04(Un poquito de carne)

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Las personas siempre pensaban que Myoui Mina era tímida, callada, torpe, fría, temerosa, asustadiza, y bueno eso es lo que era exactamente, pero sobre todo torpe, esa palabra siempre se la decían, incluso Sana y Momo, aunque le molestaba ella seguía, que más podía hacer.

Eso sí ella pensaba que era así pero escucharlo de los demás le dolía, lo decía poco, pero cada palabra hiriente le dolía más de lo que ella era capaz de afrontar por lo cual nunca le prestaba atención a las conversaciones de los demás. Ella amaba los animales, cualquier tipo, pero todo cambió un día que un tigre mitad humano la mordió, ese día estaba segura que los odiaba, y más a esa chica que ahora dormía en su forma felina en su propia cama.

¡En su costosa y gigante cama!, donde era ella la que dormía, sin nadie más, Mina era solitaria y tampoco pensaba mucho en el amor, siempre se centró en ella misma, hasta que conoció a Bambam un chico lindo que le prometió todo y a la final la dejo con el corazón roto y unas cuantas deudas. Por el consumo extremo de alcohol.

Pero luego de tanto decidió que ya era todo, las puertas al amor estaban cerradas, mientras que pensaba en lo difícil que fue su vida, se quedó viendo a Chaeyoung, ese animalito que estaba aferrado a las sabanas con sus afiladas garras que no le hacían daño a nadie, bueno solo a las sábanas de una enojada rubia que estaba mordiendo su mano para no gritar.

Eso sí, Mina podía ser todo menos paciente ni tolerante, con el grito más fuerte que su débil y afligida garganta pudo soltar, despacho a aquel animal de cuatro patas, hablando de aquel. Saltó del susto, su colita erizada y moviéndose de un lado a otro, se estaba enojando y ¡joder!. Estaba molestando a un cachorro de tigre, se quedó quieta cuestionando la brutalidad que acababa de hacer y dio dos pasos hacía atrás.

Que se convirtieron en pocos segundos en zancadas grandes hacía el sofa más cercano para esconderse tras el, le tenía miedo a un "indefenso" animalito, asomó sus ojos y vio el panorama, al darse cuenta que no estaba ahí se levantó con las manos en la cintura y la mirada desafiante, ya tenía el valor suficiente para saltar y atraparla.

Elevó su mentón, con una sonrisa satisfecha y altanera suspiró, sin darse cuenta que Chaeyoung estaba de brazos cruzados tras ella, riéndose en silencio—Boo~—Para explicar bien la impresión de la japonesa tendremos que remontarnos al año 1997, la pequeña Mina tenía meses de nacida y su madre siempre le repetía que pasara lo que pasara ella estaría ahí, luego pasó el tiempo Mina se mudó y estaba feliz, pasaba por la calle de su casa, tenía que pasar por un callejon oscuro, aunque estaba casi hecha pipí ella nunca se vio asustada, solo una vez, cuando un conejo saltó encima de ella.

Gritó tan alto que se impresionó, luego lloró y se revolco en el suelo intentando huir del animal, entonces recordó las palabras de su mamá "pase lo que pase te cuidaré". Eso nunca pasó, menos ahora, lo gracioso es que ese conejo se convirtió en su mejor amiga, a la final fue un descuido de Jeongyeon dejarla en el suelo mientras veía que pastel comprar.

Y ahora, estaba Mina sollozando en una esquina de la casa, de su propia casa, llorando tan fuerte que Chaeyoung se tapó los oídos, estaba segura que así sonaba una animal sufriendo, más bien, una foca dando a luz, es que ni siquiera sus padres gritaron tanto cuando ella los desobedeció, esto era un chillido que se te metía en el cerebro, con fastidio le lanzo un cojín previamente masticado por ella misma, quería que la mayor hiciera lo mismo masticarlo para tapar su gran bocota.

—Ca-callate—Gritó saltando en un solo pie intentado cubrir sus orejitas, Mina abrió mucho los ojos y con un mohín se levantó, la menor rodó los ojos no podía creer lo infantil que era la contraria—Tu chi-chillas mucho—Negó con una mueca de desagradó, la mayor bajó la mirada algo apenada.

—Es que tu me asustes y ayer me mordiste animal sin educación—Le dio un gran golpe en el hombro, los ojos de la hibrida se volvieron amarillentos y Mina tragó en seco retrocediendo.

—Tengo hambre, quiero por favor un poquito de carne—Habló haciendo una señal con su mano, acariciando su estómago que ya estaba sonando.

Mina abrió la boca lentamente, estaba incrédula, no creía que la persona que la había hecho llorar más en toda su vida, le estaba pidiendo algo de comer con esos ojitos, tan tiernos, ¿cómo podía hacer para verse tan adorable?. Y ¿cómo hacía para que sus ojos crecieran?, ese mohín que adornaba sus carnosos y rojizos labios, y su carita levemente fruncida.

Se veía muy adorable, aunque se veía así Mina no confiaba mucho en ella, se aparto vigilando que la menor no la hirirera, y como pudo se acercó al refrigerador, sacando carne, encendiendo la estufa y corriendo a prepararla, tampoco es que se la iba a dar incipida, aunque no sabia cocinar muy bien, pues no era lo suyo o eso decían sus amigas, termino de hacerlo y le dio la carne con un poco de pan y una ensalada, ella también comió lo mismo, pues tenía hambre.

Justo cuando coloco el plato frente a Chaeyoung, ésta saltó hacía la comida devorandola toda de un solo mordisco, le había dado miedo pero no le importaba ver y hasta reírse de las expresiones de la menor, como sus ojos se cerraban, como masticaba con una rapidez impresionante, sus dedos se retorcían y se su garganta salía un sonido de satisfacción que hizo reír a Mina.

No hablo después de comer, lo único que hizo fue lamer el plato, y recostarse con los brazos tras su cabeza, no podía negar que se sentía satisfecha pero Mina tenía miedo de que creyera que siempre se quedaría en su hogar, porque eso no pasaría, en cuanto tuviera el valor de volver al trabajo y hablar con la chica que estaba frente a ella sobre el tema, la llevaría sin rechistar, queria volver a ser libre y que nadie la molestara.

curiosity killed the tiger? ; 𝗺𝗶𝗰𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora