Si alguien le hubiera preguntado alguna vez al director de la escuela que iba a tener que estar frente a dos de sus alumnas más ejemplares buscando respuestas de qué había sucedido esa tarde, probablemente lo hubiera negado. Las dos parecían nerviosas, Nicha movía su pierna como un niño pequeño a punto de presentarse a un gran público y Shuhua estaba completamente perdida en sus pensamientos.
—¿Está seguro de lo que vio? —preguntó. Necesitaba escuchar una vez más de parte del inspector que efectivamente encontró a Nicha y Shuhua dentro de una habitación privada intercambiando las respuestas de los exámenes de Seo Soojin y la misma Nicha.
El director sabía la estrechez que había entre las involucradas por lo que no le podía dar una explicación a que ellas quisieran perjudicar a Soojin. Entrevistarlas de forma personal era necesario, y sin duda tomar decisiones drásticas debido a la seriedad del asunto.
Comenzó dando un discurso sobre la importancia de la escuela y como no podía tolerar ni perdonar algo de la envergadura de los hechos.
Después de comunicar todo eso, por fin las dejó solas ahí y Shuhua, quien todavía se encontraba en estado de shock por todo lo que había sucedido no era capaz de procesar nada. No fue hasta que la mano temblorosa de Minnie y escuchó su respiración agitada que solo indicaba que estaba conteniendo el llanto cuando logró darse cuenta del peso que tenía todo. —Shuhua no puedo hacer que me expulsen, eres la única que sabe cómo van a reaccionar en mi casa. —Se vieron a los ojos, y como si fuera la ocasión perfecta una lágrima rodó por el rostro de Minnie. Con su mano libre levantó las mangas de su uniforme, Shuhua notó de inmediato las marcas que demostraban que había recibido algún tipo de golpe ahí. No necesitó ver más, sabía bien cómo era el padre de Minnie cuando su hija no cumplía alguna de sus expectativas.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando un enorme libro cayó sobre el escritorio del director haciendo saber así a las dos jóvenes que había vuelto de donde sea que se encontraba.
—Y entonces ¿Alguna piensa decir algo? ¿O tengo que expulsarlas a las dos? Y no me vengan con esa mentira de que no fueron, eran las únicas ahí. Las cámaras de la escuela lo acaban de confirmar. —Ambas encontraron la explicación a su ausencia, ya no tenían escapatoria.
Minnie podía sentir su corazón latir en sus oídos, no estaba segura en qué momento había llegado a ese punto. En el que para escapar de sus errores estaba poniendo a una de sus mejores amigas frente a un abismo esperando a que se lanzara por ella. Esperando a que Shuhua renunciara a absolutamente todo lo que quería por salvarla a ella.
Tenía que dejar de ser así, su padre podría dañarla físicamente pero lo que ella hacía con Shuhua era casi equivalente a eso. Arruinar su vida, su reputación, sus conexiones y sobre todo su relación. Todo por no ser lo suficientemente valiente para aceptar que la vida no era perfecta, que a veces había que soportar cosas. Minnie tenía que dar la cara.
Los segundos se sintieron como largos minutos, Minnie volteó la mirada esperando a que Shuhua hiciera algo. Necesitaba que de alguna forma u otra las dos pudieran librarse de ese momento y despertar de la pesadilla en la que ella misma las había puesto.
Shuhua sintió que todo a su alrededor daba vueltas, si no fuera porque el momento era extremadamente serio hubiera pedido que la lleven a la enfermería. Su cabeza se llenó de pensamientos y ruidos, algo en ella estaba ocurriendo y no sabía cómo explicarlo.
Soojin no te lo perdonará, todas te verán como la enemiga, tu vida se volverá completamente miserable, las demás van a avanzar hacía sus sueños mientras tu te estancas en un bucle sin fin.
Lo pudo ver todo, lo sintió todo y supo de inmediato que no podía permitirse algo así. Pero pese a todo eso no pudo admitir ni culpa o inocencia. Era como entregarse al destino, o en este caso a su mejor amiga.

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El Presente. (SOOSHU)
FanfictionEn el que Yeh Shuhua puede decidir si enmendar sus errores del pasado o vivir en el presente.