por su mente, no estaba bien. —Mi futura esposa no estaría contenta de saber que alguien insinúa que quiero estar con otra persona ¿O si? Además te recuerdo que es tu jefa. —Minnie rió, Soojin se lo había tomado personal y quizá (solo quizá) se había sobrepasado con su comentario.

—Perdón. —Soojin respiró tranquila, Minnie no solía disculparse tan fácilmente pero no había demorado en aceptar que había pasado la línea. —Yo sé que no te gusta hablar de esto. —Soojin cerró los ojos, Minnie estaba ocupando ese tono de voz que te tocaba el corazón. Sabía que su amiga se preocupaba, a veces era difícil de notar pero lo hacía. No siempre lo demostraba vocalmente y era eso lo sorpresivo de esa conversación. —Y sabes que respeto a Eunbi, sé que te quiere y que seguramente te hará sentir bien ¿Pero te hará feliz? —Ambas dejaron que la pregunta descansara en el aire, que revoloteara lentamente entre las cabezas de las dos amigas. Una esperaba la respuesta y la otra intentaba encontrarla.

—¿Si Shuhua no estuviera aquí me hubieras preguntado lo mismo? —Las dos sabían que la pregunta había sido omitida, quizá el silencio era la respuesta pero Minnie no quiso llegar a conclusiones.

El Presente. (SOOSHU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora