Eijirou Kirishima nunca se había sentido tan egoísta como en ese momento, cuando sus labios bajaban por el cuello de Katuski y las manos del contrario arañaban su espalda.
"Mío... Mío... Mío..."
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💋 ;; kiribaku.
💋 ;; more shipps.
💋 ;; sex...
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El viaje había sido muy divertido.
Todo el bakusquad se la había pasado increíble durante ese período de vacaciones: escalaron montes nevados, caminaron por extensos bosques, y se regocijaron con la deliciosa comida que ofrecía el lugar. También tuvieron momentos absurdamente divertidos, como la vez que hicieron una guerra de bolas de nieve y Katsuki le fundió una en la cara a Sero, o cuando Kirishima olvidó sus crocks en el balcón y no las encontró en días debido a que aquellos pálidos copos habían tapado por completo su calzado. Trataron de aprovechar su estadía lo más posible y no se arrepentían de los resultados que obtuvieron, sin embargo, llegó el viernes; su anteúltimo día en ese paraíso invernal.
Kirishima mentiría si dijera que no se quería ir(pues extrañaba mucho a su madre y la escuela), pero los recuerdos que formó en ese lugar los guardaría por siempre, y con suerte podrían regresar el año siguiente.
Aunque si lo pensaba mejor, no importaba el lugar, sino la compañía; hasta el desierto más ardiente sería una buena opción si sus amigos lo acompañaban. Estaba seguro de eso.
Algo que también pudo mejorar durante esos días fue la confianza con Bakugo. Si bien ésta nunca se había ido por completo, sus incidentes anteriores provocaron una gran grieta entre ellos. Una que, poco a poco fue sanado, con actividades compartidas, diálogos con o sin sentido, o simplemente momentos. Momentos en los que se miraban y sonreían(al menos él lo hacía, Katsuki sólo le mostraba muecas amistosas), y eso era más que suficiente para que Eijiro sintiera que progresaban.
Sin embargo, y por mucho que lo trabajara, aún no podía librarse de los sentimientos que guardaba en su corazón por el cenizo.
Noche tras noche repetía en su mente: "Solamente son amigos. Mejores amigos". No había otra historia que contar, otro camino por el cual seguir. Después de todo, ambos habían dejado en claro sus sentimientos.
O bueno... Algo así, en su caso, y eso también hacía ruido en su mente. ¿Qué pasaría si le hubiese dicho a la cara, "me gustas"?¿Las cosas serían diferentes?
Probablemente. Pero ya conocía la postura del rubio al respecto, y no iba a embarrarla insistiéndole en temas que podrían resultar tediosos. Lo último que quería era que Bakugo lo tomara por intenso. No, gracias.
De todas formas, estaba pensando demasiado en esas cosas. Una influencer muy sabia que seguía en Instagram siempre decía que era mejor dejar fluir todo, que sigan su rumbo natural y así pasaría lo que tendría que pasar. Kirishima inhaló con el post en mente, y soltó el aire en sus pulmones sintiéndose un poco más liberado de tantas emociones.
Sí. Dejar fluir.
Finalmente salió del baño, donde se estuvo mirando en el espejo mientras pensaba en todas las cosas anteriores como si estuviera charlando telepáticamente con su reflejo. Se envolvió con una toalla el cabello, sujetó la que estaba en su cintura, y caminó hacia su cuarto para cambiarse.
