Capítulo 9
"Te voy a mostrar las cosas buenas de mí, aunque no sean muchas. Tendré que fingir para que no te alejes."
Por suerte era viernes y ya eran más de las cuatro de la tarde. Eso significaba que no tendría que verle la cara a los estúpidos de mi colegio, ni a la de los profesores, ni a estar rodeado de gente, ni tenía la obligación de hacer mis tareas, tenía toda la tarde libre y podía utilizarla como se me antoje. Solo había una explicación: era viernes. Algunos dicen que el día de descanso es el domingo, para mí era el viernes. El domingo hasta lo calificaría como el peor día de la semana, lo único que haces en ese día es contar los minutos que te quedan del fin de semana. Un desperdicio. Siempre me alegraba que llegase el fin de semana pero no sabía muy bien por qué lo hacía. No tenía muchos motivos para alegrarme. Jamás salía de mi casa, nunca me invitaban a ningún lado. A veces me quejaba de que no me contaran para salidas y fiestas, pero sinceramente estaba bien con eso. No me gustaba relacionarme y, si no hice algún amigo más que a Niall, era mi culpa. No podía siempre echarles todo en cara a los demás por no juntarse conmigo. Sin embargo, ese día viernes de septiembre, caí en la cuenta de que quería que eso cambiara. Louis y Zayn serían mi primer paso.
Decidí salir de mi casa, hasta se sentía raro el viento chocando contra mi cara moviendo mis rizos. Estaba muy acostumbrado al encierro. Miraba mis pies al caminar, la manera en que coordinaban. Derecho, izquierdo, derecho, izquiero, derecho, izquierdo. Tuve que desviar mi atención para esquivar a una señora que caminaba en dirección contraria a la mía.
Solía concentrarme en cosas sin sentido. Era raro, lo sé, pero era la única forma de mantener mi mente entretenida para que no estuviese pensando en cualquier motivo que alimente solo cosas malas en mí. A veces imaginaba cosas que no eran reales, no existían pero eran muy reales para mí. Recuerdo una vez, no hace mucho, solo un año atrás.
Estaba caminando, más bien, escapando. Yo solo quería llegar al parque, pero éste parecía estar más y más lejos de mí. Como si con cada paso que yo avanzaba, el parque se alejaba por arte de magia. Debían ser las diez de la noche aproximadamente. Tenía agua salada, ya seca, en mi rostro. Sí, ese día había estado llorando. Pensamientos y maneras de solucionar las cosas era lo único en mi cabeza. Millones de posibilidades, yo solo quería estar bien. Pensaba en mi futuro, de una manera positiva, pero luego de tantas desilusiones, comencé a creer que lo positivo no existía, que no había nada bueno en este mundo.
Entré al parque, no había niños. La luz del sol ya no estaba en el cielo, todo estaba adornado por la oscuridad de la noche. Solo las estrellas, la luna y pequeños faroles iluminaban el verde y húmedo césped del parque. Suspiré e intenté que mi cuerpo se relaje. No había muchas personas, no tenía de qué preocuparme. Varias parejas bastante encariñadas estaban sentadas los banquitos marrones típicos de las plazas y parques. (Voy a remarcar la palabra "bastante") También había varios muchachos tomando alcohol y grupos de amigos sentados en ronda hablando de estupideces que solo entre ellos entendían.
Como cambiaba todo simplemente del día a la noche. Así me sentía. Como un sube y baja de emociones. Pero últimamente había más oscuridad que luz en mi vida. A un niño de 15 años, eso le asustaba.
Ahí fue cuando vi algo, más bien alguien. Era un hombre encapuchado mirando hacia el suelo. No podía identificar su cara pero sí una botella de vidrio en su mano izquierda. Sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo. Tenía miedo. Había sido muy muy ingenuo al salir de mi casa a la noche. ¿Y si ese tipo quería hacerme daño? ¿Y si había más personas que querían lastimarme? Ya tenía suficiente y no quería más heridas.
Luego llegó lo peor. El tipo levantó la vista haciéndome por fin ver su rostro. Era blanco, como si estuviese pintado como un payaso. Alrededor de sus ojos estaba pintado de negro (o tal vez era así por naturaleza), como un mapache. Luego una sonrisa aterradora semejante a la del gato de Alicia en el país de las Maravillas se formó en su rostro.
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PANIC - {Larry Stylinson}
Teen Fiction"Yo solo quería esconderme del mundo. Como cuando un niño se esconde bajo las sábanas de su cama porque piensa que hay monstruos debajo de ella. Era tal cual esa situación. Necesitaba una sábana para ocultarme debajo. Había muchos monstruos afuera."