PANIC - {Larry Stylinson}

11 - Better alone

Capítulo 11

"Quiero estar solo acompañado. Estando solo me siento seguro, nadie puede herirme. Soledad, oscura soledad cegante, ¿debo amarte u odiarte? Alguien que responda, alguien que me ayude, ¡guíame por favor! Soy un náufrago solitario navegando a la deriva en un oscuro océano sin salida."

Lunes, jodido lunes. Jodido comienzo de semana, jodido colegio, jodidos compañeros, jodida vida.

Salí de mi cama abruptamente. Al levantarme, comecé a ver pequeñas manchitas negras que cada vez se unían más y más unas con las otras haciéndome tener mi vista completamente en negro. No estaba de humor para eso ahora. Nunca estaba de humor realmente. Pero ese día, estaba en un grado de malhumor superior al de todos los días. Me desperté con una puntada en la panza muy fuerte que no cesaba, no me dejaba resperiar. Louis, la chica, la fiesta, Liam, Thomas. 

Sentimientos. ¿Para qué existen? Más bien, ¿Para qué existen los sentimientos malos? A todos nos gusta estar felices, alegres, emocionados, conmovidos. Pero todos odian estar tristes, enojados, malhumorados, celosos, tener miedo. Definitivamente el sentimiento del miedo era el peor, o al menos para mí.

La vida era una balanza. Un día estabas feliz, al día siguiente deprimido, pero luego volvías a sonreír. Todo planificado para que no estemos ni totalmente deprimidos ni totalmente felices. Es decir, teníamos que deprimirnos a veces solo para saber que no todo es 100% alegría, pero también, necesitabamos alegrarnos para no hundirnos en la tristeza. Todo tan medido, tan planificado, tan justo, tal como una balanza. 

Pero luego estaba yo. Tan deprimido, solo, asustado. Mi vida era una balanza desequilibrada. Mi corazón era una balanza desequilibrada. Mi cabeza era una balanza desequilibrada. 

Bajé luego de cambiarme velozmente. Mi madre estaba sentada en el mismo lugar de siempre mientras miraba las noticias en la TV. "Muerte de aquel" "Asesinato de aquellos" "Atentado en un edificio" "Choque múltiple en la autopista" "Secuestro de una niña"  ¿Tanto les costaba pasar alguna noticia alegre? Suspiré para luego mirar a mi madre que lucía cada vez más y más cansada, como si su cuerpo se estuviera consumiendo de a poco, como si cada día que pasaba envejecía cincuenta años. Y me preocupaba. 

Intenté darle charla sobre algún tema sin importancia: el clima. Odiaba que la gente saque de tema de conversación "el clima". Por ejemplo, detestaba estar en un ascensor con alguna persona y que digan el típico comentario de: "Uf, ¡Cuanto calor!" o "Uf, ¡Cuanto frío!" Pero este era un caso en especial, quería distraer a mi madre y demostrarle que podíamos seguir hablando como cuando era un pequeño niño.

Nostalgia. ¿Por qué he tenido que madurar tan rápido? Siempre la maldita misma pregunta en mi cabeza. Lo hecho, hecho está. El pasado es pasado y, aunque quisiera, yo no podía lamentarme toda mi vida de lo mismo.

Sentí que la tostada se me trababa en la garganta, como si ese nudo que sentía desde la fiesta fuese una barrera que impedía el paso de la comida, hasta de mi voz.

Me despedí de mi mamá regalándole una sonrisa que me devolvió débilmente y comencé mi aburrido camino hacia la cárcel,  quiero decir, colegio.

Al llegar, me dirigí directamente dentro del colegio, evadiendo a todos los alumnos que se encontraban en el patio principal de la entrada. Siempre hacía lo mismo, siempre era el primero en llegar al aula y sentarse en su banco.

Entregué mis ensayos a la profesora de biología, quien me amaba aunque yo la detestaba. Gracioso. Luego, en la clase de literatura me tomaron un examen sorpresa. Tenía ganas de matarme. Examen sorpresa, ¿eso también era neceaario?