Milán

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- hola Tokio - respondí sonriendo -

La verdad estaba contenta de verla en el atraco anterior llegué a llamarla "el fruto de la discordia " pero este atraco iba a ser muy diferente al anterior y necesitamos estar unidos

- nos dimos un abrazo -

- ¿es tuya?- pregunto viendo a mi hija -

- si - respondí - se llama lucía

- hola - dijo mi nena extendiendo su manita -

- el cambio de look y la pequeña están geniales - dijo ríendo -

- igual tu corte está genial - opine -

Raquel nos miraba silenciosa hasta que Tokio noto su presencia

- ammm si - intente explicar -

Tokio comenzó a caminar frenéticamente hacia ella Raquel hizo lo mismo.

-¡Tokio! - llame pero me ignoro -

El profesor llegó y se interpuso entre ella y Raquel.

- ¿que hace esta hija de puta aquí? - preguntó con ganas de golpear a Lisboa -

- tranquila que es una de los nuestros - explico el profesor -

- digamos que he cambiado de bando - agrego lisboa -

- ¿Sabes quiénes cambian de bando en la guerra? los traidores, las ratas - repuso Tokio -

- Tokio - dijo el Profesor -

- y sabes que es lo que pasa con esas ratas? que pueden cambiar una, dos, cien millones de veces -

- Tokio - repitió el profesor -

- te va a traicionar, ¡te va a traicionar a ti como los traicionó a ellos!

- no me va a traicionar - aclaro - y de eso tengo la absoluta certeza

- ¿cuál certeza? - pregunto con ironía - ¿la de tu bragueta?

- ¡Tokio! - regañe pero Raquel le dió una bofetada -

- si el profesor dice que soy una de vosotros lo soy - anuncio - ¿te quedó claro?

- ¿vaya ostia me has dado no? Así no nos vamos a llevar bien inspectora

- Lisboa - la corrigió Raquel - mi nombre es Lisboa

- bueno ahora después de este entrañable encuentro - anuncio el profesor - vamos a tomar un té

- yo lo sirvo - dije dirgiendome a la cabaña -

Madrid saludo a Tokio también y nos reunimos los cinco en el comedor ahí fue cuando Tokio nos contó como fue la captura de Río.

- Por qué no me habías dicho que venía? cariño - pregunto Madrid sobre mi hombro -

- mi padre me pidió discreción - respondí tajante pues queria escuchar la historia de Tokio -

- vale - respondió conforme con la respuesta -

En realidad el nunca cuestionaba las ordenes de mi padre, lo respetaba demasiado como para hacerlo.

Tokio siguió con su relato, atraparon a Rio por unos teléfonos que el y Helsinki habían conseguido en el mercado negro, lo raro era que no habían publicado nada de su captura y era obvio que lo estaban torturando.

Tokio se mantuvo pensativa toda la tarde igual que todos. Mañana era la reunión con la banda Madrid y yo habíamos decidido llevar a mi hija al monasterio quería pasar el mayor tiempo con ella por si algo llegaba a salir mal en el atraco.

Tokio estaba acostada en una de las amacas me acosté en la que estaba a su lado.

- perdón por venir a arruinarte la vida - dijo con la mirada en el cielo -

- a cualquiera le pudo haber pasado - respondí -

Cualquiera pensaría que estaría molesta con ella. Ya que no me gusta que alguien haga algo no planeado. O que dañen a más gente por sus decisiones.

Pero no, una parte de mi la entendió.

Tokio era un espíritu libre. Y eso lo podía entender perfectamente. Por amor a mi padre soporte mucho tiempo enclaustrada en mi casa esperando el día de hacer un atraco que me daría libertad.

Y realmente es hermoso ser libre.

Por eso otra parte de mi la odio.

Haría que todos volviéramos al riesgo que conlleva un atraco. Haría que todos nos jugaramos la vida, dejando nuestra felicidad atrás.

Pero si Madrid o yo hubiéramos sido  capturados, igual pediría su ayuda.

Se creo un largo silencio que decidí romper:

- Tokio nesecito que tú y yo volvamos a ser amigas - dije girando me para verla -

- ¿amigas? - pregunto de forma sarcástica -

- si, a partir de ahora quiero que nos apoyemos este atraco va a ser muy diferente y al igual que tú quiero que todo salga bien - dije sentandome -

- vale - me ofreció su mano por un momento dude si aceptar el mismo trato que yo había ofrecido y es que Tokio era muy viseral y podía hechar a perder todo. Pero termine dándole la mano -

- deberías volver a tu corte y a usar tus lentes - sugirió -

- sabes que si tienes razón - dije -
Entramos a mi habitación y Tokio me corto el cabello jugamos y reímos un rato deje mis pupilentes y volví a mis viejas gafas.

Tokio y todos se fueron a dormir pero Raquel me había dicho que papá quería hablar conmigo así que lo fui a buscar.

- papá - lo llame estaba hablando por teléfono - ¿querías hablar conmigo?

- si ammm - dijo mirándome - cuántas veces piensas cambiarte de look?

- no lo sé - respondí después de reír -

- bueno, Julia va a estar en el atraco - dijo -

- ¿mi prima? - respondí sorprendida -

- si, va a participar en el atraco - respondió sonriendo - y nesecito que la vayas a recoger en una estación de autobuses en Italia

- que bien - dije contenta - y ¿Martin?

- a el después lo voy a buscar yo - respondió - también estarán los dos hombres que estuvieron en la boda de Andrés

- vaya - respondí sería - si que va a estar fuerte

- si así que vete a dormir ya - ordenó -

Nos dimos las buenas noches y me subí a dormir. Julia era la hija de Berlín su madre fue su tercer matrimonio. Ella vivió siempre con su madre hasta que está murió entonces quedó al cuidado de Andrés.

Cuando mi papá y yo lo fuimos a visitar a Italia ella estaba con el y ahí nos conocimos.

También fue a la boda con Tatiana (la única que me caía bien de sus cinco matrimonios) iba a participar en el atraco de la casa de moneda y timbre pero discutió con Berlín se fue y nunca volví a saber de ella.

Hora cero

El elicoptero con la cara de Dalí voló por España mientras los euros caían, la gente nos veía con desprecio y nosotros lo veíamos desde el auto ojalá y hubieran sabido que éramos la resistencia que tanto festejaban.

La hija del profesor ( la casa de papel ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora