Como tú

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Amelie llega al día siguiente a primera hora, resplandeciente como siempre. Su cabello pelirrojo tiene puntas verdes. Le digo que me gusta y que es lindo. Ella me dice que yo soy lindo. Me levanto de la cama para poder estar junto a ella. Soy un poco más alto. La abrazo. La presiono contra mi. Ella me presiona a su cuerpo. La miro a los ojos. Ella me mira a mi. Nos vemos. Mi vida se va entre sus dedos. Un dolor punzante atraviesa mi espina. Algo parecido a una descarga. Algo parecido a un huracán. Por que siempre he sido el mismo idiota distraído. ¿Las chicas siempre han sido así? me mira igual que Ella. Su cabeza se inclina un poco. Y yo siempre he sido yo. Pero, ¿y si Amelie siempre fue Ella? Mi yo consciente me dice que no, que eso no puede ser. Mi otro yo me dice que es Ella, aunque no me de cuenta. Se pelean entre si. Si. Siempre he dicho que si. Me acostumbre a decir que si, y perdí todas las esperanzas. Ese día, el que llegué aquí, el sol me atravesó, me partió del pecho hasta la espalda. Pero ella era casi un sol. Ella Estrella. Me partió en dos con su descarga. Y ahora esos dos se pelean. Se atizan con los puños. Mi ser consciente lleva las de perder. Mi otro yo es una bestia. Una bestia que la quiere a ella. Y mi ser consciente morirá intentando evitarlo.

10 A.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora