Eijirou Kirishima nunca se había sentido tan egoísta como en ese momento, cuando sus labios bajaban por el cuello de Katuski y las manos del contrario arañaban su espalda.
"Mío... Mío... Mío..."
- 💋 -
💋 ;; kiribaku.
💋 ;; more shipps.
💋 ;; sex...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El fin de semana estaba en su último día y el lunes se avecinaba rápidamente.
Todos se habían ido de la casa de Sero, excepto Kirishima y Bakugo quienes estaban por terminar de arreglar sus cosas en cómodo silencio. Mientras, el latino ordenaba todo para el regreso de sus padres.
─ ¿Puedo irme contigo, Kirishima?
El pelirrojo acababa de cerrar el último cierre de su bolso y levantó la mirada al oir la voz del contrario─ ¡Claro! Como siempre, Baku-bro.
Bakugo apartó la mirada de pronto, lo que provocó en Eijirou una mueca confusa, ¿había hecho algo malo?
─ Genial, todo está en órden─dijo el pelinegro animado, con una gran sonrisa en los labios─. ¿Necesitan ayuda?
─ No. Ya hemos terminado─respondió Katsuki algo seco, pero esta vez ambos lo tomaron normal. Después de todo, esa era la personalidad del rubio.
─ ¿Entonces nos vamos?
─ Sí.
El dúo dinámico salió con sus cosas en mano, despidiéndose a gritos de Hanta. Éste se dió la vuelta y cerró la puerta, mientras ambos amigos se iban caminando en dirección al ocaso.
El camino hacia sus casas se acortaba rápidamente sin ninguna palabra de por medio, algo raro para Kirishima. No le tenía de todo incómodo aquello, pero era sumamente extraño que así fuera. Sólo se escuchaban sus pies pisando el cemento de forma continua y estaba perdiendo la paciencia poco a poco... Tenía miedo del por qué Katsuki actuaba así.
─ Bakugo... ¿Estás bien?
El cenizo detuvo sus pasos y lo miró con una expresión confusa─ ¿Uh?
─ ¡No pongas esa cara!─Eijirou codeó el brazo del contrario, con una sonrisa apenada─ Te he notado más frío, eso es todo.
─ Bah, no es cierto.
─ ¡Si lo es!─reprochó.
─ Estás loco, eso pasa.
Kirishima formó un puchero. ¿Estaba siendo demasiado intenso?
¡Alto, nada de pensamientos negativos! Bakugo lo quería, sí, por algo eran mejores amigos. No debía sucumbir ante sus inseguridades.
Ambos doblaron en una esquina, pero el pelirrojo se extrañó completamente del cambio de dirección por parte del contrario.
─ ¿Bakugo? Tu casa es en la dirección contraria.
─ ¿Y? Me dieron ganas de caminar más.
─ Pero mi casa está a dos cuadras nada más...
Katsuki resopló─ No quiero caminar tanto, pelos de mierda.
─ ¡Es muy caballeroso de tu parte!─el menor sonrió animado, haciendo una pose heróica al final. Bakugo rodó los ojos con media sonrisa plasmada en su rostro.
