El Presente. (SOOSHU)

3

PRESENTE

Esa tarde ambas comieron en silencio, Shuhua no dejaba de pensar en Minju y en el fajo de billetes que ahora descansaba bajo su almohada. No podía creer que la gente gastara esas sumas de dinero en lo que para ella sonaba como tiempo perdido. Pese a todos los años viviendo con Sohee, Shuhua seguía incrédula de sus supuestos poderes. Jamás había escuchado de alguien quejándose o volviendo para cobrar su dinero de vuelta, Sohee al parecer no era una estafadora pero tampoco se convencía de que con un par de hierbas y humos extraños las cosas podrían mejorar.

—Sé lo que estás pensando. —La voz de Sohee le dio vida al lugar, el día estaba lluvioso de pronto y sus ganas de ir a clases comenzaban a desaparecer. —Puedes preguntar—.

—Esa señora, Minju. —Shuhua pausó para pensar qué era exactamente lo que deseaba saber. —¿Realmente se va a encontrar con el amor de su vida? ¿Cómo estaba tan segura? No entiendo, si tanto se amaban por qué tuvo que esperar a enviudar yo- —.

—Nunca debes juzgar las decisiones ajenas, Shuhua. —Sohee la interrumpió, quería darle una lección con todo lo ocurrido durante el ritual.—Tarde o temprano el amor de nuestras vidas se encuentra con nosotros. Y con esto no me refiero a que vivirás feliz para siempre con esa persona. —Una sonrisa en la mayor se formó en su boca al ver que tenía toda la atención de la menor. —La vida está llena de caminos, Shuhua. Muchos creen que nuestras vidas deben seguir uno pero eso no es cierto. En nuestras vidas pasamos por muchísimos caminos y en algunos de estos podemos encontrar al amor de nuestras vidas. Las almas gemelas están para eso, para ser iguales y amarse incondicionalmente pero eso no implica que deban pasar todo el tiempo juntas ¿entiendes? —Shuhua asintió, claro que entendía.

—Pero es injusto. —Su voz salió casi en un suspiro nostálgico.

—La vida no es justa. —Ambas lo sabían, a Sohee le parecía adorable que Shuhua estuviera consciente de ello pero que todavía sufriera por lo mismo. —Es por eso que me gusta llamarme una justiciera. Los casos como los de Minju son mis favoritos. Como verás, el vivir con nuestra alma gemela no está asegurado. Pero si te esfuerzas y eliges los caminos correctos entonces probablemente si suceda. —Sohee volvió a comer, riendo ante Shuhua quien parecía molesta de su pausa. —Minju no es una buena mujer, Shuhua. Su aura me permite percibir que esa mujer es increíblemente materialista. Ese fue su camino, prefirió alejarse de ir junto a su alma gemela para conseguir otras cosas en la vida y ahora está arrepentida. Por eso te digo, no está bien juzgar a las personas por sus decisiones ya que siempre tendrán consecuencia—.

Esa noche pedaleó con más lentitud, no le importaba que probablemente llegaría tarde a clases. Las palabras de Sohee no dejaban de resonar en su cabeza ¿Qué camino elegí? se preguntaba una y otra vez. Shuhua estaba segura de que la vida que estaba viviendo no había sido elección suya sino más bien que había sido arrojada a una nueva realidad en el momento en que sus padres dejaron este mundo. Pero antes de eso, había tomado un par de decisiones que siguen repercutiendo en su cabeza en las noches de insomnio. La famosa boda le refrescaba los pensamientos. Esa boda era decisión de ella, pensó. Una consecuencia de las elecciones del pasado. Si hace diez años atrás las cosas hubieran sido diferentes esa boda no estaría siendo planificada. Sohee tenía razón, los caminos que uno toma estremecen el mundo de todos a la larga.

—Yeh Shuhua, llegas veinte minutos tarde. —La Taiwanesa se estaba quitando el casco de la cabeza cuando Elkie le habló sentada en una de las escaleras fuera de la escuela. Shuhua sonrió, Elkie no era nadie para juzgar su puntualidad.

—El profesor no va a venir, estamos libres. —Su amiga continuó hablando mientras Shuhua estacionaba su bicicleta, sentándose luego al lado de ella en las escaleras. Era muy nostálgico estar ahí después de todos los recuerdos que tenía en ese lugar. —Deberías revisar tu teléfono más seguido. —Le reprochó Elkie, descansando su cabeza en el hombro de la menor.